El acuerdo de infraestructura cloud entre Oracle y OpenAI por 300.000 millones de dólares marca un hito sin precedentes en la industria tecnológica. La startup de inteligencia artificial liderada por Sam Altman ha comprometido un gasto equivalente a 60.000 millones anuales durante cinco años, a partir de 2027, en capacidad de procesamiento y centros de datos de Oracle.
Se trata de uno de los contratos más grandes de la historia en el sector cloud, con implicaciones significativas para el ecosistema global de la inteligencia artificial y el mercado empresarial en Europa.
Un contrato sin precedentes en el sector cloud
Según reveló The Wall Street Journal, el contrato entre Oracle y OpenAI implica un consumo energético de 4,5 gigavatios, equivalente a la electricidad que consumen unos cuatro millones de hogares. Este volumen de infraestructura es esencial para entrenar y desplegar modelos de IA cada vez más potentes, en un contexto donde la demanda de chips y servidores está tensionando los suministros globales.
La magnitud del acuerdo refleja el crecimiento explosivo de la inteligencia artificial y la competencia entre grandes tecnológicas por dominar la infraestructura crítica. Oracle, históricamente rezagada frente a Amazon Web Services, Microsoft Azure y Google Cloud, logra con este contrato una posición de primer nivel en la carrera de la IA.
Un reto financiero y estratégico para OpenAI
El acuerdo plantea grandes interrogantes sobre la viabilidad financiera de OpenAI. En 2025, la compañía espera facturar unos 13.000 millones de dólares, muy lejos de los 60.000 millones que debería destinar anualmente a Oracle a partir de 2027. Además, según sus previsiones, no alcanzará la rentabilidad hasta 2029, acumulando pérdidas de 44.000 millones hasta entonces.
Este desajuste pone de relieve la dependencia de OpenAI de la financiación externa y de la confianza de inversores y socios estratégicos. La operación solo puede sostenerse bajo el supuesto de que el crecimiento de ChatGPT y de sus productos empresariales continúe de forma exponencial y se logre una adopción masiva tanto por parte de consumidores como de gobiernos y empresas.
Oracle: apuesta arriesgada pero con gran potencial
Para Oracle, el acuerdo supone un salto cuantitativo en ingresos futuros, ya que la empresa ha informado de 317.000 millones en contratos pendientes, de los cuales una gran parte proviene de este compromiso con OpenAI. Sus acciones subieron hasta un 43% tras el anuncio, impulsando la fortuna personal de su presidente, Larry Ellison, que roza los 400.000 millones de dólares.
No obstante, la apuesta no está exenta de riesgos. La compañía deberá endeudarse para adquirir los chips necesarios, en un mercado altamente competitivo donde Microsoft, Amazon y Meta cuentan con balances mucho más sólidos. Además, la estructura del contrato podría estar sujeta a revisiones, escalonamientos y renegociaciones, según advirtieron analistas de Gartner.
Implicaciones para el ecosistema europeo y español
Este acuerdo tendrá repercusiones también en el mercado europeo. La enorme demanda de energía para alimentar los centros de datos plantea desafíos en términos de sostenibilidad y regulación, un aspecto especialmente sensible en la Unión Europea, donde las normativas medioambientales y de eficiencia energética son estrictas.
Asimismo, para las empresas españolas y europeas, el movimiento confirma que la infraestructura cloud especializada en IA será un recurso estratégico. La concentración de poder en manos de unos pocos proveedores globales aumenta la dependencia tecnológica y financiera, mientras que las inversiones en centros de datos en Europa podrían recibir un nuevo impulso ante la presión por diversificar la capacidad de cómputo.
Un futuro en construcción
Más allá de las cifras, el acuerdo subraya que la infraestructura cloud se ha convertido en el motor del desarrollo de la inteligencia artificial. El éxito o fracaso de esta alianza dependerá de factores como la evolución del mercado de chips, la regulación de la IA en EE. UU. y Europa, la capacidad de OpenAI para mantener su liderazgo frente a rivales como Anthropic o Google DeepMind, y la respuesta de clientes corporativos que demandan soluciones escalables y seguras.
En definitiva, el contrato entre Oracle y OpenAI representa tanto una oportunidad histórica como una apuesta de alto riesgo. Una jugada que podría redefinir el panorama de la nube y de la inteligencia artificial a escala global en los próximos cinco años, con repercusiones directas para el tejido empresarial en España y la UE.
