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Europa aspira a liderar la inteligencia artificial, pero sigue atrapada entre promesas y ejecución

Europa aspira a liderar la inteligencia artificial, pero sigue atrapada entre promesas y ejecución

  • Von der Leyen presenta nuevas iniciativas para IA y startups, pero persiste la distancia entre el discurso político europeo y su ejecución real.
Ursula Von der Leyen en la inauguración de la Italian Tech Week

En la inauguración de la Italian Tech Week en Turín, Ursula von der Leyen ofreció una intervención cargada de anuncios dirigidos al ecosistema tecnológico europeo.

La presidenta de la Comisión Europea articuló una visión estratégica que pone la inteligencia artificial, la soberanía digital y el escalado de startups en el centro de la agenda comunitaria. Entre los principales compromisos destacó la creación de un fondo para scaleups, el lanzamiento inminente de una estrategia AI First y, especialmente, la futura implantación de un régimen legal único, el llamado 28th regime para facilitar la expansión de empresas tecnológicas en el mercado único.

Sin embargo, más allá del tono propositivo, el discurso deja ver una realidad estructural: Europa continúa acumulando diagnósticos y propuestas mientras sus mecanismos de ejecución siguen atrapados en una lógica lenta, fragmentada y burocrática. La intervención reconoce explícitamente que el talento está presente, pero falta el entorno adecuado para retenerlo. En otras palabras, el continente tiene visión, pero no aún la tracción necesaria.

Las medidas presentadas por la presidenta de la Comisión Europea abarcan ámbitos clave como la financiación de startups, la armonización regulatoria, la adopción de inteligencia artificial en sectores estratégicos y el fortalecimiento de la infraestructura digital del continente. Aunque la dirección es clara y responde a demandas recurrentes del sector tecnológico, persiste una brecha entre el diseño político y la ejecución real, alimentada por estructuras institucionales lentas, fragmentación normativa y una capacidad limitada para transformar iniciativas en resultados tangibles.

Ursula Von der Leyen en la inauguración de la Italian Tech Week
Ursula Von der Leyen en la inauguración de la Italian Tech Week

Fondo para scaleups: ahorro hay, riesgo no tanto

Uno de los pilares del discurso de Von der Leyen fue el acceso a financiación. La presidenta resaltó que Europa no sufre una falta de capital, sino una falta de apetito por el riesgo. Según los datos presentados, el ahorro doméstico europeo alcanza los 1,4 billones de euros, muy por encima de los 800.000 millones en Estados Unidos. Sin embargo, solo el 24 % de esa riqueza financiera se invierte en renta variable, frente al 42 % estadounidense.

Como respuesta, anunció la creación de un fondo multimillonario para scaleups, cofinanciado por inversores privados, destinado a sectores estratégicos como inteligencia artificial, computación cuántica y tecnologías limpias. Este fondo, todavía en fase de diseño, pretende cerrar la brecha de financiación en fases de escalamiento y mejorar la competitividad de las startups europeas sin necesidad de que estas recurran a capital estadounidense o asiático.

La Comisión Europea ya ha incluido este fondo en su Startup and Scaleup Strategy, publicada en mayo de 2025, donde también se detallan instrumentos complementarios como el European Innovation Investment Pact y la ampliación de competencias del European Innovation Council. No obstante, aún no se han publicado fechas de lanzamiento, criterios de elegibilidad ni compromisos presupuestarios detallados.

El riesgo reside en que, sin estos elementos, el fondo quede reducido a una declaración de intenciones. Además, su impacto podría ser limitado si se orienta únicamente a scaleups sin reforzar simultáneamente los mecanismos de financiación en fases tempranas. La experiencia reciente con programas como InvestEU demuestra que, sin claridad operativa, las herramientas financieras pueden tardar años en generar tracción real.

