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El despliegue comercial del 6G aún queda lejos, pero algunos de los debates clave sobre su utilidad real empiezan a trasladarse del plano teórico al experimental. Uno de ellos tiene que ver con la viabilidad de servicios inmersivos avanzados, como la comunicación holográfica o la realidad extendida distribuida, en entornos de red sometidos a latencia, congestión y movilidad. En ese terreno se sitúan los últimos resultados del proyecto europeo 6G-XR, que acaba de validar dos casos de uso orientados a servicios XR de próxima generación.
El proyecto, financiado en el marco del programa Horizon Europe a través de la Smart Networks and Services Joint Undertaking, reúne a actores industriales y centros de investigación con perfiles complementarios. Ericsson, el centro de investigación i2CAT, Vicomtech y Capgemini han trabajado sobre una infraestructura experimental multisitio para explorar cómo las redes Beyond 5G y 6G pueden sostener experiencias inmersivas exigentes desde el punto de vista técnico y operativo.
Más allá del relato habitual sobre el potencial del 6G, las demostraciones se han centrado en un problema concreto: cómo garantizar continuidad, calidad y baja latencia en servicios XR cuando la red no es ideal. La respuesta, al menos en este entorno experimental, combina inteligencia a nivel de aplicación, priorización dinámica de red y una gestión automatizada del edge computing.

Hologramas en tiempo real bajo condiciones de congestión
El primer caso de uso validado aborda uno de los escenarios más complejos para las redes móviles: la comunicación holográfica en tiempo real. Ericsson e i2CAT realizaron una sesión en directo entre Barcelona y Madrid utilizando el sistema HoloMIT desarrollado por i2CAT, apoyándose en una red 5G standalone de Ericsson desplegada en ambas ciudades.
La demostración no se limitó a mostrar la transmisión de un holograma a larga distancia. El foco estuvo en la resiliencia del servicio cuando aparecen problemas de red, un aspecto crítico si este tipo de aplicaciones aspira a salir del laboratorio. Para ello, el sistema incorporó un mecanismo de detección proactiva de congestión que monitoriza el rendimiento de la red a nivel de celda 5G. Cuando el algoritmo identifica degradación en la calidad de la transmisión, la aplicación reacciona antes de que la experiencia del usuario se vea afectada.
Ese primer nivel de inteligencia se complementa con un segundo, más cercano al control de red. Ante la detección de congestión, el sistema activa de forma automática la funcionalidad CAMARA Quality on Demand (QoD), que permite solicitar una priorización dinámica del tráfico holográfico. En la práctica, la red asigna recursos adicionales al flujo más crítico, reduciendo cortes y variaciones de latencia.
El resultado es una llamada holográfica que mantiene continuidad incluso en escenarios adversos. Aunque se trata de un entorno experimental, el ejercicio apunta a una cuestión recurrente en la discusión sobre XR y 6G: sin mecanismos de adaptación en tiempo real, la promesa de la inmersión se diluye rápidamente. Sectores como el mantenimiento industrial remoto, la formación técnica avanzada o determinadas aplicaciones médicas aparecen como beneficiarios potenciales, siempre que esta estabilidad pueda reproducirse a escala.
El edge como variable dinámica, no fija
El segundo caso de uso amplía el foco desde la red hacia la computación distribuida. Capgemini, Vicomtech, Ericsson e i2CAT demostraron cómo un servicio de realidad extendida puede seleccionar automáticamente el nodo de edge computing más adecuado dentro de un continuo que abarca varias ubicaciones geográficas, en este caso Barcelona y Madrid.
La arquitectura combina varios elementos. i2CAT aportó su tecnología holográfica HoloMiT, mientras que Vicomtech desarrolló un sistema de renderización remota que permite acceder a servicios XR desde dispositivos finales ligeros. Ericsson proporcionó la infraestructura de red extremo a extremo, capaz de adaptarse a las condiciones cambiantes. La coordinación recayó en la Intelligent Edge Automation Platform (IEAP) de Capgemini.
