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Apple prepara la sucesión de Tim Cook y apunta a John Ternus

Apple prepara la sucesión de Tim Cook y apunta a John Ternus

  • Apple acelera los planes de sucesión de Tim Cook y estudia nombrar a John Ternus como nuevo CEO en 2025, según informa el Financial Times.
Tim Cook, CEO de Apple

Apple ha comenzado a preparar de forma activa el relevo de Tim Cook. El consejo de administración y los principales ejecutivos de la compañía trabajan con la hipótesis de que Cook podría abandonar el cargo de consejero delegado a comienzos de 2026, según una información publicada por el Financial Times. Aunque no se ha tomado ninguna decisión definitiva, el nombre de John Ternus, vicepresidente senior de ingeniería de hardware, gana fuerza como sucesor interno.

La fecha clave sería el informe de resultados previsto para finales de enero. Una salida ordenada tras ese hito permitiría que un nuevo equipo directivo se afiance antes de la WWDC en junio, uno de los eventos anuales más relevantes del ecosistema Apple. A sus 65 años, Cook ya ha superado en longevidad a Steve Jobs al frente de la empresa, y se marcha con una capitalización bursátil que ha pasado de 350.000 millones a 4 billones de dólares desde su nombramiento en 2011.

La decisión, según el medio británico, no estaría motivada por una crisis interna o por resultados negativos. De hecho, Apple prevé cerrar el trimestre navideño con un crecimiento interanual de ingresos entre el 10 % y el 12 %, impulsado por las ventas del iPhone 17. El relevo, en cambio, forma parte de un plan de sucesión largamente estudiado, diseñado para preservar la estabilidad organizativa en un momento de cambio tecnológico global.

John Ternus, el nombre que más suena

Ternus, de 50 años, es un perfil veterano dentro de Apple. Se incorporó a la empresa en 2001 y ha sido responsable de ingeniería de hardware en productos clave como los Mac, los iPhone y los AirPods. Su visibilidad ha aumentado notablemente en los últimos keynotes, donde ha presentado novedades estratégicas, como el nuevo iPhone Air.

Aunque su nombre ya había aparecido en anteriores quinielas, su papel dentro de la nueva estructura ejecutiva tras la reciente jubilación del COO Jeff Williams ha reforzado su posición. Según el FT, otros directivos como Craig Federighi (software) y Eddy Cue (servicios) también han visto ampliadas sus responsabilidades en esta fase de transición interna.

Cook ha reiterado en varias ocasiones su deseo de que su sucesor salga de dentro de la organización. «Quiero que sea alguien de Apple», declaró el año pasado en el pódcast At Your Service de Dua Lipa. Las fuentes citadas por el FT confirman que esa sigue siendo la hoja de ruta: una transición interna, previsible y sin sobresaltos.

El momento estratégico: entre el legado y el desafío de la IA

La eventual salida de Cook no se produce en un vacío estratégico. Apple se enfrenta a una presión creciente por parte de inversores y analistas para definir con claridad su posición en inteligencia artificial, una tecnología que ha reconfigurado las prioridades de todos sus grandes competidores. Mientras Microsoft, Meta, Alphabet o Amazon han incrementado exponencialmente su inversión en IA generativa, Apple ha adoptado una postura más cauta, con un gasto significativamente menor en esta área.

A pesar de haber aprobado un presupuesto multimillonario para operar sus propios modelos en la nube a partir de 2026, la compañía baraja integrar tecnologías externas de OpenAI o Anthropic en la futura versión de Siri, lo que supondría un giro respecto a su tradicional apuesta por el desarrollo propietario. Este nuevo Siri potenciado por IA estaba inicialmente previsto para 2025, pero ha sido pospuesto al menos un año debido a problemas técnicos.

La tensión en torno a la IA no es solo tecnológica. Desde enero, Apple ha perdido a varios responsables clave de sus equipos de modelos fundacionales y de IA generativa. Muchos de ellos han sido contratados por Meta, en lo que se percibe como una guerra abierta por el talento. Entre las salidas más destacadas figura Ruoming Pang, que lideraba el núcleo de IA de Apple y que habría fichado por Meta con un paquete retributivo cercano a los 200 millones de dólares.

El reto externo: antiguos aliados, nuevos rivales

La competencia para Apple no solo viene de los grandes consorcios del cloud. La alianza entre Sam Altman (CEO de OpenAI) y el exdiseñador jefe de Apple, Jony Ive, para crear una nueva generación de dispositivos con IA ha reactivado los temores sobre una posible disrupción desde fuera. En mayo, OpenAI adquirió la startup io por unos 6.500 millones de dólares con el objetivo de desarrollar este nuevo tipo de hardware, liderado por Ive, responsable en su día del diseño del iPhone, el iPod y el iPad.

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Este tipo de movimientos no ha pasado desapercibido en Cupertino. Apple, tradicionalmente celosa de su control sobre hardware y software, se encuentra ahora en una encrucijada en la que sus fortalezas logísticas y de diseño podrían no ser suficientes para liderar la próxima ola tecnológica.

Un ciclo que se cierra

Cook pasará a la historia como el CEO que convirtió a Apple en la primera empresa en alcanzar una valoración bursátil de 1 billón de dólares en 2018, y luego los 3 billones en 2022. Su gestión se ha caracterizado por la expansión global, la eficiencia operativa y la consolidación del modelo de servicios digitales. Sin embargo, su etapa también ha estado marcada por dependencias críticas de la cadena de suministro asiática, tensiones arancelarias entre Estados Unidos y China, y una menor velocidad de innovación en software respecto a la era Jobs.

En los últimos trimestres, el comportamiento de la acción de Apple ha quedado rezagado respecto a gigantes como Nvidia, Alphabet o Microsoft, aunque sigue cotizando cerca de máximos históricos gracias a unos resultados sólidos en octubre.

Lo que se abre ahora es una fase de ajustes silenciosos. Si el cambio de liderazgo se confirma en 2025, Apple no solo iniciará una nueva etapa con un rostro distinto al frente. También deberá demostrar que su maquinaria puede adaptarse con rapidez a un entorno en el que el hardware ya no es el único motor del crecimiento, y en el que la inteligencia artificial se ha convertido en el nuevo eje competitivo de la industria tecnológica.

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