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España impulsa la agenda digital europea con Spain Digital Week

España impulsa la agenda digital europea con Spain Digital Week

  • Adigital presenta en Bruselas Spain Digital Week para reforzar la agenda digital europea y la posición de España en la política tecnológica de la UE.
España impulsa la agenda digital europea con Spain Digital Week

La política digital europea suele avanzar en ciclos, pero de forma fragmentada. En ese terreno, Spain Digital Week se presentó en Bruselas como un intento explícito de ordenar intereses, capacidades y propuestas desde España dentro del marco comunitario.

La cita, organizada por Adigital con apoyo de empresas como BBVA, eDreams ODIGEO, Multiverse Computing, Telefónica y Transparent Edge, se celebró del 13 al 17 de octubre y reunió a cargos de la Comisión y del Parlamento Europeo junto a representantes del ecosistema tecnológico español. La novedad no fue el formato, sino la ambición de continuidad institucional en la capital de la UE.

El Decálogo  Upholding the EU’s Digital and Economic Agenda. Spain’s Strategic Leadership , presentado por Adigital, constituye el núcleo conceptual de la iniciativa. No se trata de un documento testimonial, sino de una propuesta estructurada para orientar la política digital europea hacia un equilibrio entre competitividad, seguridad e innovación.

Sus diez objetivos plantean un modelo de crecimiento basado en tres ejes: simplificación normativa, coordinación de inversiones y fortalecimiento industrial en tecnologías estratégicas. El texto defiende que Europa no puede avanzar con agendas separadas —económica, digital y de seguridad—, y que la integración de estas dimensiones será esencial para mantener su posición global. En ese marco, España se propone como agente articulador, combinando su ecosistema digital y su posición geográfica como punto de conexión entre Europa, América Latina y África.

El Decálogo “Upholding the EU’s Digital and Economic Agenda. Spain’s Strategic Leadership”, presentado por Adigital
El Decálogo “Upholding the EU’s Digital and Economic Agenda. Spain’s Strategic Leadership”, presentado por Adigital

Un escenario político más que simbólico

Bruselas no fue solo un escaparate. La presencia de Nadia Calviño, hoy al frente del Grupo Banco Europeo de Inversiones, y de Oriol Escalas, embajador representante permanente adjunto de España ante la UE, otorgó peso institucional al arranque. También actuó como señal: España aspira a situar su agenda digital en el centro de la conversación europea, con interlocución estable y capacidad de propuesta. Adigital, con oficina permanente en la ciudad, pretende consolidar ese rol de constructor de comunidad para empresas, administración y reguladores.

La estructura del encuentro buscó convertir la agenda española en una secuencia de diálogos útiles. El Consejo Español de la Digitalización Europea, celebrado bajo regla Chatham House, organizó la discusión en torno a tres ejes —presencia, procesos/posicionamiento y prioridades— con representantes de DG CONNECT, DG COMP, DG SANTÉ y del Parlamento Europeo. El objetivo: identificar espacios concretos para reforzar la influencia española en la elaboración de políticas, evitando duplicidades y mejorando la coordinación entre ministerios, reguladores y sector privado.

Nadia Calviño del Grupo Banco Europeo de Inversiones
Nadia Calviño del Grupo Banco Europeo de Inversiones

Spain Digital Week como palanca de presencia: de la foto al asiento en la mesa

La presencia no se mide solo en eventos. En la práctica, significa continuidad de canales con gabinetes, direcciones generales y grupos políticos del Parlamento. En los debates, se subrayó la necesidad de visibilizar capacidades reales: redes de conectividad internacional, hubs de datos, experiencia bancaria y de pagos, y un mercado con adopción temprana de IA en sectores de servicios. España puede exhibir activos, pero para que cuenten debe integrarlos en las prioridades del próximo ciclo legislativo.

El mensaje que dejó el primer panel fue preciso: reforzar la imagen-país en digital requiere dedicar tiempo político a Bruselas, coordinar mensajes y anticipar ventanas regulatorias. La perspectiva española ganó además tracción gracias a la participación de altos cargos comunitarios que señalaron retos conocidos —desde despliegues 5G/6G hasta la certificación de ciberseguridad— y abrieron la puerta a contribuciones técnicas provenientes de empresas y administración españolas.

