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Centro de datos subterráneo en Italia aprovecha una mina activa para alojar servidores

Centro de datos subterráneo en Italia aprovecha una mina activa para alojar servidores

  • Italia construye el primer centro de datos subterráneo de Europa dentro de una mina activa, combinando seguridad geológica con eficiencia energética.
Trentino DataMine

En el interior de una mina activa en la región de los Dolomitas, al norte de Italia, se está construyendo el que será el primer centro de datos subterráneo ubicado en una explotación minera en funcionamiento en Europa. Bajo el nombre de Trentino DataMine, esta iniciativa combina infraestructuras tecnológicas con condiciones geológicas estables y busca reutilizar espacios anteriormente destinados a la extracción de dolomita.

El proyecto es fruto de una colaboración entre la Universidad de Trento y un grupo reducido de empresas privadas especializadas en tecnología de la información y construcción. En total, la inversión alcanza los 50,2 millones de euros, de los cuales 18,4 millones proceden de fondos públicos, entre ellos el fondo Next Generation EU, mientras que el resto es aportado por entidades privadas.

Un entorno geológico aprovechado para la tecnología

Según ha explicado Giuliano Claudio Peritore, presidente de la Asociación de Proveedores de Internet de Italia, el proyecto presenta una novedad destacada en el contexto europeo: “Nunca habíamos visto centros de datos ubicados en minas, ya que suelen asociarse con entornos húmedos, poco apropiados para equipos electrónicos. Sin embargo, en este caso la roca dolomita ofrece un ambiente seco y estable que permite esta instalación”.

La mina, gestionada por la empresa Tassullo, cuenta con una temperatura constante de 12 °C y se encuentra a 100 metros bajo tierra. Este entorno ofrece ventajas naturales para la refrigeración de los servidores, lo que reduce significativamente la necesidad de sistemas de climatización artificial. De hecho, gran parte de la infraestructura de enfriamiento proviene del propio ambiente subterráneo.

Roberto Loro, director de tecnología de Dedagroup —una de las empresas implicadas y miembro del consejo de administración de Trentino DataMine— ha señalado que la decisión de ubicar el centro en esta localización responde a “una combinación de seguridad física y bajo impacto energético y medioambiental”.

Infraestructura, seguridad física y ciberprotección

Desde el punto de vista estructural, la instalación contará con aproximadamente 80 % de su superficie bajo tierra, y el resto se dedicará a áreas de recepción, seguridad y oficinas. Actualmente, unos 60 trabajadores están encargados de instalar cerca de 50 kilómetros de cableado eléctrico y de fibra óptica, así como tres kilómetros de tubos para ventilación y suministro energético.

Además de estar protegida físicamente por la masa rocosa —que actúa como escudo natural contra ondas electromagnéticas, movimientos sísmicos y ataques externos—, la infraestructura incorporará sistemas de ciberseguridad avanzados. Las especificaciones técnicas incluyen servidores alojados en armarios ya instalados, cuya operatividad está prevista para el mes de diciembre.

Sinergias energéticas con la industria agroalimentaria local

Una particularidad del emplazamiento es su uso previo como espacio de almacenamiento para productos locales. Durante años, la mina ha servido para conservar manzanas del Trentino, vinos regionales y queso Trentingrana, aprovechando las condiciones térmicas y la estabilidad del ambiente. Este uso compartido ha permitido establecer relaciones con el tejido agroalimentario local.

El propio Loro ha señalado que se están buscando formas de colaboración energética con estas industrias: “Los procesos tecnológicos del centro de datos generan calor que puede ser aprovechado por quienes lo necesiten, y a su vez, hay empresas que requieren refrigeración, lo que puede complementarse con el frío natural del entorno”.

Este enfoque busca optimizar los recursos térmicos, generando un ecosistema energético que integre necesidades industriales diversas dentro de un mismo espacio físico.

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Perspectivas operativas y modelo replicable

La puesta en marcha del centro está prevista para finales de 2025, con una infraestructura diseñada para escalarse en función de la demanda tecnológica y los desarrollos en capacidades de almacenamiento y procesamiento. El modelo de Trentino DataMine podría servir como referencia para futuras instalaciones en espacios subterráneos, particularmente en regiones con antiguas minas no explotadas o en desuso.

Aunque la experiencia es pionera en Europa, no es completamente inédita a nivel internacional. Algunos países nórdicos ya han explorado ubicaciones no convencionales para centros de datos, buscando eficiencia energética y seguridad física. No obstante, el caso italiano presenta la singularidad de estar integrado en una mina activa, lo que añade complejidad a la operación, pero también oportunidades en términos de aprovechamiento conjunto del espacio.

Implicaciones para la sostenibilidad digital

La ubicación subterránea no solo ofrece seguridad y ahorro energético, sino que también reduce el uso de suelo superficial en áreas urbanas o rurales, una preocupación creciente en Europa ante el aumento de la demanda de infraestructuras digitales. En este sentido, proyectos como el Trentino DataMine se alinean con estrategias de desarrollo más sostenibles desde el punto de vista territorial.

Además, al tratarse de una instalación parcialmente financiada con fondos europeos, se inscribe dentro de la política comunitaria de digitalización con criterios de eficiencia energética y resiliencia tecnológica.

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