Un estudio de Unisys revela una divergencia significativa entre las expectativas de los líderes empresariales y las capacidades tecnológicas reales de las organizaciones en materia de inteligencia artificial (IA) autónoma.
Según el informe De la complejidad a la claridad: modernizando la nube y la infraestructura tecnológica para lo que viene , el 73 % de los responsables de negocio considera que la IA autónoma será esencial para mantener la competitividad en los próximos años, y un 94 % espera integrar agentes de IA antes de 2027.
Sin embargo, el 43 % de los responsables tecnológicos admite no disponer de la infraestructura adecuada para implantar estas herramientas. Las causas principales de esta carencia, según el estudio, son la falta de consenso sobre qué agentes adoptar, la escasa comprensión de las capacidades reales de la IA por parte de los directivos y el temor de los empleados a que la automatización sustituya determinadas funciones.
Aumento de la inversión en la nube como respuesta a la demanda de IA
El informe, realizado a partir de más de 1.000 entrevistas a responsables de negocio y tecnología en Alemania, Australia, España, Estados Unidos, Francia, Italia, Nueva Zelanda y Reino Unido, destaca que el 76 % de las empresas planea incrementar su inversión en servicios cloud antes de que finalice el año. Esta tendencia responde a la necesidad de disponer de una infraestructura más flexible y escalable que permita incorporar modelos de IA autónoma y generativa.
El estudio identifica a un grupo reducido —el 10 % de las compañías encuestadas— clasificadas como Líderes en Innovación. Estas organizaciones destacan por integrar la innovación como eje de su estrategia cloud, considerar la seguridad como un habilitador de valor y gestionar la nube como un centro de beneficios, no de costes.
Aunque este grupo maneja un número de plataformas similar al resto, su ventaja competitiva radica en priorizar arquitecturas adecuadas a cada caso de uso, lo que facilita una gestión más eficiente de la complejidad tecnológica.
La complejidad de las infraestructuras limita la modernización
La investigación subraya que la excesiva fragmentación de las infraestructuras es uno de los principales obstáculos para avanzar hacia entornos digitales más ágiles. Las empresas encuestadas utilizan, de media, siete plataformas o entornos de nube distintos, lo que genera costes adicionales y dificulta la coordinación de recursos.
El 37 % de los responsables de negocio, frente al 25 % de los directores tecnológicos, considera que reducir la complejidad —mediante la consolidación de servicios o la optimización de ubicaciones— debe ser la prioridad principal para avanzar hacia infraestructuras más sostenibles.
Entre las estrategias más eficaces para liberar presupuesto tecnológico, el informe destaca el uso de arquitecturas híbridas, combinando nubes públicas, privadas y sistemas locales (on-premises). Este modelo, según los datos, permite equilibrar agilidad, seguridad y control de costes.
La calidad de los datos, factor determinante en el éxito de la IA
El estudio de Unisys resalta que la calidad de los datos se ha convertido en un elemento crítico para el desarrollo de modelos de inteligencia artificial generativa. Un 73 % de los encuestados planea destinar una parte significativa de su presupuesto a mejorar la gestión y la gobernanza del dato.
Entre los Líderes en Innovación, la gestión de datos figura como la segunda prioridad de inversión para los próximos 12 meses. No obstante, solo el 36 % de las organizaciones considera que sus arquitecturas actuales son capaces de procesar grandes volúmenes de información o sustentar decisiones basadas en datos.
Esta brecha evidencia que la capacidad de las empresas para aprovechar el potencial de la IA depende directamente de la fiabilidad y consistencia de sus sistemas de información.
La ciberseguridad sigue siendo un enfoque reactivo
El informe muestra que la mayoría de las empresas mantiene un enfoque reactivo ante la ciberseguridad: el 85 % responde a los incidentes solo después de que se producen. Esta falta de prevención se traduce en riesgos operativos y financieros considerables. Según los datos recogidos, el 41 % de los encuestados calcula que cada hora de inactividad no planificada cuesta entre 100.000 y 500.000 dólares.
A pesar de este contexto, comienzan a observarse señales de cambio. El 62 % de las organizaciones afirma haber implantado o estar adoptando estrategias de seguridad Zero Trust, mientras que el 61 % invierte en soluciones de recuperación ante desastres y el 45 % en sistemas de detección y respuesta gestionada (MDR).
Estas tendencias indican una transición gradual hacia modelos de protección más proactivos, orientados a reducir la exposición al riesgo y mejorar la resiliencia operativa.
El reto: alinear estrategia y capacidad tecnológica
La principal conclusión del estudio es la brecha entre la visión estratégica de los responsables de negocio y la preparación técnica de las organizaciones. Mientras los primeros asumen la IA autónoma como una necesidad inmediata, los equipos de tecnología alertan de la falta de cimientos para sostener esa ambición.
Esta desconexión refleja un problema estructural en la gestión de la transformación digital: la necesidad de coordinar la planificación estratégica con la inversión tecnológica. Sin un entorno de nube simplificado, datos fiables y medidas de seguridad proactivas, la IA autónoma seguirá siendo una aspiración más que una realidad operativa.
