La empresa aeroespacial Kreios Space ha cerrado una ronda de financiación semilla de 8 millones de euros con el objetivo de acelerar el desarrollo de satélites que operan en órbita terrestre muy baja (VLEO, por sus siglas en inglés), una región situada entre los 150 y 400 kilómetros de altitud que hasta ahora ha permanecido fuera del alcance de las misiones espaciales comerciales por sus desafíos técnicos.
La operación ha sido liderada por el NATO Innovation Fund —fondo respaldado por 24 países aliados— y la firma alemana de capital riesgo Join Capital. También han participado Xesgalicia, Grow Venture Partners y Tasivia Global. Según ha confirmado la propia compañía, se trata de la mayor ronda europea conocida hasta la fecha dedicada al desarrollo de tecnología VLEO.
Tecnología VLEO: aplicaciones y ventajas operativas
Los satélites situados en órbitas VLEO permiten obtener imágenes con una resolución hasta tres veces superior a la actual y facilitan la conectividad de banda ancha directa a dispositivos sin necesidad de antenas intermedias. Estas características los posicionan como elementos clave para el desarrollo de sistemas de observación terrestre avanzados, detección de incendios, protección de infraestructuras críticas y mejora de las capacidades de telecomunicación en escenarios estratégicos.
La proximidad a la superficie terrestre plantea, sin embargo, un reto técnico complejo: la fricción atmosférica en estas altitudes obliga a contar con sistemas de propulsión sostenida para evitar la desorbitación en cuestión de días. Para resolver este obstáculo, Kreios Space ha desarrollado un sistema de propulsión eléctrica alimentada por aire —conocido como ABEP (Air-Breathing Electric Propulsion)—, que permite a los satélites captar partículas atmosféricas y utilizarlas como combustible, prolongando su vida útil en órbita.
Financiación para la validación en órbita
Con la financiación obtenida, Kreios planea lanzar sus dos primeros satélites de prueba, entre los cuales se incluirá la primera demostración en órbita de un motor ABEP. Este paso es considerado crítico para validar la viabilidad comercial de la tecnología y avanzar hacia el despliegue de constelaciones operativas orientadas tanto a observación terrestre como a comunicaciones directas.
En palabras de Adrián Senar, CEO y cofundador de la empresa: “No estamos solo construyendo satélites, estamos abriendo una órbita que se había dado por imposible”. Según ha explicado, la financiación permitirá “demostrar la tecnología en órbita y consolidar a Europa y a España a la cabeza de este nuevo dominio”.
Europa ante la nueva economía orbital
La implicación del fondo de innovación de la OTAN subraya la dimensión estratégica del proyecto. Desde el propio fondo, David Ordoñez, Senior Associate, ha destacado que “la tecnología de Kreios marca un salto decisivo hacia la nueva frontera de la órbita terrestre muy baja”, añadiendo que esta capacidad representa un elemento crítico para la seguridad y resiliencia europea.
El respaldo a esta tecnología por parte de organismos europeos responde a una necesidad creciente de reducir la dependencia de terceros países —especialmente Estados Unidos— en capacidades espaciales, en un contexto donde la soberanía tecnológica se considera un factor geopolítico determinante.
Tobias Schirmer, socio fundador de Join Capital, ha subrayado que “VLEO ha sido durante años un tema de investigación y ahora está lista para su despliegue real”, haciendo hincapié en que el avance de Kreios podría posicionar a Europa en un lugar de liderazgo en esta nueva frontera espacial.
Apoyo institucional y crecimiento en España
Fundada en 2021, Kreios Space ha recibido desde sus inicios el respaldo del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) y de la Agencia Espacial Española (AEE) a través del Programa Tecnológico Espacial. La compañía ha evolucionado desde un proyecto académico hasta contar con un equipo de 17 personas y el apoyo de inversores con experiencia en agencias como Thales, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la agencia espacial japonesa JAXA.
La presencia de Xesgalicia en la ronda refuerza la implicación institucional gallega en el desarrollo de capacidades tecnológicas estratégicas, mientras que la participación de Grow Venture Partners y el fondo FITA —iniciativa de la Generalitat de Cataluña— añade un componente de transferencia tecnológica desde centros de investigación al mercado. Por su parte, el family office Tasivia Global ha apostado por el proyecto como parte de su estrategia de apoyo a empresas de base tecnológica.
Implicaciones industriales y geopolíticas
El desarrollo de sistemas espaciales VLEO se alinea con las prioridades estratégicas de la OTAN en materia de vigilancia, respuesta ante emergencias y ciberseguridad. Asimismo, puede generar efectos de arrastre en la cadena de suministro espacial europea, desde componentes electrónicos hasta servicios de lanzamiento y control en tierra.
Según diversas fuentes del sector, el aprovechamiento de la órbita terrestre muy baja podría multiplicar las oportunidades industriales para Europa, no solo en defensa, sino también en sectores como agricultura de precisión, logística o gestión del territorio. Aunque su despliegue comercial aún se encuentra en fase incipiente, los avances en tecnologías como la propulsión ABEP abren la posibilidad de consolidar una arquitectura orbital más próxima, resiliente y autónoma.
Perspectivas de desarrollo en el corto y medio plazo
Tras haber captado 2,3 millones de euros en una ronda anterior celebrada en 2024, la entrada de inversores institucionales y estratégicos en esta nueva ronda representa un salto cualitativo en el posicionamiento de Kreios Space. La empresa prevé completar sus primeros lanzamientos antes de finales de 2026, con vistas a escalar posteriormente hacia constelaciones operativas.
En paralelo, se espera que tanto España como la Unión Europea refuercen sus estrategias de inversión en nuevas órbitas, con programas públicos dirigidos a fomentar tecnologías duales con aplicaciones civiles y militares. En este contexto, iniciativas como la de Kreios podrían contribuir a consolidar un ecosistema nacional con capacidades endógenas en plataformas orbitales de nueva generación.
