En un momento en que la seguridad de las comunicaciones digitales se enfrenta a desafíos estructurales, el proyecto MADQuantum-CM ha cerrado una etapa clave con la presentación de los resultados de su iniciativa MADQ Business Venture. El programa, centrado en el impulso del emprendimiento y la transferencia tecnológica en el ámbito de las comunicaciones cuánticas, ha reunido a startups, empresas consolidadas y centros de investigación en torno a una red experimental única en España: MadQCI.
Según los datos presentados en el evento celebrado en Madrid, el proyecto ha movilizado 1,7 millones de euros en dos años, de los cuales 300.000 se han destinado directamente al desarrollo de cinco startups seleccionadas: g2-zero, Eye4Sky, Q-Dynamics, LuxQuanta y PuffinSecurity. Estas compañías han trabajado en pruebas de concepto centradas en la distribución de clave cuántica (QKD), middleware para aplicaciones en la nube, fuentes de luz cuántica escalables y dispositivos para aplicaciones espaciales. Todas las soluciones han sido validadas en la red MadQCI, que actúa como entorno de pruebas previo a la industrialización.
La iniciativa, financiada por la Comunidad de Madrid y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea a través de los fondos NextGenerationEU, ha tenido como objetivo facilitar la transición de tecnologías cuánticas desde el laboratorio hacia aplicaciones industriales. En paralelo, ha ofrecido formación especializada, apoyo al diseño de modelos de negocio y ayudas directas a investigadores, generando además cinco registros de propiedad intelectual.
En el acto de presentación, las cinco startups expusieron sus avances ante un público compuesto por representantes de la industria y la academia. LuxQuanta, por ejemplo, desplegó su tecnología de QKD de variable continua en la red MadQCI. Q-Dynamics validó una solución completa de QKD con orquestación remota y simulación de enlace free-space. Eye4Sky, spin-off del INTA, presentó dos dispositivos para corrección de polarización en sistemas QKD aplicables al espacio. PuffinSecurity desarrolló SECRE, un middleware que simplifica la integración de claves cuánticas en entornos cloud. Y g2-zero avanzó en la creación de una fuente de luz cuántica impulsada eléctricamente, un paso relevante hacia la miniaturización e integración industrial.
El programa también ha contado con la participación activa de empresas tecnológicas como Indra, Telefónica Innovación Digital (TID), GMV, SCS y Cipherbit. Estas compañías han colaborado en el diseño de soluciones industriales, desde la interconexión entre redes cuánticas terrestres y satelitales hasta la interoperabilidad entre dominios cuánticos heterogéneos. Telefónica, por ejemplo, ha probado la viabilidad de su modelo de interconexión entre las redes TEF-QCI y MadQCI. Cipherbit ha adaptado sus equipos criptográficos de defensa a un entorno QKD y desarrollado un simulador de comunicaciones seguras en espacio. Indra ha trabajado en la conexión entre la red TerrQCInet y el segmento terrestre de la red espacial de distribución cuántica de claves.
MadQCI, la red cuántica sobre la que se articula todo el proyecto, nació en 2009 con el objetivo de establecer un estándar global en criptografía cuántica. Hoy constituye el dominio cuántico de Madrid y se perfila como uno de los pilares de la futura infraestructura cuántica nacional y europea. Su valor no reside solo en la tecnología desplegada, sino en su capacidad para conectar actores diversos —empresas, universidades, centros públicos— en un entorno de validación tecnológica con criterios industriales.
La colaboración entre startups y grandes empresas ha sido uno de los ejes del programa. GMV, por ejemplo, ha trabajado en la orquestación de flujos de información entre redes físicas y satelitales. Estas sinergias han permitido a las startups validar sus propuestas en condiciones reales, acelerar su maduración tecnológica y explorar oportunidades de mercado. En paralelo, las grandes compañías han podido testar soluciones emergentes con potencial para integrarse en sus propias infraestructuras.
La inversión restante, 1,4 millones de euros, se ha destinado a proyectos industriales más amplios, centrados en la interoperabilidad de redes y el desarrollo de modelos operativos para infraestructuras cuánticas híbridas. Esta línea ha reforzado la conexión entre la investigación y la industria, consolidando a Madrid como un nodo estratégico en el ecosistema cuántico europeo.
Más allá de los resultados técnicos, el programa ha dejado tres aprendizajes estructurales. En el plano tecnológico, las empresas participantes han alcanzado una mayor madurez en soluciones cuánticas aplicables a infraestructuras críticas. En términos de mercado, se ha abierto una vía clara para que las startups accedan a inversión especializada y desarrollen modelos de negocio sostenibles. Y en el ámbito del emprendimiento, se han establecido alianzas industriales y definido hojas de ruta orientadas a casos de uso concretos.
Aunque el sector cuántico aún se encuentra en una fase temprana de industrialización, iniciativas como MADQ Business Venture muestran que la colaboración público-privada puede acelerar la transición hacia aplicaciones reales. El reto ahora es sostener este impulso, ampliar la red de actores implicados y asegurar que las capacidades desarrolladas en Madrid se integren en la futura infraestructura cuántica europea.