El 28th regime: armonización regulatoria o nuevo laberinto

Entre los anuncios más relevantes de la jornada destaca la propuesta del 28th regime, un marco legal opcional, pero uniforme, para startups y empresas tecnológicas que operen en la Unión Europea. Este régimen permitiría constituirse y escalar dentro de la UE con un conjunto único de reglas, evitando la complejidad de interactuar con 27 sistemas legales distintos.

La Comisión Europea prevé presentar esta propuesta legislativa en el primer trimestre de 2026. El texto inicial incluirá aspectos clave como procedimientos de constitución digital, armonización de ciertos elementos del derecho mercantil, normas laborales y mecanismos de insolvencia adaptados a empresas de rápido crecimiento. Su finalidad es facilitar el crecimiento transfronterizo sin que las compañías deban abandonar Europa para alcanzar escala.

El enfoque supone un cambio importante respecto a los intentos anteriores de armonización sectorial. En lugar de modificar leyes nacionales una por una, se plantea crear un régimen alternativo opt-in al que puedan acogerse libremente las startups. Este modelo ya se ha utilizado, por ejemplo, en el caso del European Company Statute, aunque con resultados desiguales.

El desafío será evitar que este nuevo marco acabe generando más complejidad normativa o que resulte marginal por falta de adopción. Para ello, será clave que el 28th regime cuente con:

  • Un procedimiento de adhesión ágil, sin cargas adicionales.
  • Claridad jurídica frente a regímenes nacionales.
  • Incentivos reales para optar por este marco.
  • Reconocimiento automático en todos los Estados miembros.

Aunque el planteamiento es coherente, el calendario genera dudas. Si la propuesta legislativa se presenta en 2026, su aprobación podría no llegar antes de 2028. En términos de competitividad global, es un margen que Europa no puede permitirse. La comparación con Estados Unidos, donde una empresa puede operar en los 50 estados con reglas comunes, sigue siendo desfavorable.

IA y salud: muchos beneficios potenciales, pocos detalles concretos

La presidenta de la Comisión subrayó el potencial de la inteligencia artificial en el sector sanitario. En su intervención, anunció la creación de una red europea de centros de cribado médico avanzado basados en IA, capaces de realizar diagnósticos más tempranos, especialmente en cáncer, y de acelerar el desarrollo de fármacos.

También mencionó que se incentivará a hospitales y compañías farmacéuticas para que adopten soluciones basadas en inteligencia artificial, con el objetivo de mejorar la eficiencia y la precisión médica en toda la Unión.

Pese a la relevancia de estos anuncios, faltaron datos clave: presupuestos, fechas de implementación, número de centros previstos o mecanismos para la adquisición pública de tecnologías. En la estrategia Apply AI, que la Comisión presentará oficialmente este otoño, podrían incluirse estos elementos, pero hasta ahora solo se ha compartido una estructura general.

La ausencia de detalles concretos impide evaluar la viabilidad del anuncio. Además, la adopción efectiva de IA en salud no depende únicamente de incentivos, sino también de:

  • Compatibilidad con sistemas sanitarios nacionales.
  • Normativas de protección de datos y responsabilidad médica.
  • Capacidad de validación clínica y certificación tecnológica.

En la actualidad, muchos centros públicos carecen de infraestructura tecnológica adecuada para integrar IA de forma significativa. Sin inversión masiva en digitalización del sistema sanitario, estos anuncios corren el riesgo de quedarse en el terreno simbólico.

Vehículos autónomos y pilotos urbanos: entre el interés y la indefinición

Von der Leyen planteó lanzar una red de ciudades europeas piloto para vehículos autónomos, inspirada en modelos ya operativos en Estados Unidos y China. Según indicó, una coalición de 60 alcaldes italianos ha manifestado su disposición a participar.

Esta iniciativa busca responder a una de las preguntas críticas del sector: ¿por qué los coches autónomos circulan ya en Phoenix o Shenzhen, pero no en Turín o Barcelona? La propuesta se alinea con la necesidad de crear entornos regulatorios controlados donde probar tecnologías complejas sin esperar una legislación paneuropea definitiva.

