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Telefónica Tech transfiere sus operaciones en Colombia, México y Chile a hiberus y refuerza su foco estratégico

Telefónica Tech transfiere sus operaciones en Colombia, México y Chile a hiberus y refuerza su foco estratégico

  • Telefónica Tech acuerda con hiberus la adquisición de sus negocios en Colombia, México y Chile, manteniendo la atención a clientes multinacionales y redefiniendo su estrategia regional.
María Jesús Almazor, COO de Telefónica Tech para España y América

La reorganización del negocio digital de Telefónica en Hispanoamérica suma un nuevo capítulo. Telefónica Tech ha alcanzado un acuerdo con hiberus para la adquisición de sus operaciones en Colombia, México y Chile, una decisión que ajusta el perímetro operativo de la filial tecnológica del grupo y, al mismo tiempo, acelera la expansión internacional de la compañía aragonesa. La pregunta que sobrevuela el movimiento no es solo qué activos cambian de manos, sino qué lectura estratégica deja sobre el futuro de la tecnología empresarial en la región.

El acuerdo, cerrado en Madrid y pendiente de las autorizaciones habituales, garantiza la continuidad de los servicios que Telefónica Tech presta a clientes multinacionales en esos países. No se trata de una salida abrupta ni de una retirada del mercado latinoamericano, sino de un ajuste selectivo. Telefónica Tech mantiene una alianza estratégica con hiberus que le permitirá seguir dando cobertura a grandes cuentas internacionales, mientras concentra recursos y gestión directa en los mercados que el grupo considera prioritarios.

Ese matiz resulta clave. Telefónica Tech no abandona Hispanoamérica, pero sí redefine su presencia. El Centro de Operaciones Digitales (Digital Operations Center, DOC) en Colombia continúa bajo su control y seguirá operando con normalidad, prestando servicio dentro de su huella y con los mismos niveles de calidad, disponibilidad y exigencia operativa. Es un detalle que evita una lectura simplista de desinversión y apunta más bien a una estrategia de especialización funcional.

Desde la óptica del grupo Telefónica, el movimiento encaja con una lógica que se viene repitiendo en los últimos ejercicios: simplificar estructuras, priorizar mercados con mayor escala y retorno, y focalizar la oferta tecnológica en soluciones de mayor valor añadido. España, Reino Unido, Alemania y Brasil aparecen de nuevo como los ejes centrales sobre los que Telefónica quiere construir su crecimiento digital, en un contexto de presión competitiva, madurez de mercado y necesidad de eficiencia.

Sin embargo, la operación no se explica solo desde la estrategia de quien vende. Para hiberus, la adquisición supone un salto cualitativo en su trayectoria internacional. La compañía, que ha construido su crecimiento a base de integración de talento y especialización tecnológica, consolida con esta operación una presencia directa en tres mercados clave de Latinoamérica. No es una entrada desde cero, sino la incorporación de equipos, clientes y capacidades ya operativas, algo que reduce fricciones y acelera la ejecución.

Ciberseguridad y cloud ocupan un lugar central en la operación. Ambas áreas, en las que  Telefónica Tech  ha concentrado una parte relevante de su propuesta de valor en los últimos años, pasan ahora a reforzar el catálogo de hiberus en la región. En un mercado latinoamericano donde la demanda de servicios digitales avanzados avanza de forma sostenida, aunque con grados de madurez muy distintos según el país, disponer de equipos especializados y de referencias multinacionales introduce una ventaja competitiva frente a actores locales y a los grandes integradores globales.

La continuidad laboral y contractual, garantizada conforme a la normativa vigente, añade una capa de estabilidad a la operación. En transacciones de este tipo, el riesgo no suele estar solo en el cierre financiero, sino en la integración cultural y operativa posterior. Mantener intactas las relaciones con clientes y profesionales reduce incertidumbres y preserva el valor del negocio transferido, al menos en el corto plazo.

Para Telefónica Tech, el acuerdo se enmarca en el Plan Estratégico Transform & Grow del grupo, una hoja de ruta que busca equilibrar crecimiento y disciplina financiera. La unidad digital ha sido uno de los vectores de diversificación de Telefónica, pero también uno de los ámbitos donde la dispersión geográfica puede penalizar la eficiencia. Concentrar esfuerzos no implica renunciar al mercado, sino gestionar la presencia de forma indirecta cuando la escala directa no compensa.

Este enfoque contrasta con etapas anteriores en las que Telefónica apostó por una expansión más homogénea en Latinoamérica, apoyándose en su histórica huella regional. El contexto actual es distinto. La competencia se ha intensificado, los márgenes se estrechan y la especialización pesa más que la cobertura geográfica extensa. En ese escenario, alianzas con socios tecnológicos adquieren un papel central.

Para hiberus, la lectura es complementaria. La compañía refuerza su posicionamiento como proveedor de servicios tecnológicos avanzados en Latinoamérica y se prepara para prestar servicio hacia Norteamérica, un objetivo que aparece de forma explícita en su discurso estratégico. La incorporación de un equipo altamente especializado, con experiencia en grandes cuentas y entornos complejos, acelera esa ambición sin necesidad de construirla desde cero.

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No obstante, el movimiento también plantea interrogantes. La integración de negocios procedentes de una gran corporación en una empresa de menor tamaño exige ajustes en procesos, gobernanza y toma de decisiones. Aunque la operación refuerza capacidades, también incrementa la complejidad organizativa. La capacidad de hiberus para absorber ese crecimiento sin diluir su modelo será una de las variables a observar en los próximos trimestres.

Desde el punto de vista del mercado, la operación refleja una tendencia más amplia. Las grandes multinacionales tecnológicas ajustan su exposición directa en determinados países, mientras actores de tamaño medio ganan protagonismo regional apoyándose en alianzas y adquisiciones selectivas. El resultado es un ecosistema más fragmentado, pero también más especializado, donde la proximidad al cliente y el conocimiento local vuelven a ganar peso.

Las declaraciones de los directivos de ambas compañías refuerzan esta lectura de continuidad y largo plazo. Telefónica Tech subraya la necesidad de mantener la cercanía con los clientes y los estándares de calidad, mientras hiberus pone el acento en la consolidación regional y en su plan estratégico Azul Infinito. Dos narrativas distintas que convergen en un mismo punto: la operación no es un cierre, sino una reconfiguración.

Queda por ver cómo evolucionará la alianza estratégica en la práctica. La coordinación en la atención a clientes multinacionales, la delimitación clara de responsabilidades y la gestión de posibles solapamientos serán determinantes para que el acuerdo genere valor sostenido. También será relevante observar si este movimiento anticipa nuevas operaciones similares en otros mercados o si se trata de un ajuste puntual.

Por ahora, la transacción deja una señal clara. Telefónica Tech afina su foco geográfico y operativo, mientras hiberus acelera su expansión latinoamericana apoyándose en activos consolidados. El equilibrio entre eficiencia, crecimiento y especialización vuelve a situarse en el centro del debate tecnológico en la región, con una incógnita abierta sobre hasta dónde llegará esta nueva fase de alianzas selectivas.

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