Vicepresidente de Redes para EMEA, Cisco
La inteligencia artificial (IA) avanza con rapidez como principal motor de innovación empresarial, con el potencial de transformar sectores enteros y generar nuevas fuentes de valor. Sin embargo, pese a la ambición con la que muchas compañías están abordando esta tecnología, la mayoría no está preparada para integrarla plenamente en su infraestructura.
El reciente informe AI Readiness Index de Cisco muestra que, en EMEA, solo el 11 % de las empresas están completamente preparadas para la IA, en comparación con el 13 % a nivel mundial. Una cifra que apenas ha cambiado en los últimos tres años. Aunque el 82 % de las organizaciones tiene la intención de utilizar IA y el 44 % anticipa un aumento significativo de las cargas de trabajo relacionadas con IA en un año, solo el 30 % considera que su infraestructura de TI actual puede soportar las tecnologías de IA disponibles hoy. Esta brecha en la preparación de las empresas tiene consecuencias importantes para aquellas que aspiran a liderar en una economía impulsada por la IA.
La IA comienza con una red segura e inteligente. Necesitamos un enfoque audaz y renovado hacia la red, repensando y reinventando los mismos cimientos de nuestra infraestructura digital. Estas son tres razones por las que modernizar la red es esencial para tener éxito en la era de la IA, y nuestras recomendaciones para que los líderes de TI definan el camino a seguir.
1. La IA requiere más que capacidad de cómputo
Aunque buena parte del debate tecnológico se ha centrado en la potencia de cálculo, los datos y los modelos, el auge de la IA agéntica—capaz de operar en tiempo real— pone de relieve una carencia estructural que suele pasar desapercibida: la necesidad de preparar la red como base técnica de este nuevo paradigma.
La IA está ligada a la red y dado que los modelos siempre activos exigen hasta 100 veces más capacidad de cálculo, almacenamiento y ancho de banda, las redes tradicionales corren el riesgo de convertirse en cuellos de botella tanto en capacidad como en latencia.
En aplicaciones donde las decisiones deben tomarse al instante —como la conducción autónoma o la compraventa automática de activos financieros—, incluso los retrasos mínimos pueden tener consecuencias críticas.
Por eso, una red moderna no solo debe ser veloz, sino también estar blindada ante amenazas y preparada para crecer con los sistemas de IA. Para desplegar el verdadero potencial de esta tecnología, las organizaciones deben construir “autopistas de IA”: redes seguras, diseñadas para escalar sin fricciones y capaces de gestionar cargas de trabajo distribuidas entre el núcleo, la nube y el edge. Sin esta base, incluso las inversiones más ambiciosas pueden verse comprometidas.
2. La red segura: de columna vertebral a sala de máquinas
Durante años, la red ha cumplido una función discreta, como columna vertebral que facilita silenciosamente el flujo de datos. Pero en la era de la IA, ese papel secundario ya no basta.
El valor que las organizaciones esperan de la IA —automatizar flujos de trabajo, desbloquear conocimientos predictivos o habilitar nuevas experiencias digitales— depende de algo más que potencia de cálculo o algoritmos inteligentes. Además, la creciente demanda de datos operativos generados en tiempo real procedentes de operaciones empresariales para entrenar modelos de IA está aumentando la necesidad de redes más detalladas y extensas. Esto, a su vez, acelera la integración de TI y OT, y amplía la adopción de la Internet de las cosas (IoT)
La red segura actual se ha convertido en una plataforma que unifica la gestión y el diagnóstico de problemas, actúa como primera línea de defensa en ciberseguridad, ofrece garantía y visibilidad de extremo a extremo y orquesta recursos con precisión predictiva, transformándose en el motor operativo de cualquier negocio.
3. Necesidad de una base resiliente y segura
El carácter crítico de los flujos de datos de IA eleva el nivel de exigencia en materia de seguridad y cumplimiento. Los riesgos de mantener una infraestructura obsoleta son claros. El 95 % de los líderes tecnológicos afirman que una red resiliente es crítica para sus operaciones, y el 77 % ha experimentado fallos importantes debido a congestión, ciberataques o errores de configuración.
Una red segura proporciona una respuesta estructural a estos desafíos. Al ser el canal por el que transita toda la información, se convierte en un punto privilegiado para la detección y aplicación de políticas de seguridad, con capacidad para actuar de forma granular y a gran escala. Las arquitecturas heredadas, por el contrario, ya no están a la altura de las exigencias actuales en términos de resiliencia, rendimiento y escalabilidad. ¿El resultado? Caídas de servicio, cuellos de botella y oportunidades perdidas para detectar y contener amenzas.
El camino a seguir: construir redes seguras preparadas para la IA
Entonces, ¿cómo pueden las empresas cerrar la brecha de preparación y aprovechar la oportunidad de la IA? La respuesta está en una modernización estratégica y sostenida de la red. En Cisco hemos desarrollado una plataforma segura y preparada para la IA que permite a las organizaciones modernizar sus redes con una base sólida y escalable. Concebida desde el inicio para afrontar los retos —y aprovechar las oportunidades— que plantea esta nueva etapa tecnológica, su arquitectura unifica la gestión y la visibilidad, automatiza las operaciones y protege los flujos de datos, facilitando así una adopción de la IA más ágil, segura y sostenible.
Como ejemplo, en un futuro muy próximo, los agentes de IA proporcionarán información precisa sobre la red y ejecutarán acciones, transformando posturas de seguridad reactivas en defensas proactivas y autorreparables capaces de predecir y prevenir incidentes. Un ejemplo de ello es AI Canvas, la interfaz generativa de Cisco que redefine la colaboración entre equipos y agentes, integrando telemetría en tiempo real desde múltiples fuentes en un entorno operativo siempre activo.
Qué deberían hacer los líderes de TI
Responder a las exigencias de la era de la IA requiere, ante todo, una evaluación realista de las capacidades actuales de la red frente a los requisitos —cada vez más dinámicos— de las cargas de trabajo digitales impulsadas por IA. A partir de ahí, conviene revisar también el papel estratégico que desempeña la red en un entorno marcado por nuevas amenazas y por la necesidad de integrar funciones de seguridad directamente en la infraestructura.
Establecida esa base, el siguiente paso pasa por invertir con criterio en automatización, seguridad avanzada, garantías operativas y análisis en tiempo real. Son estas herramientas las que marcarán la diferencia en términos de resiliencia, capacidad de respuesta y eficacia global de los sistemas empresariales.
Moldeando el futuro juntos
Modernizar la red ya no es un simple avance técnico. Es un movimiento estratégico, indispensable para liberar el verdadero potencial de la inteligencia artificial. Asumir esa transformación exige una visión compartida por parte de los equipos de TI, las áreas de negocio y todo el ecosistema tecnológico. Toca repensar la red como plataforma segura y adaptable, capaz de sostener la próxima generación de organizaciones impulsadas por IA. Ahora es el momento de invertir, innovar y construir los cimientos digitales de los que dependerán las generaciones futuras.
Vicepresidente de Redes para EMEA, Cisco