El problema es que el discurso no aportó elementos fundamentales: criterios de selección de las ciudades, fechas previstas, estándares tecnológicos mínimos ni marco regulador para los ensayos. En ausencia de estos elementos, es difícil valorar si se trata de una política lista para su despliegue o simplemente de una intención aún en fase exploratoria.

Además, el desarrollo de vehículos autónomos requiere una fuerte cooperación público‑privada, infraestructuras digitales robustas (5G, edge computing) y coordinación con autoridades de tráfico, algo que aún no está garantizado en muchos municipios europeos.

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Supercomputación europea: potencia disponible, acceso incierto

La presidenta destacó que Europa cuenta hoy con cuatro superordenadores entre los diez más potentes del mundo, dos de ellos en Italia, como parte de la estrategia europea para el desarrollo de infraestructuras digitales soberanas.

Esta capacidad es clave para el entrenamiento de modelos de inteligencia artificial, sobre todo en contextos donde el uso de computación en la nube con proveedores extranjeros puede generar problemas de soberanía de datos.

Sin embargo, Von der Leyen no detalló cómo se facilitará el acceso a estos recursos por parte de startups, pymes o universidades. En muchos casos, los sistemas de acceso a supercomputación siguen siendo complejos, con procedimientos largos y costes elevados, lo que limita su utilización fuera del ámbito científico o institucional.

Si la supercomputación va a ser una herramienta central para la IA europea, será necesario diseñar modelos de acceso compartido, reducir las barreras técnicas y administrativas y establecer políticas de precios accesibles para empresas emergentes.

Fragmentación digital y obstáculos estructurales

Una de las afirmaciones más directas del discurso fue que “una línea de código puede cruzar Europa en milisegundos, pero la startup que la escribió queda atrapada en la frontera”. La presidenta ilustró así la persistente fragmentación del mercado digital europeo, donde aún subsisten múltiples sistemas legales, fiscales y administrativos que dificultan la expansión empresarial.

Más allá del 28th regime, la Comisión ha planteado medidas como la identidad digital empresarial (European Business Wallet) o la creación de regulatory sandboxes transfronterizos. Pero su implementación práctica ha sido limitada. La experiencia demuestra que la fragmentación regulatoria no desaparece con un marco normativo único, sino con interoperabilidad técnica, coordinación política y simplificación real en cada Estado miembro.

Del anuncio a la implementación: lo que Europa necesita para acelerar

El discurso de Von der Leyen en la Italian Tech Week deja claro que Europa conoce sus debilidades estructurales. Sin embargo, los mecanismos para superarlas siguen avanzando a un ritmo insuficiente. Para cerrar la brecha entre visión política y realidad operativa, la UE necesita:

  • Calendarios públicos de implementación con hitos concretos.
  • Mecanismos de gobernanza clara en cada iniciativa, con responsables políticos y técnicos definidos.
  • Proyectos piloto ambiciosos y visibles en cada uno de los ejes estratégicos.
  • Presupuestos asignados y mecanismos de financiación claros.
  • Coordinación estrecha con los Estados miembros, que deben adaptar sus normativas nacionales para facilitar la aplicación efectiva de las reformas.

Visión política frente a realidad institucional

Europa está lejos de carecer de ideas. Su problema no es la falta de visión, sino la persistente incapacidad para ejecutar con rapidez, coherencia y escala. Von der Leyen acierta al señalar que no podemos permitir que los mejores talentos europeos emigren para hacer realidad su potencial. Pero ese reconocimiento ya no basta.

Los ecosistemas tecnológicos operan en ciclos acelerados. Las oportunidades no esperan. Cada año que Europa tarde en ofrecer un entorno competitivo real, pierde empresas, inversiones y liderazgo.

El discurso de Turín no fue irrelevante. Señala un camino claro, con instrumentos prometedores y prioridades sensatas. Pero si no se traduce en decisiones inmediatas, presupuestos firmes y reformas ejecutadas, volverá a quedar como otro capítulo más en la larga historia de las promesas digitales europeas.

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