La transformación digital de Europa requiere no solo inversión, sino una revisión profunda del marco normativo que actualmente rige a las empresas tecnológicas del continente. Esta es la tesis central expuesta por José Martínez-Usero, director de Investigación e Innovación de DIGITALEUROPE, durante su intervención en el 39º Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones en Santander. En una sesión dedicada a los desafíos y oportunidades del entorno digital europeo, el experto presentó una hoja de ruta articulada en torno a tres ejes: cortar, simplificar e incentivar.
El modelo europeo ante el reto digital
DIGITALEUROPE, organización que aglutina a las principales asociaciones nacionales del sector digital, entre ellas AMETIC en España, mantiene una interlocución directa con la Comisión Europea en materia regulatoria y de innovación tecnológica. Desde esa posición, Martínez-Usero explicó que la estrategia actual de la UE busca reequilibrar las cargas normativas que afectan a las empresas tecnológicas, favorecer su competitividad en el mercado interior y acelerar la inversión en sectores estratégicos.
“La ecuación entre digitalización, competitividad e impacto social requiere una solución pragmática. Nuestra propuesta se basa en tres principios: cortar, simplificar e incentivar”, afirmó Martínez-Usero, antes de detallar cada uno de estos pilares.
Cortar: reducir duplicidades normativas
En primer lugar, cortar hace referencia a la necesidad de eliminar redundancias normativas que ralentizan el funcionamiento del ecosistema digital europeo. Uno de los ejemplos citados fue la actual fragmentación en los procedimientos de notificación de incidentes de ciberseguridad. Según explicó, una misma empresa puede verse obligada a reportar un incidente hasta en cinco organismos distintos, dependiendo del país y del tipo de incidente.
En este contexto, Martínez-Usero mencionó la iniciativa “Ómnibus Digital”, una propuesta de la Comisión Europea que busca crear atajos legislativos que permitan a las empresas reducir costes y tiempos de cumplimiento. En su desarrollo participan activamente asociaciones nacionales como AMETIC, canalizando recomendaciones y casos concretos para su aplicación práctica.
El Informe Draghi, también citado durante la sesión, estima en 200.000 millones de euros el coste necesario para subsanar el actual déficit regulador y facilitar la armonización normativa en Europa. Este diagnóstico refuerza, según Martínez-Usero, la urgencia de abordar reformas legislativas que permitan a las empresas operar con mayor agilidad y menor carga burocrática.
Simplificar: facilitar la entrada y permanencia en el mercado
El segundo eje es simplificar, con el objetivo de mejorar el acceso al mercado interior y fomentar la competitividad entre empresas europeas. Uno de los puntos señalados fue el sistema de compras públicas, donde actualmente el 95 % de las contrataciones se realizan a nivel nacional, regional o local. Este modelo, según el representante de DIGITALEUROPE, fragmenta el mercado y limita la capacidad de las empresas para escalar sus productos y servicios a nivel continental.
“La simplificación no se trata de legislar más, sino de legislar mejor”, subrayó, haciendo hincapié en la necesidad de diseñar normativas más comprensibles, homogéneas y de fácil cumplimiento. Esta revisión también debe contemplar mecanismos de interoperabilidad entre marcos regulatorios de distintos Estados miembros, especialmente en sectores tecnológicos emergentes como la inteligencia artificial o la computación cuántica.
Incentivar: movilizar inversión y fiscalidad digital
El tercer elemento es incentivar, un enfoque centrado en fomentar la inversión pública y privada en tecnologías digitales. Según el mismo Informe Draghi, se calcula que Europa necesitaría movilizar alrededor de 800.000 millones de euros para alcanzar una posición de liderazgo en el sector digital.
Frente a la dificultad de alcanzar este volumen exclusivamente mediante financiación directa, DIGITALEUROPE propone una combinación de medidas alternativas, entre ellas:
- Destinar al menos el 25 % de los fondos públicos europeos al sector digital.
- Establecer incentivos fiscales para empresas tecnológicas, en lugar de concentrar el apoyo únicamente en subvenciones directas.
- Promover la competencia en igualdad de condiciones dentro del mercado interior.
Este enfoque pretende fortalecer a las empresas europeas para competir no solo en sus respectivos mercados nacionales, sino también en el conjunto del espacio económico europeo.
La cooperación tecnológica como factor clave
Además de esta tríada estratégica, Martínez-Usero subrayó otras medidas que se están promoviendo desde DIGITALEUROPE para fortalecer el ecosistema digital europeo. Entre ellas, destaca la explotación de tecnologías duales, tanto en ciberseguridad como en inteligencia artificial o computación cuántica, y la centralización parcial de compras públicas para mejorar la eficiencia y la competitividad.
Igualmente relevante es la colaboración entre grandes tecnológicas, pymes, microempresas y emprendedores, que a su vez deben conectarse con universidades, centros de investigación y asociaciones sociales. Esta red de cooperación busca crear una base sólida para el desarrollo de talento digital en Europa.
En este sentido, Martínez-Usero mencionó proyectos que su organización desarrolla con universidades europeas para definir perfiles profesionales en inteligencia artificial, estandarizando competencias y capacidades requeridas a nivel continental.
Sectores prioritarios para la transformación digital
DIGITALEUROPE también defiende una estrategia que priorice la digitalización de sectores en los que Europa ya es líder, como el turismo, la sanidad o la energía. La aplicación de tecnologías emergentes en estas áreas permitiría consolidar ventajas competitivas sin depender exclusivamente de nuevas industrias aún en desarrollo.
Martínez-Usero citó como ejemplo el caso de Ecuador, donde se está aplicando inteligencia artificial y computación cuántica en procesos agrícolas, integrando capacidades digitales en sectores tradicionales. En el caso europeo, propuso un enfoque similar, adaptado a las fortalezas sectoriales de cada país miembro.
España como puente con Iberoamérica
En la parte final de su intervención, el representante de DIGITALEUROPE se refirió a la relación estratégica entre Europa y Latinoamérica, en la que España puede jugar un papel clave. La reciente firma del tratado entre la Unión Europea y Mercosur, junto con la presidencia temporal española de la Secretaría General Iberoamericana, abre la puerta a una colaboración más estrecha en el ámbito digital.
“España es vista desde Europa como un puente natural hacia América Latina, y esto debe aprovecharse tanto a nivel político como tecnológico”, señaló. Este posicionamiento refuerza el papel de España como actor relevante en la política digital europea y como interlocutor clave en las relaciones con el ecosistema iberoamericano.