El componente diferencial fue la integración de la API Simple Edge Discovery, impulsada en el marco de CAMARA. Esta interfaz permite descubrir y seleccionar de forma automática el nodo edge más adecuado para instanciar el renderizador remoto. La decisión no es estática ni predefinida, sino que se toma en tiempo real considerando variables como la ubicación del usuario, la latencia, la carga del sistema y la disponibilidad de recursos.
Desde el punto de vista del usuario final, el proceso es transparente. Desde el punto de vista de la red y la operación, introduce una capa adicional de complejidad que hasta ahora se gestionaba de forma manual o semiestática. El experimento sugiere que, en escenarios XR avanzados, el edge dejará de ser un recurso fijo para convertirse en una variable dinámica del propio servicio.
Inteligencia de red como condición habilitadora
Las dos demostraciones comparten un hilo conductor: la inteligencia distribuida entre red y aplicación. No se trata únicamente de más ancho de banda o menor latencia, sino de la capacidad de la red para exponer información y recibir instrucciones que permitan adaptar el servicio en tiempo real. Las APIs de red, la priorización bajo demanda y la automatización del edge aparecen como piezas clave en ese modelo.
Desde Capgemini, Aurora Ramos, responsable técnico de proyectos de Conectividad y Redes de I+D en España, subraya que la combinación de edge computing e inteligencia de red permite optimizar recursos en todo el continuo de computación conectado. En su lectura, este tipo de capacidades constituye una base necesaria para acelerar la madurez del 6G en Europa y modificar la forma en que se articulan la comunicación y la colaboración digital.
Vicomtech pone el acento en la accesibilidad. Su investigador sénior en Digital Media & Communications, Roberto Viola, apunta que la renderización remota apoyada en edge y comunicaciones inalámbricas de baja latencia permite ofrecer experiencias XR de alta calidad en dispositivos menos potentes, ampliando el abanico de usuarios y casos de uso posibles.
Desde la perspectiva del proveedor de red, Ericsson interpreta estas pruebas como una validación del papel de las redes B5G y 6G en la habilitación de servicios XR exigentes. Manuel Lorenzo, director de Tecnología e Innovación de Ericsson R&D España, señala que los resultados sientan bases técnicas para aplicaciones donde la colaboración instantánea y de alta fidelidad no es opcional, sino estructural.
i2CAT, por su parte, enfatiza la resiliencia. Su director tecnológico, Daniel Camps, destaca que las comunicaciones holográficas basadas en HoloMIT ganan robustez cuando pueden apoyarse en APIs de red capaces de detectar congestión y adaptar los recursos al servicio en tiempo real. En su visión, este tipo de interacción entre servicios y redes será uno de los principales valores diferenciales del 6G frente a generaciones anteriores.
Más allá de la demostración
Pese a los resultados, quedan abiertas varias incógnitas. La primera tiene que ver con la escalabilidad: trasladar estos mecanismos a redes comerciales, con miles o millones de usuarios concurrentes, plantea retos técnicos y económicos aún no resueltos. La segunda apunta a la estandarización. APIs como CAMARA buscan precisamente crear un lenguaje común entre operadores y desarrolladores, pero su adopción masiva todavía está en construcción.
El proyecto 6G-XR se mueve, por tanto, en una frontera intermedia entre investigación aplicada y preindustrialización. Sus demostraciones no anticipan un despliegue inmediato, aunque sí ofrecen pistas sobre cómo podrían articularse los servicios inmersivos cuando el 6G deje de ser una promesa. La cuestión ya no es solo si la tecnología será posible, sino bajo qué condiciones operativas y de negocio llegará a ser viable.
Editor en La Ecuación Digital. Analista y divulgador tecnológico con más de 30 años de experiencia en el estudio del impacto de la tecnología en la empresa y la economía.
