
Editor en La Ecuación Digital. Consultor de Innovación y Estrategia…
Apple ha anunciado una transformación integral del diseño de su software, abarcando todos sus sistemas operativos principales —iOS, iPadOS, macOS, watchOS y tvOS— mediante la incorporación de un nuevo material visual denominado Liquid Glass.
Esta renovación, presentada oficialmente el 9 de junio desde Cupertino, representa la evolución más extensa del lenguaje visual de la compañía desde la introducción de la interfaz plana con iOS 7 en 2013.
Liquid Glass, concebido como un material gráfico interactivo y translúcido, se implementa en la totalidad del sistema: desde elementos funcionales como botones y menús, hasta componentes estructurales como el Dock, la barra de menús y las pantallas de inicio y bloqueo.
La nueva estética no solo responde a un criterio visual, sino que está diseñada para aprovechar la capacidad de renderizado gráfico de los dispositivos Apple actuales, así como la arquitectura de sus chips personalizados.
Un rediseño centrado en la adaptabilidad visual y la coherencia entre plataformas
Apple ha definido esta iniciativa como un rediseño transversal. Por primera vez, los sistemas operativos móviles, de escritorio, de televisión y de reloj compartirán un lenguaje de diseño visual uniforme, aunque conservando particularidades adaptadas a cada plataforma. La implementación de Liquid Glass permite alcanzar una estética coherente sin eliminar los matices funcionales de cada entorno operativo.
Según ha explicado Alan Dye, vicepresidente de diseño de la interfaz de usuario de Apple, el nuevo material fue desarrollado tras un proceso exhaustivo de revisión de los principios gráficos que sustentan las plataformas de la compañía. Esta reconfiguración no se ha limitado a la apariencia, sino que ha supuesto una reestructuración de la lógica visual y funcional del sistema, incluyendo comportamiento dinámico en controles, navegación y disposición de contenido.

Liquid Glass: propiedades visuales, técnicas y funcionales
Liquid Glass es un material gráfico que emula las propiedades ópticas del vidrio real: es translúcido, refleja elementos del entorno y varía su coloración en función del contenido situado detrás o alrededor. A diferencia de los efectos de transparencia tradicionales, este material se comporta como una capa activa que reacciona al movimiento del dispositivo, a los cambios de contexto visual y al modo de visualización (claro u oscuro).
Su implementación se basa en técnicas de renderizado en tiempo real, integradas con los motores gráficos del sistema operativo y optimizadas para el hardware propio de Apple, particularmente los chips de las series A y M. Esta capacidad permite que los elementos de la interfaz respondan con transiciones visuales fluidas, sin comprometer el rendimiento general del sistema.
El material está presente en componentes pequeños —como botones, interruptores o texto superpuesto— y también en elementos estructurales de mayor tamaño, como barras de herramientas, laterales de navegación o el Centro de Control. La combinación de propiedades ópticas y comportamiento responsivo permite a Liquid Glass ofrecer retroalimentación visual precisa, mejorando la percepción del estado del sistema por parte del usuario.