Spain Digital Week
Spain Digital Week

Posicionamiento y procesos: del laberinto a la ventanilla única

El segundo eje del debate se centró en los procesos y en el posicionamiento institucional de España dentro de la gobernanza digital europea. La cuestión no fue menor: cómo hacer que las aportaciones españolas influyan de manera efectiva en las fases tempranas de la elaboración normativa y no queden relegadas a enmiendas finales. En este plano se abordó un reto persistente: equilibrar la protección de los valores europeos con la necesidad de generar marcos regulatorios más ágiles y previsibles para la innovación.

Durante las sesiones en el Parlamento Europeo, Adigital presentó su propuesta de simplificación regulatoria, una iniciativa que busca reducir redundancias, armonizar certificaciones y crear ventanillas únicas que faciliten la actividad transfronteriza. El planteamiento, compartido por representantes de la Comisión y del sector privado, defiende una regulación más funcional, capaz de proteger al consumidor sin sofocar la competitividad. En lugar de más capas normativas, propone una administración comunitaria que mida impacto, coordine mejor y elimine obstáculos que fragmentan el Mercado Único.

Prioridades políticas: tecnología profunda, campeones europeos y seguridad

El tercer plano del debate abordó las prioridades políticas. Los participantes coincidieron en que la competitividad europea dependerá del liderazgo en tecnologías profundas —inteligencia artificial, cuántica, semiconductores— y de una estrategia clara en ciberseguridad, entendida no como un complemento, sino como la base de la confianza digital. También se discutió la necesidad de crear condiciones para que las scaleups europeas crezcan sin tener que desplazarse a otros mercados. La cuestión no es solo financiera, sino regulatoria: armonizar reglas fiscales, agilizar los procesos de salida a bolsa y canalizar inversión institucional hacia empresas tecnológicas de alto potencial.

El papel de España en conectividad y tránsito de datos —por cableado submarino y centros de datos— añade un ángulo geopolítico. La resiliencia de estas infraestructuras condiciona, de facto, la autonomía estratégica. Inversiones en 5G/6G, cables de nueva generación y data centers forman parte de un argumento más amplio: proteger activos críticos, fortalecer la cooperación transatlántica y abrir, cuando convenga, acuerdos con América Latina y África que faciliten cadenas de suministro y movilidad de talento.

Parlamento Europeo: la propuesta que baja a lo concreto

El Parlamento Europeo acogió la presentación de la primera propuesta empresarial española para simplificar la regulación digital de la UE, un documento trabajado durante más de siete meses con más de quinientas empresas. Ante la Comisión Europea, el think tank CEPS y la patronal europea DIGITALEUROPE, Adigital expuso una línea argumental que busca reducir la complejidad normativa sin debilitar la protección al consumidor. En la práctica, se trata de equilibrar innovación y estabilidad jurídica, dotando a Europa de un marco de gobernanza digital más claro y predecible.

Spain Digital Week
Spain Digital Week

En paralelo, la Conferencia Política sobre Competitividad e Inversión, organizada junto a EURACTIV, conectó la agenda digital con los instrumentos financieros de la Unión. Los ponentes subrayaron que el reto no es la falta de fondos —la UE cuenta con el European Innovation Council, el programa TechEU o el futuro European Competitiveness Fund—, sino la coordinación efectiva entre ellos. La propuesta española de crear un Laboratorio Europeo de Competitividad apunta precisamente en esa dirección: una plataforma permanente para ensayar políticas conjuntas, evaluar resultados y ajustar prioridades de inversión a los objetivos estratégicos.

Europa ante el desafío de la escala tecnológica

Los debates sobre campeones tecnológicos europeos, celebrados en el Parlamento a puerta cerrada, pusieron de relieve una paradoja: Europa genera talento, pero no produce gigantes tecnológicos. Representantes de empresas españolas y eurodiputados de distintos grupos coincidieron en que la fragmentación normativa es una de las principales causas. El Plan Nacional de Escalabilidad, impulsado por Adigital junto con ICEX y BME, fue citado como modelo replicable a escala europea para reducir esa brecha, combinando coordinación fiscal, capital riesgo transfronterizo y procesos simplificados para cotizar en mercados europeos.

Esa propuesta conecta con la lógica del Decálogo: convertir la innovación en valor económico sin perder la orientación social ni los estándares europeos. No se trata de competir con Estados Unidos o China en volumen, sino de generar un modelo propio basado en interoperabilidad, seguridad y apertura global.

