Oracle, una de las empresas más veteranas del sector tecnológico, ha iniciado una reconfiguración estratégica que busca consolidar su posición en el emergente ecosistema de inteligencia artificial. Con 47 años de trayectoria, la firma liderada por Larry Ellison está ejecutando un cambio estructural que no solo modifica su modelo operativo, sino que también le otorga un rol central en el despliegue global de infraestructuras para IA.
La transformación ha sido visible esta semana en Las Vegas, durante el evento Oracle AI World, donde la compañía presentó avances tecnológicos, reorganizaciones ejecutivas y una ampliación de su infraestructura global que apunta directamente a los desafíos de la inteligencia artificial empresarial.
Una trayectoria marcada por el control de los datos
Oracle no es ajena al valor estratégico de los datos. Desde que en 1977 desarrolló su primera base de datos para la CIA, su software se ha convertido en la columna vertebral de instituciones financieras, administraciones públicas y grandes corporaciones. Esta acumulación de información crítica le otorga lo que algunos analistas denominan “data gravity”, una ventaja competitiva relevante en un entorno dominado por modelos de IA que dependen del acceso rápido, seguro y eficiente a grandes volúmenes de información.
OCI: una arquitectura pensada para la inteligencia artificial
Frente al enfoque generalizado de proveedores cloud como Amazon Web Services o Microsoft Azure, centrados en alojar aplicaciones web sobre capas virtualizadas, Oracle adoptó una estrategia distinta: construir desde cero una nube optimizada para cargas de misión crítica. Su plataforma, Oracle Cloud Infrastructure (OCI), destaca por eliminar la virtualización intermedia, minimizar la latencia compartida y maximizar la interconexión entre GPUs.
Este diseño, en principio más complejo y costoso, ha resultado particularmente eficaz para entrenamientos de modelos de IA de gran escala. Con la irrupción de ChatGPT, la demanda de arquitecturas que permitan cálculos intensivos y paralelos se multiplicó, y Oracle se posicionó como uno de los pocos proveedores capaces de absorber esa carga sin comprometer rendimiento ni costes.
Según datos presentados por la compañía, el negocio de infraestructura cloud de Oracle crece a un ritmo del 52 % interanual, superando ampliamente el crecimiento de competidores como Azure o AWS. En términos técnicos, OCI ofrece hasta cuatro veces más ancho de banda por clúster que Amazon y ocho veces más que Google Cloud, mientras que sus costes de cómputo para IA serían hasta un 169 % inferiores, según estimaciones internas.
Esta ventaja ha atraído a clientes como OpenAI, Nvidia, Meta y xAI, que han suscrito contratos a largo plazo con la empresa.
La IA se integra directamente en la base de datos
Más allá de la infraestructura, Oracle ha comenzado a trasladar la inteligencia artificial al núcleo de sus productos históricos. Oracle Database 23ai incorpora capacidades de búsqueda vectorial y modelos de lenguaje de forma nativa, lo que permite ejecutar funciones de IA directamente sobre los datos, sin necesidad de exportarlos a sistemas externos. Este enfoque reduce riesgos de seguridad y evita los costes asociados a la migración de grandes volúmenes de información sensible.
En este modelo, la IA opera en el entorno donde los datos ya residen, lo que resulta especialmente relevante para sectores con estrictos requisitos de confidencialidad, como la banca, los seguros o la administración pública.
Reorganización ejecutiva: doble liderazgo para una nueva etapa
El cambio tecnológico ha venido acompañado de una reestructuración en la cúpula directiva de Oracle. Safra Catz, quien ha ocupado la dirección ejecutiva durante más de dos décadas junto a Ellison, abandona el cargo de CEO para asumir un papel más estratégico. En su lugar, la compañía ha optado por un modelo de liderazgo compartido.
Clay Magouyrk, de 39 años y hasta ahora responsable de OCI, se encargará de las operaciones relacionadas con la nube y la infraestructura. Por su parte, Mike Sicilia asumirá la dirección de las líneas de producto y su integración con la inteligencia artificial. Esta división de funciones refleja la doble apuesta de Oracle: consolidar su dominio en infraestructura y al mismo tiempo desarrollar soluciones empresariales basadas en IA.
Larry Ellison, que conserva su rol como CTO y presidente del consejo, mantiene la supervisión estratégica de un modelo que busca combinar hardware, software y servicios cloud en una única plataforma optimizada para IA.
Expansión global: 35.000 millones de dólares en nuevos centros de datos
La demanda de servicios cloud para IA está impulsando una inversión sin precedentes en infraestructura. Oracle anunció que destinará 35.000 millones de dólares durante el presente año fiscal a la construcción de nuevos centros de datos, superando cualquier cifra anterior en su historia.
Actualmente, Oracle es ya el mayor arrendatario de infraestructura tecnológica en Estados Unidos y prevé ampliar su presencia con proyectos activos en Texas, Alemania, Reino Unido, Países Bajos y Malasia. Esta expansión es clave para ejecutar contratos como el firmado con OpenAI, xAI y Meta, cuyo volumen de ingresos futuros contratados (RPO) ha crecido un 359 % interanual hasta alcanzar los 455.000 millones de dólares.
Stargate: el megaproyecto que podría redefinir el mercado
Uno de los puntos centrales del nuevo posicionamiento de Oracle es su participación en Stargate, una alianza estratégica con OpenAI y SoftBank destinada a construir la próxima generación de centros de datos para IA. Aunque el proyecto aún no se ha ejecutado en su totalidad, los términos iniciales prevén una generación de ingresos de hasta 30.000 millones de dólares anuales a partir de 2028.
Este proyecto, de concretarse, consolidaría a Oracle como proveedor fundamental de infraestructura para inteligencia artificial a escala global, desplazando potencialmente a otros actores consolidados del sector cloud.
Un reto operativo a gran escala
Pese al crecimiento acelerado, el verdadero desafío para Oracle reside en su capacidad para ejecutar esta visión en la práctica. La compañía enfrenta ahora una fase en la que deberá demostrar que su infraestructura puede escalar de forma sostenible, sin comprometer fiabilidad ni eficiencia. La arquitectura técnica está en marcha, los contratos están firmados, pero el reto de consolidar la estrategia y sostener el crecimiento en el largo plazo aún está pendiente.
Durante el Oracle AI World en Las Vegas, la pregunta que flotaba en el ambiente no era si Oracle puede participar en la revolución de la IA, sino si será capaz de convertirse en uno de sus pilares operativos y estratégicos. La respuesta definitiva aún está por escribirse, pero las piezas ya están en movimiento.
