La proliferación de espacios europeos de datos, impulsada por iniciativas como Gaia-X o International Data Spaces (IDSA), ha intensificado la necesidad de herramientas que garanticen la seguridad y trazabilidad de la información compartida. En este contexto, el instituto madrileño IMDEA Networks ha desarrollado FreqyWM, una herramienta de marca de agua digital diseñada para proteger los datos institucionales frente a filtraciones o usos no autorizados.
FreqyWM ha sido uno de los resultados más tangibles del proyecto europeo DataBri-X, finalizado recientemente tras tres años de trabajo. El objetivo del consorcio era claro: facilitar el intercambio seguro de datos entre actores públicos y privados, sin comprometer la privacidad ni la integridad de la información. Según explican desde IMDEA Networks, la herramienta permite insertar una firma digital única e invisible en los datos, lo que facilita su trazabilidad sin alterar su utilidad o estructura.
De acuerdo con la información publicada por IMDEA Networks, FreqyWM se ha integrado con éxito en flujos de trabajo complejos de inteligencia artificial, demostrando su viabilidad en entornos reales. Esta integración se ha llevado a cabo dentro de un marco de composición de pipelines sin código, pensado para usuarios sin formación técnica. “La idea es ocultar gran parte de la complejidad de la computación distribuida que preserva la privacidad, sustituyéndola por una interfaz gráfica de usuario sencilla que permite arrastrar y soltar herramientas existentes desde un mercado”, explica Nikolaos Laoutaris, investigador principal del proyecto en IMDEA Networks.
La metáfora del “mercado de herramientas” no es casual. DataBri-X ha apostado por una arquitectura modular, en la que los llamados Bri-X (bloques funcionales reutilizables) pueden combinarse para crear servicios de datos personalizados. Esta aproximación busca reducir las barreras de entrada a la economía de datos, especialmente para organizaciones que no disponen de equipos técnicos especializados.
Uno de los elementos más destacados del proyecto ha sido su enfoque holístico. Además de la marca de agua, el consorcio ha desarrollado un conjunto de herramientas orientadas a mejorar la interoperabilidad, la calidad y la eficiencia energética en el tratamiento de datos. Todo ello con un objetivo común: preparar los conjuntos de datos para su reutilización en entornos digitales avanzados, como los espacios europeos de datos o sistemas de inteligencia artificial distribuidos.
Aunque la marca de agua digital no es un concepto nuevo, su aplicación a datos estructurados y su integración en flujos de trabajo de IA representa un avance significativo. Hasta ahora, tecnologías similares se habían limitado al ámbito audiovisual, como en el caso de plataformas como Netflix o Spotify. Con FreqyWM, las instituciones pueden aplicar una protección comparable a sus activos de datos, reforzando la confianza en los ecosistemas de intercambio.
Para validar la accesibilidad de las herramientas desarrolladas, el equipo organizó dos datathones en los que se comprobó que los usuarios podían desplegar los sistemas en cuestión de horas, sin necesidad de conocimientos técnicos avanzados. Este punto resulta especialmente relevante en un contexto en el que la adopción tecnológica sigue siendo desigual entre sectores y regiones.
La publicación científica que respalda esta tecnología, presentada en la conferencia ICDE 2024 bajo el título «FreqyWM: Frequency Watermarking for the New Data Economy», detalla el funcionamiento del sistema y su aplicabilidad a diferentes tipos de datos. Entre los autores figuran investigadores de IMDEA Networks como D. Isler, E. Cabana, A. Garcia-Recuero, G. Koutrika y el propio Laoutaris.
El desarrollo de FreqyWM se inscribe en una tendencia más amplia: la búsqueda de mecanismos técnicos que permitan conciliar el valor económico de los datos con los principios de privacidad, soberanía digital y transparencia. En este sentido, Europa ha optado por una estrategia regulatoria y tecnológica que contrasta con los modelos más permisivos de otras regiones.
Sin embargo, la adopción de estas tecnologías no está exenta de desafíos. La estandarización, la interoperabilidad entre plataformas y la aceptación por parte de los usuarios siguen siendo puntos críticos. Además, la eficacia de las marcas de agua digitales dependerá en gran medida de su resistencia frente a intentos de eliminación o manipulación, un aspecto que aún requiere validación a gran escala.
Lo que sí parece claro es que herramientas como FreqyWM refuerzan la infraestructura necesaria para una economía de datos europea más segura y autónoma. En un momento en que la inteligencia artificial depende cada vez más de datos compartidos, la posibilidad de proteger su origen y uso se convierte en un factor estratégico.
La iniciativa de IMDEA Networks, aunque localizada en Madrid, se alinea con una visión paneuropea de la tecnología. Una visión que no solo busca competitividad, sino también control y responsabilidad en el uso de los datos. La pregunta que queda abierta es si estas herramientas lograrán escalar más allá del entorno académico y experimental para consolidarse en el tejido productivo europeo.
