El lanzamiento del SpainSat NG II desde Cabo Cañaveral marca un nuevo hito en la estrategia española de soberanía tecnológica en el ámbito espacial. Con este segundo satélite, se completa el programa SpainSat NG, orientado a garantizar comunicaciones gubernamentales seguras para España, la Unión Europea y la OTAN. El proyecto, liderado por Hisdesat y con participación de Airbus y Thales Alenia Space, cuenta con una contribución clave de Grupo Oesía a través de su filial Tecnobit.
La empresa, con sede tecnológica en Valdepeñas (Ciudad Real), ha desarrollado la electrónica que alimenta y controla las antenas activas del satélite. Se trata de uno de los componentes más sensibles del sistema, responsable de modular las señales de radiofrecuencia en un entorno donde la radiación solar, los cambios térmicos extremos y la escasez energética exigen un diseño altamente robusto. Según fuentes de la compañía, todo el proceso —desde el diseño hasta las pruebas finales— se ha realizado íntegramente en España.
El SpainSat NG II es el gemelo del SpainSat NG I, lanzado en 2024. Ambos forman parte de un programa financiado parcialmente por el Ministerio de Defensa y la Agencia Espacial Europea, y están destinados a sustituir a los actuales satélites Spainsat y Xtar-Eur, cuya vida útil se aproxima a su fin. La nueva generación incorpora mejoras sustanciales en capacidad de transmisión, cifrado y resistencia a interferencias, lo que refuerza la autonomía operativa de las Fuerzas Armadas españolas y sus aliados.
De acuerdo con el Grupo Oesía, la electrónica embarcada en el satélite ha sido diseñada para operar durante más de 15 años sin mantenimiento, una exigencia habitual en misiones espaciales de este tipo. El módulo desarrollado por Tecnobit permite ajustar dinámicamente la orientación y potencia de las antenas, lo que mejora la eficiencia del sistema y reduce el consumo energético. Aunque este tipo de tecnología suele desarrollarse en centros fuera de España, en este caso se ha fabricado íntegramente en territorio nacional.
La participación de empresas españolas en programas espaciales de defensa no es nueva, pero sí ha ganado peso en los últimos años. En contraste con décadas anteriores, cuando la industria nacional actuaba como subcontratista de bajo nivel, proyectos como el SpainSat NG muestran una mayor integración vertical y capacidad de diseño propio. El caso de Grupo Oesía ilustra esta evolución: su apuesta por la hiperespecialización ha cristalizado en cinco marcas con foco en sectores como la ciberseguridad, la navegación de drones o las comunicaciones tácticas.
El programa SpainSat NG se enmarca en una tendencia más amplia de los países europeos por reforzar su autonomía estratégica en el espacio. La guerra en Ucrania y las tensiones geopolíticas han acelerado la inversión en capacidades propias, tanto en el ámbito civil como militar. En este contexto, la capacidad de España para desarrollar y operar satélites de comunicaciones seguras se interpreta como un paso hacia una mayor resiliencia tecnológica.
No obstante, el camino hacia una soberanía plena sigue siendo complejo. Aunque el diseño y ensamblaje de algunos módulos se realiza en España, gran parte de la arquitectura del satélite sigue dependiendo de consorcios internacionales. Airbus Defence and Space, responsable de la plataforma, y Thales Alenia Space, encargada de parte de la carga útil, son actores dominantes en el ecosistema europeo. La colaboración con ellos permite acceder a tecnologías avanzadas, pero también limita el control nacional sobre ciertos componentes críticos.
La puesta en órbita del SpainSat NG II no solo tiene implicaciones técnicas. También refuerza la posición de España en los programas espaciales de defensa de la UE y la OTAN, donde la interoperabilidad y la seguridad de las comunicaciones son factores estratégicos. En paralelo, consolida el papel de empresas como Grupo Oesía en un sector donde la competencia es alta y el acceso a contratos depende tanto de la capacidad tecnológica como de la alineación con los objetivos políticos y de seguridad.
Con más de 3.700 empleados y presencia en 42 países, Grupo Oesía ha buscado posicionarse como un actor relevante en tecnologías de uso dual. Su participación en el SpainSat NG II refuerza esa trayectoria, aunque también plantea desafíos: mantener el ritmo de innovación, asegurar la financiación de nuevos desarrollos y competir en un mercado donde los grandes integradores siguen marcando el paso.
La pregunta ahora es si este tipo de colaboraciones puntuales se traducirá en una industria espacial española más estructurada y con mayor peso propio. Por el momento, el SpainSat NG II ofrece una imagen clara de lo que ya es posible hacer desde dentro del país. Pero también deja entrever lo que aún queda por construir.
