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En Washington D. C., NVIDIA y Oracle anunciaron junto al Department of Energy (DOE) de Estados Unidos una colaboración destinada a crear el mayor superordenador de inteligencia artificial (IA) de la institución. El sistema, denominado Solstice, incorporará 100.000 GPUs NVIDIA Blackwell y será desplegado en el Argonne National Laboratory, uno de los principales centros de investigación pública del país.
El objetivo declarado del proyecto es impulsar el desarrollo científico mediante modelos de IA de gran escala capaces de acelerar descubrimientos en áreas que van desde la energía y los materiales hasta la biomedicina. Junto a Solstice, se construirá un segundo sistema, Equinox, con 10.000 GPUs Blackwell, que se prevé operativo durante la primera mitad de 2026.
Un salto en la infraestructura científica estadounidense
Ambos superordenadores estarán interconectados mediante la tecnología de red de NVIDIA y ofrecerán un rendimiento combinado estimado de 2.200 exaflops de procesamiento en IA. Su propósito no es únicamente incrementar la capacidad de cálculo, sino permitir que los investigadores desarrollen modelos de razonamiento y agentes de IA diseñados para operar en entornos científicos abiertos.
El DOE espera que estos sistemas transformen la productividad en investigación y desarrollo durante la próxima década. En este marco, NVIDIA y Argonne colaborarán en el desarrollo de modelos de IA científica basados en la biblioteca Megatron-Core y optimizados con el software TensorRT, integrando estas herramientas en lo que describen como flujos de trabajo “agentic AI”.
El proyecto se inscribe en un nuevo modelo de colaboración público-privada impulsado por el gobierno estadounidense, que combina inversión pública, aportación tecnológica de la industria y casos de uso compartidos.
Jensen Huang, fundador y director ejecutivo de NVIDIA, describió la iniciativa como un hito en la convergencia entre IA y ciencia:
“La inteligencia artificial es la tecnología más poderosa de nuestro tiempo, y la ciencia es su mayor frontera. Junto a Oracle, estamos construyendo el superordenador más grande del Departamento de Energía, que servirá como motor de descubrimiento para los investigadores estadounidenses.”
Chris Wright, secretario de Energía de EE. UU., subrayó el carácter estratégico del proyecto:
“Ganar la carrera de la IA requiere nuevas asociaciones que unan a los mejores talentos y sectores tecnológicos del país. Gracias a esta colaboración con NVIDIA y Oracle, dispondremos de una potencia de cálculo que transformará la innovación científica y tecnológica.”
Paul K. Kearns, director del Argonne National Laboratory, señaló que el sistema se integrará con las instalaciones experimentales del laboratorio, como el Advanced Photon Source, para resolver algunos de los desafíos científicos más urgentes del país.
Por su parte, Clay Magouyrk, consejero delegado de Oracle, destacó que la cooperación permitirá ofrecer capacidades de IA soberanas y de alto rendimiento sobre la infraestructura de Oracle Cloud Infrastructure (OCI).
La apuesta por la “IA científica”
El concepto de agentic AI aparece como una de las ideas centrales de esta colaboración. Se trata de sistemas capaces de razonar, planificar y ejecutar tareas de forma autónoma dentro de entornos de investigación. Según los impulsores del proyecto, estas herramientas permitirán acelerar el ritmo de descubrimiento y reducir los tiempos de experimentación científica, al integrar datos, simulaciones y análisis en un mismo flujo automatizado.
El papel de NVIDIA resulta clave en esa transición. Sus bibliotecas y hardware orientados a modelos de gran escala apuntan a una nueva etapa en la que los superordenadores no solo ejecuten simulaciones físicas, sino que también aprendan de los resultados para optimizar futuras investigaciones.
Impacto institucional y estratégico
Más allá de la capacidad técnica, Solstice y Equinox refuerzan la estrategia de EE. UU. para consolidar su liderazgo en IA y computación avanzada. El DOE presenta este proyecto como una herramienta de seguridad científica, en la que la infraestructura pública y el capital privado convergen para impulsar la competitividad nacional.
El énfasis en la colaboración industrial refleja un cambio de enfoque. Tradicionalmente, los superordenadores del DOE se han construido en colaboración con empresas de hardware, pero ahora se extiende la cooperación a proveedores de nube y software, lo que permite escalar más rápidamente las capacidades.
Esta orientación puede marcar el inicio de un nuevo modelo de gestión de la infraestructura científica estadounidense: uno en el que la potencia de cálculo no sea un recurso aislado, sino parte de un ecosistema distribuido entre gobierno, industria y comunidad investigadora.
Hacia una nueva arquitectura de la ciencia pública
Cuando ambos sistemas entren en funcionamiento completo, Argonne contará con una de las plataformas de IA más grandes del mundo, abierta a investigadores financiados con fondos públicos. A medio plazo, el DOE prevé que esta infraestructura actúe como base de futuras colaboraciones en ciencia, energía y seguridad, consolidando un marco de cooperación interinstitucional que se prolongará durante las próximas décadas.
El anuncio simboliza un momento de transición en la relación entre la supercomputación y la inteligencia artificial. Si las previsiones se cumplen, Solstice y Equinox no solo representarán una proeza técnica, sino también un cambio estructural en cómo los Estados Unidos integran la IA en su sistema nacional de investigación.
Editor en La Ecuación Digital. Analista y divulgador tecnológico con más de 30 años de experiencia en el estudio del impacto de la tecnología en la empresa y la economía.