Spain Digital Week
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Gobernanza de la inversión: el eslabón donde todo se decide

El Decálogo sugiere movilizar y alinear instrumentos para impacto estratégico y propone un Laboratorio Europeo de Competitividad como plataforma constante de cocreación público-privada, pruebas piloto transfronterizas y evaluación de resultados. La propuesta no compite con las estructuras existentes; intenta conectarlas y medir su utilidad. Sin métricas y sin prioridades compartidas, la fragmentación seguirá penalizando a las empresas europeas, incluidas las españolas.

La hipótesis española es por tanto verificable: si los fondos comunitarios, la banca pública y el capital privado se coordinan con criterios de escala, Europa puede acelerar despliegues en IA, computación cuántica y chips sin desproteger al consumidor ni erosionar principios. El grado de coordinación, y no solo los importes, será determinante en el próximo ciclo legislativo.

Una lectura política: diplomacia tecnológica con acento español

La Spain Digital Week deja, además, una capa de diplomacia tecnológica. La presencia de la Secretaría de Estado de Digitalización e IA y de directivos de empresas con peso regulatorio refuerza la idea de que España aspira a hablar con una sola voz cuando se discuten normas que afectan a plataformas, identidades digitales, pagos instantáneos o ciberseguridad. La foto institucional, sin embargo, no basta. Lo que diferenciará a España será su capacidad para llegar con borradores trabajados, cifras y propuestas operativas antes de que las posiciones queden cerradas en trílogos.

El cierre con un encuentro de networking subrayó otra realidad: el diálogo público-privado necesita confianza y continuidad. Si la oficina de Adigital en Bruselas consigue traducir las conversaciones de esta semana en aportaciones a consultas, hearings y actos delegados, la iniciativa habrá cumplido su cometido. Si se queda en agenda anual, perderá tracción con rapidez.

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Susana Voces, presidenta de Adigital
Susana Voces, presidenta de Adigital

Riesgos y tensiones: lo que puede salir mal

Hay obstáculos. El primero, el ciclo político europeo: la renovación institucional, la negociación del próximo Marco Financiero Plurianual y el curso de la política industrial común marcarán ritmos y prioridades. El segundo, la fatiga regulatoria: la UE acumula legislación horizontal en datos, mercados y servicios digitales, y las empresas reportan costes crecientes de cumplimiento. El tercero, la competencia global: Estados Unidos combina inversión masiva y ventanas regulatorias más predecibles; China juega con escalas y políticas industriales muy dirigidas. En ese tablero, España solo será influyente si logra anclar aliados en Consejo y Parlamento y si demuestra que su propuesta reduce fricción real en la economía digital.

Un factor adicional aparece en la conversación de ciberseguridad: más certificaciones y más reporting no equivalen automáticamente a más resiliencia. La propuesta española insiste en coordinación de regímenes de certificación y redes transfronterizas de respuesta a incidentes; el matiz es relevante, porque su implementación exigirá interoperabilidad y confianza entre autoridades y operadores, no únicamente nueva normativa.

Próxima estación: de la narrativa a los hitos

El itinerario inmediato parece claro. Primero, dotar de calendario a las diez líneas del Decálogo para que no queden en un marco conceptual. Segundo, priorizar dos o tres expedientes donde España tenga activos nítidos (identidad digital interoperable, pagos y banca abierta, conectividad y cables, ciberseguridad aplicada) y trabajar mayorías cualificadas. Tercero, asegurar que el Laboratorio Europeo de Competitividad nace con gobernanza clara, indicadores y financiación multianual, para no convertirse en otro foro sin consecuencias.

En paralelo, conviene medir resultados. ¿Bajan los costes de cumplimiento para scaleups que operan en varios Estados miembros? ¿Se reducen los plazos para certificación de ciberseguridad en servicios cloud? ¿Aumenta el volumen de capital paneuropeo invertido en tecnologías profundas con centros en España? Si las respuestas no cambian, la narrativa de liderazgo español en digital quedará en retórica.

