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GSMA defiende el móvil de 30 dólares, pero el coste del dispositivo no es el único obstáculo para cerrar la brecha digital

GSMA defiende el móvil de 30 dólares, pero el coste del dispositivo no es el único obstáculo para cerrar la brecha digital

  • La GSMA defiende el móvil de 30 dólares como clave para reducir la brecha digital, pero la verdadera barrera está también en las tarifas, el contenido y las competencias digitales.
El móvil de 30 dólares

La GSMA ha vuelto a poner sobre la mesa el reto de la conectividad global: 3.400 millones de personas permanecieron sin acceso a internet móvil en 2024, pese a que la mayoría vive en áreas con cobertura disponible. El informe State of Mobile Internet Connectivity de la asociación señala que el precio de los dispositivos sigue siendo una de las principales barreras, pero reducir el debate al coste del terminal supone pasar por alto otros factores estructurales que explican la persistencia de la brecha digital.

Un avance insuficiente: 200 millones más conectados en 2024

Durante el último año, 200 millones de personas comenzaron a usar internet móvil con su propio dispositivo, lo que eleva la cifra de usuarios a 4.700 millones, alrededor del 58 % de la población mundial. Sin embargo, los 3.400 millones restantes se reparten en dos grupos muy distintos:

  • 300 millones aún viven en zonas sin cobertura.
  • 3.100 millones sí tienen acceso a la red, pero no la utilizan.

Esta última cifra pone en evidencia que la infraestructura ya no es el principal cuello de botella: lo son la asequibilidad, las competencias digitales y la relevancia del contenido disponible.

El argumento del móvil de 30 dólares

El director general de la GSMA, Vivek Badrinath, defendió que un terminal de 30 dólares podría ser asequible para 1.600 millones de personas que hoy quedan fuera del mercado. Para ello, en 2024 se creó la Handset Affordability Coalition, una alianza entre operadores, fabricantes, instituciones financieras y organismos internacionales que busca abaratar los dispositivos de entrada.

En los países de renta baja y media, un móvil básico con internet representa todavía un 16 % del ingreso mensual promedio, cifra que se dispara al 48 % para el 20 % más pobre. La iniciativa, por tanto, tiene un componente social evidente, pero no es suficiente.

Más allá del dispositivo: cuota mensual y contenido relevante

Reducir el precio del hardware es solo una parte del problema. En muchos países, incluso cuando el móvil es asequible, las tarifas de datos móviles representan un gasto recurrente inasumible para millones de personas. A ello se suma que gran parte del contenido y las aplicaciones disponibles no están adaptados a idiomas locales, contextos culturales ni necesidades productivas específicas.

Además, la brecha digital no es solo económica:

  • Alfabetización digital y tradicional: la falta de competencias básicas limita la adopción.
  • Desigualdades de género: las mujeres en entornos rurales son quienes menos acceden a internet móvil.
  • Infraestructura energética: en áreas con acceso irregular a la electricidad, mantener cargado el dispositivo es un reto adicional.
  • Percepción de seguridad: el temor al fraude o al mal uso de los datos personales desincentiva la conexión.

Implicaciones para Europa y España

Aunque el foco de la GSMA está en los países de renta baja y media, el debate es relevante también para Europa y España. La expansión internacional de operadores y fabricantes europeos pasa por abordar este reto de forma estructural.

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Además, iniciativas de la UE en materia de cooperación digital y desarrollo sostenible podrían tener un papel clave en impulsar modelos de conectividad inclusiva, no basados únicamente en abaratar terminales, sino en crear ecosistemas digitales útiles y sostenibles.

Para empresas españolas del sector TIC, esta situación abre una doble oportunidad:

  1. Mercado potencial en servicios y aplicaciones adaptadas a usuarios de entornos emergentes.
  2. Participación en proyectos de inclusión digital liderados desde la UE, que cada vez se alinean más con los objetivos de sostenibilidad y cohesión social.

La necesidad de un enfoque integral

El discurso de la GSMA subraya un punto válido: sin dispositivos asequibles, la conectividad seguirá siendo una promesa incumplida. Pero la realidad demuestra que abaratar el terminal no basta. El reto pasa por diseñar modelos de acceso más inclusivos, tarifas adaptadas a rentas bajas, contenidos en lenguas locales y una mayor inversión en capacitación digital.

De lo contrario, el “móvil de 30 dólares” corre el riesgo de ser solo un eslogan más en una agenda que lleva más de una década prometiendo conectar a los desconectados.

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