La presión sobre los márgenes y la necesidad de adaptarse con rapidez a los cambios del mercado están obligando a muchas empresas españolas a revisar sus modelos operativos. En este escenario, la tecnología ya no se percibe como un extra competitivo, sino como un requisito estructural. Así lo plantea ERA Group, consultora especializada en optimización de costes, que identifica tres palancas tecnológicas capaces de mejorar la eficiencia empresarial sin comprometer la calidad ni la capacidad de innovación.
Según el informe Desbloqueando el potencial de la IA en Europa en la Década Digital, elaborado por Amazon, la adopción de inteligencia artificial en España podría generar un impacto económico de 282.000 millones de euros hasta 2030. Una cifra que, aunque sujeta a múltiples variables, da una idea del alcance que puede tener la transformación digital si se orienta hacia la eficiencia operativa.
La automatización de procesos mediante inteligencia artificial y machine learning es una de las líneas de acción destacadas por ERA Group. No se trata solo de reducir tareas manuales, sino de aplicar algoritmos predictivos que permitan anticipar la demanda, detectar patrones de consumo y optimizar la asignación de recursos. En sectores como la distribución o la industria, esta capacidad de análisis en tiempo real está empezando a sustituir decisiones reactivas por modelos más proactivos.
La segunda palanca tecnológica es la nube. Su adopción permite escalar operaciones sin necesidad de grandes inversiones en infraestructura física. Pero más allá del ahorro en hardware, lo relevante es su capacidad para facilitar entornos colaborativos, especialmente en organizaciones con equipos distribuidos o estructuras híbridas. La nube, en este sentido, no solo reduce costes: también acelera los flujos de trabajo y mejora la trazabilidad de los procesos.
El tercer eje identificado por ERA Group es el Internet de las Cosas (IoT). La conexión de dispositivos inteligentes en fábricas, almacenes o vehículos permite recopilar datos en tiempo real y ajustar operaciones sobre la marcha. En sectores como la logística o la energía, donde los márgenes son estrechos y la eficiencia operativa es crítica, el IoT está empezando a redefinir los modelos de negocio. No tanto por la tecnología en sí, sino por la información que genera y la velocidad con la que puede ser procesada.
Fernando Vázquez, socio consultor de ERA Group España, resume esta visión con una frase que apunta al equilibrio entre tecnología y estrategia: “La tecnología no sustituye al talento, lo potencia. Y cuando ambos se alinean con una estrategia clara, el resultado es imparable”. La afirmación, aunque ambiciosa, refleja una tendencia que empieza a consolidarse en muchas organizaciones: la eficiencia tecnológica como base para liberar recursos y reorientarlos hacia la innovación.
La eficiencia, en este contexto, no se limita a recortar gastos. Implica también mejorar la experiencia del cliente, reducir errores operativos y aumentar la resiliencia organizativa. Gracias al análisis de datos y a las herramientas predictivas, las empresas pueden anticiparse a cambios de mercado, ajustar su oferta con mayor rapidez y construir relaciones más sólidas con clientes y proveedores.
Sin embargo, no todas las compañías están en el mismo punto de madurez digital. La inversión inicial, la integración con sistemas heredados o la resistencia cultural al cambio siguen siendo barreras frecuentes. En este sentido, el papel de consultoras como ERA Group no se limita a identificar oportunidades de ahorro, sino a acompañar a las empresas en la toma de decisiones tecnológicas que tengan un impacto real y medible.
La cuestión de fondo es si las organizaciones están dispuestas a asumir que la eficiencia ya no es solo una cuestión de costes, sino de supervivencia competitiva. Y si la tecnología, lejos de ser una promesa abstracta, puede convertirse en una herramienta concreta para lograrlo.