Epílogo operativo: una posición para negociar

Spain Digital Week no fue un acto de comunicación, sino una posición de negociación. Alineó a administración, empresas y actores europeos en torno a una hoja de ruta que busca presencia estable en Bruselas, procesos más eficientes para influir en la legislación y prioridades que conecten inversión con autonomía tecnológica. La diplomacia tecnológica española tiene con qué trabajar: hubs de datos y conectividad, banca con experiencia en innovación regulatoria, tejido de servicios digitales y una comunidad de empresas con ambición europea.

Queda, sin embargo, la tarea más difícil: sostener el esfuerzo en el tiempo y convertir la interlocución en cambios verificables de política pública. Si España quiere “configurar el futuro digital de Europa desde una perspectiva española, con ambición europea”, deberá hacerlo con propuestas que pasen el filtro más exigente de Bruselas, el del impacto en la economía real.

El Decálogo de Adigital para fortalecer la agenda digital europea

El documento presentado por Adigital en Bruselas, titulado  Upholding the EU’s Digital and Economic Agenda. Spain’s Strategic Leadership , recoge diez propuestas articuladas en torno a la idea de que la competitividad, la seguridad y la innovación no deben avanzar por separado.

El texto, elaborado con la participación de empresas y expertos del ecosistema español, busca contribuir a la definición del modelo digital europeo desde una perspectiva pragmática y colaborativa.

A continuación, los diez ejes que resumen su planteamiento:

  1. Equilibrar la política de competencia y facilitar la escala industrial.
    Europa necesita marcos que permitan crecer a empresas estratégicas sin renunciar a la diversidad del mercado. Se propone flexibilizar el control de fusiones en tecnologías críticas y garantizar acceso equitativo de pymes a plataformas digitales.
  2. Liderar el desarrollo de tecnologías profundas.
    La competitividad futura depende de avances en inteligencia artificial, computación cuántica y semiconductores. España aporta un ecosistema científico y empresarial en crecimiento que puede servir de ejemplo para traducir investigación en industria.
  3. Entender la ciberseguridad como base de la competitividad.
    La protección de infraestructuras y servicios digitales debe considerarse un pilar económico. El Decálogo sugiere marcos coordinados de certificación y redes transfronterizas de respuesta a incidentes.
  4. Apoyar el crecimiento de scaleups europeas.
    La innovación no se agota en las startups. Europa necesita empresas que escalen y permanezcan en su territorio. Adigital plantea incentivos fiscales, capital riesgo transfronterizo y procesos de cotización más ágiles.
  5. Digitalizar sectores estratégicos.
    Finanzas, seguros, energía o logística requieren acelerar la adopción de identidades digitales, datos interoperables y pagos instantáneos. España, con su fortaleza en fintech, ofrece casos de éxito transferibles al marco europeo.
  6. Reforzar la conectividad como elemento de autonomía estratégica.
    Las redes 5G y 6G, los cables submarinos y los centros de datos son la infraestructura invisible de la soberanía digital. España, punto de conexión entre continentes, representa el valor geopolítico de la conectividad resiliente.
  7. Coordinar y alinear inversiones públicas y privadas.
    Los fondos europeos existentes deben actuar de forma sincronizada. Se propone unificar gobernanza entre el EIC, el Grupo BEI y el futuro Fondo de Competitividad Europea, fomentando la participación del capital institucional.
  8. Simplificar la regulación y desbloquear el Mercado Único Digital.
    La fragmentación normativa es el principal obstáculo para escalar. Adigital sugiere incluir un “objetivo económico e innovador” en la legislación digital y crear mecanismos de ventanilla única que faciliten el cumplimiento transfronterizo.
  9. Impulsar alianzas tecnológicas internacionales desde el sector privado.
    Europa debe cooperar con América Latina, América del Norte y África para construir ecosistemas digitales compatibles y favorecer la movilidad de talento. España puede actuar como puente natural entre regiones.
  10. Consolidar un Laboratorio Europeo de Competitividad.
    Se propone crear una plataforma estable para ensayar políticas, probar instrumentos financieros y medir resultados. El objetivo: transformar las estrategias en proyectos verificables que fortalezcan la autonomía tecnológica de la Unión.

En conjunto, el Decálogo formula una hoja de ruta que combina ambición política y rigor operativo. No busca un cambio retórico, sino un marco común para que Europa gane velocidad sin perder cohesión. España, con su posición intermedia entre innovación, conectividad y diplomacia tecnológica, aspira a desempeñar un papel activo en ese proceso.

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