Reconfiguración de controles y navegación en las aplicaciones
Una parte sustancial del rediseño afecta a la lógica de navegación dentro de las aplicaciones del ecosistema Apple. Los controles se han reconfigurado para adoptar una disposición más modular y dinámica, ajustándose automáticamente al contexto de uso. En iOS 26, por ejemplo, las barras de pestañas ahora se contraen durante la navegación vertical para dejar más espacio al contenido, y se expanden de nuevo de forma automática al regresar a la parte superior de la pantalla.
En iPadOS y macOS, las barras laterales han sido rediseñadas para incorporar propiedades ópticas del Liquid Glass, como refracción del contenido posterior y reflejo del fondo de pantalla. Esto permite una orientación más intuitiva dentro de las apps y refuerza la conexión visual entre interfaz, contenido y entorno. Estas modificaciones ya se han implementado en aplicaciones nativas como Safari, FaceTime, Cámara, Fotos, Apple Music, Apple Podcasts y Apple News.
Los controles táctiles se agrupan ahora por funcionalidad y prioridad, y pueden reorganizarse dinámicamente. Esta flexibilidad tiene como objetivo mejorar la accesibilidad a funciones sin saturar la interfaz, adaptándose tanto a pantallas pequeñas como a entornos multitarea.
Integración en la estructura visual del sistema
Más allá de las aplicaciones individuales, el nuevo diseño afecta a componentes clave de cada sistema operativo. En iOS y watchOS, la pantalla de bloqueo incorpora tipografía renderizada con Liquid Glass, que se adapta al fondo visual y modifica su disposición según el contenido mostrado. En la pantalla de inicio, los iconos de las aplicaciones y los widgets incorporan capas con profundidad visual, efectos de reflejo y cambios cromáticos basados en el entorno.
En macOS Tahoe 26, la implementación alcanza el escritorio completo. El Dock y los iconos de las apps ahora incorporan múltiples capas visuales que reaccionan al modo de visualización y al fondo. La barra de menús, completamente transparente por primera vez, permite que el fondo del escritorio sea visible en toda la pantalla, reforzando la sensación de continuidad y amplitud.
En tvOS 26, aunque los cambios son menos detallados en la nota oficial, se ha confirmado que el rediseño afectará a los elementos de navegación, transiciones entre secciones y presentación de carátulas, manteniendo la compatibilidad con Apple TV 4K de segunda generación o superior.

Herramientas y recursos para desarrolladores
Para facilitar la adopción del nuevo diseño, Apple ha actualizado las bibliotecas de desarrollo SwiftUI, UIKit y AppKit, incorporando API específicas para Liquid Glass y los nuevos controles dinámicos. Estas herramientas permitirán a los desarrolladores adaptar progresivamente sus aplicaciones al nuevo lenguaje visual sin necesidad de una reescritura total del código.
Las API ofrecerán funciones específicas para controlar el comportamiento visual del material, la interacción con el modo claro/oscuro y la respuesta a cambios contextuales. Además, se han introducido nuevos componentes de interfaz que pueden integrarse directamente en apps existentes mediante técnicas declarativas.
Apple no ha indicado si esta transición será obligatoria para nuevas apps o actualizaciones futuras en la App Store, aunque es previsible que el nuevo diseño sea preferente en el ecosistema a partir del otoño de 2025, coincidiendo con el lanzamiento de las versiones estables del sistema operativo.
Consideraciones sobre compatibilidad y requisitos
La compañía no ha detallado los modelos mínimos necesarios para ejecutar los nuevos sistemas operativos con el rediseño completo, aunque se espera que algunos efectos visuales avanzados requieran hardware gráfico compatible con Metal 3 y arquitectura Apple Silicon. Esto podría limitar la implementación total del nuevo diseño en dispositivos más antiguos.
Tampoco se ha confirmado si los usuarios podrán desactivar algunos de los efectos visuales para mejorar el rendimiento o reducir el consumo energético en dispositivos portátiles. La documentación técnica para desarrolladores, que se espera que esté disponible durante la conferencia WWDC 2025, podría ofrecer más detalles al respecto.
Una estrategia consolidada de integración estética
La introducción de Liquid Glass y la unificación de la estética entre plataformas refuerzan la estrategia de Apple de ofrecer una experiencia coherente entre dispositivos, independientemente del tipo de pantalla o del entorno de uso. Este movimiento no solo responde a criterios visuales, sino también a una lógica operativa: simplificar el aprendizaje de nuevas funciones y facilitar la portabilidad del diseño entre plataformas.
Además, la orientación hacia un diseño basado en materiales activos y renderizado en tiempo real puede anticipar futuras integraciones con entornos inmersivos como los de Apple Vision Pro y el sistema operativo visionOS. La reactividad del diseño al contexto —una de las características clave de Liquid Glass— encaja con los requisitos de la computación espacial y podría constituir un puente visual entre las interfaces tradicionales y los nuevos entornos tridimensionales.