La decisión de Ametic de crear una Comisión de Tecnologías Duales para la Defensa ha reordenado de forma visible las prioridades de la patronal digital en un periodo en el que confluyen la innovación, la seguridad y el debate regulatorio.
La asociación, que se prepara para celebrar en 2026 su 40.º aniversario, pone así en marcha un instrumento diseñado para conectar el crecimiento del sector tecnológico con las necesidades emergentes de defensa y con la búsqueda de una mayor autonomía estratégica europea. La nueva Comisión llega tras un año de trabajo previo en un grupo especializado que había empezado a captar el interés de empresas vinculadas tanto al ámbito digital como al militar, interés que acabó superando las previsiones iniciales.
La patronal sostiene que la elevada participación confirma una demanda latente: disponer de un espacio estable en el que abordar de forma coordinada los retos tecnológicos que afectan a la defensa y a la digitalización avanzada. En un contexto internacional en el que las aplicaciones civiles y militares convergen con rapidez, la industria española trata de posicionarse en un escenario europeo marcado por cinco grandes prioridades: seguridad colectiva, reducción de dependencias externas, resiliencia de cadenas críticas, respuesta frente a amenazas híbridas y consolidación como actor geopolítico. Las tecnologías digitales de uso dual —como la inteligencia artificial, la ciberseguridad avanzada o los sistemas inteligentes— se han convertido en elementos que articulan estas prioridades.
La Comisión nace bajo la presidencia de Luis Fernando Álvarez-Gascón, director general de Secure e-Solutions en GMV, acompañado por Josep Aracil, Miguel Golmayo y Sandra Figaredo en las vicepresidencias. La combinación de perfiles apunta a un equilibrio entre estrategia institucional y conocimiento tecnológico. Desde la dirección general, Celestino García considera que esta estructura permitirá reforzar la colaboración público-privada y avanzar hacia un papel más sólido de España en una Europa que busca afianzar su competitividad digital y defensiva. Lo relevante es que la iniciativa se integra en una agenda más amplia que Ametic ha ido configurando en los últimos meses.
En un encuentro reciente con los medios, en el que participó La Ecuación Digital, Francisco Hortigüela, presidente de la asociación, subrayó la necesidad de impulsar un ecosistema colaborativo que incluya grandes compañías, pymes, universidades y centros tecnológicos. Para él, esta diversidad permite a Ametic representar con naturalidad a empresas de oferta y de demanda, un rasgo que la patronal considera diferencial frente a otras organizaciones del sector. La asociación participa de forma activa en CEOE, CEPYME, Digital Europe y ACUTELAN, con el objetivo de dinamizar proyectos y aportar una visión que conecte las dinámicas nacionales con los marcos internacionales.
La llegada de Celestino García como director general, anunciada en noviembre, completa el giro estratégico. Su experiencia en el sector tecnológico y su trayectoria en la gestión de grandes estructuras se interpretan como un impulso adicional para expandir la influencia de Ametic. García destacó que España cuenta con redes de alta calidad, talento y cultura digital, factores que deberían situar al país en una posición competitiva en el escenario europeo. Su mensaje, sin embargo, incluía un matiz que resonó entre los asistentes: el reto no está solo en la capacidad tecnológica, sino en la facilidad con la que las empresas pueden traducirla en proyectos tangibles.
Ese matiz se hace evidente en otra de las preocupaciones manifestadas por la patronal: la incertidumbre provocada por el retraso en la implantación de Verifactu. El Real Decreto que pospone la entrada en vigor de esta herramienta —concebida para asegurar la trazabilidad y veracidad de la factura electrónica— ha generado inquietud en el sector. Ametic advierte de que la falta de previsibilidad compromete la planificación de las compañías y erosiona la estabilidad necesaria para afrontar inversiones en procesos digitales. Aunque el sistema puede adoptarse voluntariamente, la patronal considera que la decisión no elimina la necesidad de dar continuidad a una transición regulatoria iniciada hace tiempo.
La asociación defiende que preservar la coherencia del proceso es esencial para evitar que los aplazamientos afecten al impulso transformador ya asumido por las empresas. También reiteró su disposición a colaborar con las Administraciones para garantizar una implementación ordenada y sostenible, incluso bajo un marco de voluntariedad temporal. La asociación insiste en que herramientas como Verifactu aportan beneficios que exceden el cumplimiento normativo, al mejorar la eficiencia y fortalecer la confianza en las transacciones digitales, especialmente en un mercado con creciente exposición internacional.
El debate regulatorio se amplifica cuando se incorpora un segundo elemento: el calendario de los fondos europeos Next Generation. Con un cierre previsto a mediados de 2026, Ametic alerta de que una parte relevante de los proyectos aún no ha alcanzado los niveles de ejecución esperados. Hortigüela fue claro al afirmar que la estructura burocrática del programa ha limitado su capacidad transformadora, sobre todo en pymes. Lo que inicialmente debía actuar como motor de recuperación y digitalización ha acabado, en algunos casos, frenando la participación empresarial por la complejidad de los requisitos y los tiempos de respuesta.
Según el presidente de la patronal, la carga administrativa no solo ralentiza la implementación de iniciativas; puede también comprometer el crecimiento o incluso la continuidad de algunas compañías. En este contexto, Ametic defiende la ampliación de los plazos para recuperar el tiempo perdido. Esta posición, que la asociación atribuye también al Gobierno español, depende en última instancia de la decisión europea. La patronal subraya que no se trata de una solicitud excepcional, sino de una medida necesaria para evitar que proyectos estratégicos —incluidos algunos PERTE como el de los chips— queden a medio camino.
Hortigüela añadió que la solución no pasa por endurecer controles, sino por rediseñar procedimientos que faciliten la agilidad sin renunciar a la fiscalización. La asociación sostiene que la digitalización corre el riesgo de ensanchar la brecha entre grandes y pequeñas empresas si no se garantiza un acceso real a los fondos y a los instrumentos de apoyo. Y advierte de que esta brecha tendría consecuencias estructurales en la competitividad del país.
En conjunto, las posiciones expuestas por Ametic dibujan un horizonte de 2026 cargado de decisiones relevantes. La creación de la Comisión de Tecnologías Duales simboliza un nuevo eje de trabajo que conecta innovación y defensa; la preocupación por Verifactu revela la fragilidad de los calendarios regulatorios; y la petición de extender los fondos europeos muestra la importancia de revisar los mecanismos de gestión para asegurar que la digitalización avance sin fracturas.
La industria digital española navega entre oportunidades claras y obstáculos que podrían frenar su ritmo, y la patronal intenta situarse como interlocutor central en un momento en el que la tecnología, la seguridad y la regulación convergen con especial intensidad.
