Elon Musk, a través de su startup xAI y de la red social X, ha demandado a Apple y OpenAI en un tribunal federal de Texas, acusándolos de conspirar para frenar la competencia en inteligencia artificial. La demanda señala que Apple favorece a OpenAI al integrar ChatGPT en sus dispositivos y relegar a competidores como Grok en el App Store.
Una demanda con implicaciones estratégicas en la IA
La inteligencia artificial es ya un terreno de disputa empresarial y regulatoria. Elon Musk, fundador de xAI, presentó este lunes una demanda en un tribunal federal en Fort Worth (Texas) contra Apple y OpenAI, acusándolos de bloquear mercados para mantener posiciones de monopolio e impedir que rivales como X y su chatbot Grok compitan en igualdad de condiciones.
De acuerdo con la información publicada por Reuters, la denuncia sostiene que Apple, con su alianza con OpenAI, favorece deliberadamente a ChatGPT tanto en la integración del sistema operativo de iPhone, iPad y Mac como en la visibilidad en el App Store, donde aplicaciones como Grok —con más de un millón de reseñas y una media de 4,9 estrellas, según Musk— no reciben el mismo impulso en rankings y listados destacados.
A million reviews with 4.9 average for @Grok and still Apple refuses to mention Grok on any lists https://t.co/9GovpyMiZH
— Elon Musk (@elonmusk) August 25, 2025
Según la demanda, xAI solicita miles de millones de dólares en compensación por daños y perjuicios.
Apple y OpenAI en el centro de la polémica
La integración de ChatGPT en los dispositivos Apple, anunciada en 2023, forma parte de la estrategia de la compañía de Cupertino para reforzar su posición en la carrera de la IA. Sin embargo, esta colaboración es presentada por Musk como una maniobra para frenar el avance de competidores.
Desde OpenAI, la respuesta ha sido directa. En un comunicado recogido por Bloomberg, un portavoz afirmó que «esta nueva acción legal es coherente con el patrón de acoso del señor Musk». Apple, por su parte, no ha comentado públicamente la demanda.
El enfrentamiento se produce en un contexto en el que Apple ya enfrenta otros litigios, como la batalla legal con Epic Games por el control de los pagos en el App Store, y demandas antimonopolio impulsadas por el Departamento de Justicia de EE. UU.
El trasfondo del conflicto Musk–OpenAI
La disputa tiene también un trasfondo personal. Musk fue cofundador de OpenAI en 2015, pero abandonó el proyecto en 2018 tras desacuerdos con Sam Altman, actual CEO de la compañía. Desde entonces, las acusaciones cruzadas han sido constantes.
Musk ha denunciado en varias ocasiones que OpenAI traicionó su misión fundacional al transformarse en una estructura de beneficio privado, priorizando intereses comerciales. OpenAI, en respuesta, acusa a Musk de acoso legal y mediático, llegando incluso a señalar que intentó comprar la compañía en una “oferta ficticia” para dañar su reputación.
El debate jurídico: ¿existe un mercado definido de IA?
Más allá de la rivalidad empresarial, expertos legales citados por CNBC, consideran que este caso podría ser clave en la definición regulatoria del sector. Según Christine Bartholomew, profesora de Derecho en la Universidad de Buffalo, la demanda “es un canario en la mina de carbón en términos de cómo los tribunales tratarán la inteligencia artificial en el marco antimonopolio”.
Uno de los puntos centrales será determinar si existe un mercado definido de IA y qué actores lo conforman. Esta definición es esencial en litigios de competencia, ya que de ella depende establecer si Apple y OpenAI ejercen un monopolio o simplemente una ventaja derivada de acuerdos comerciales.
Apple podría defenderse alegando que la integración de ChatGPT responde a razones operativas y de seguridad, y que no existe obligación de dar mayor visibilidad a competidores en el App Store. Asimismo, podría argumentar que su acuerdo con OpenAI no es exclusivo, lo que le permitiría integrar otros chatbots en el futuro.
Implicaciones para Europa y España
Aunque el litigio se desarrolla en Estados Unidos, sus consecuencias podrían extenderse a Europa. La Unión Europea ya ha mostrado interés en regular tanto la inteligencia artificial como las prácticas de las grandes plataformas digitales a través de normativas como la Ley de Mercados Digitales (DMA) y la Ley de Inteligencia Artificial (AI Act).
Si los tribunales estadounidenses reconocen que la alianza Apple–OpenAI constituye un freno a la competencia, las autoridades europeas podrían intensificar la vigilancia sobre acuerdos similares en el mercado comunitario.
En España, donde startups trabajan en aplicaciones de IA para sectores como banca, salud y movilidad, una resolución favorable a Musk podría abrir la puerta a un mercado más competitivo, reduciendo el riesgo de que los gigantes tecnológicos limiten la visibilidad de soluciones locales en plataformas globales como iOS o Android.
Un caso que marcará precedentes
El choque entre Musk, Apple y OpenAI no es un litigio aislado, sino parte de una batalla mayor por el control de la próxima ola tecnológica. La cuestión que se abre es si las grandes alianzas entre gigantes tecnológicos se consideran legítimas estrategias de negocio o prácticas anticompetitivas que deben ser corregidas judicialmente.
Para las empresas españolas, el desenlace de este proceso servirá como referencia para anticipar riesgos regulatorios, valorar la dependencia de ecosistemas cerrados y diseñar estrategias de entrada en mercados dominados por pocos actores.
El veredicto, que podría tardar años en llegar, será decisivo para el futuro de la inteligencia artificial y para la definición de los límites del poder de las Big Tech en la economía global.
