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La Comisión Europea ha abierto una consulta pública para revisar la Digital Markets Act (DMA), la norma que regula a las grandes plataformas digitales en la UE. La revisión, que debe completarse antes del 3 de mayo de 2026, pondrá especial atención en los servicios impulsados por inteligencia artificial (IA) y en la agenda de simplificación normativa de Bruselas.
Desde su entrada en vigor en noviembre de 2022 y la plena aplicación de sus obligaciones en marzo de 2024, la DMA busca garantizar mercados digitales más justos y competitivos, limitando prácticas abusivas de los denominados gatekeepers —plataformas como buscadores, tiendas de aplicaciones o servicios de mensajería con gran poder de mercado—. Ahora, la Comisión quiere evaluar si el marco legal sigue siendo eficaz frente a los nuevos desafíos tecnológicos, en particular la rápida expansión de la IA generativa.
La primera revisión del DMA: qué está en juego
La DMA obliga a la Comisión a revisar periódicamente su efectividad. Este primer examen, que se desarrollará hasta 2026, servirá para determinar si el reglamento sigue siendo adecuado para su propósito, si necesita ajustes en la lista de servicios cubiertos o en las obligaciones impuestas a los gatekeepers, y si realmente está fomentando un entorno digital más abierto para empresas y usuarios.
En este contexto, la Comisión ha lanzado un llamamiento a la aportación de pruebas y comentarios que permanecerá abierto hasta el 23 de septiembre de 2025. Empresas, ciudadanos, asociaciones y expertos académicos podrán enviar sus valoraciones sobre el impacto real del DMA y sobre los posibles cambios que deberían incorporarse.
Inteligencia artificial en el radar regulatorio
Uno de los ejes centrales de la consulta es la incorporación de la IA en los servicios digitales regulados. Aunque la DMA define una veintena de servicios básicos de plataforma, no menciona explícitamente las herramientas de IA generativa, pese a que muchas de las plataformas designadas ya las integran en sus productos, como ocurre con Google Search.
El cuestionario específico sobre IA dirigido a desarrolladores plantea cuestiones clave:
- Dificultades de acceso a sistemas operativos, navegadores o servicios de usuario final.
- Posibles barreras impuestas por los gatekeepers a proveedores de IA.
- Cómo podría el DMA adaptarse para garantizar la competencia justa en este terreno.
Para empresas tecnológicas europeas, especialmente pymes que desarrollan soluciones basadas en IA, la revisión representa una oportunidad de influir en un marco regulatorio que podría determinar sus posibilidades de crecimiento y acceso a mercados.
Simplificación administrativa y carga regulatoria
Otro de los elementos que la Comisión quiere abordar es la simplificación normativa. Según el documento de trabajo, las obligaciones de reporte bajo la DMA ya son “muy limitadas” y se aplican únicamente a las plataformas designadas como gatekeepers. Sin embargo, Bruselas quiere evaluar si es posible reducir aún más la carga administrativa sin debilitar la efectividad del reglamento.
Este aspecto es especialmente relevante para el ecosistema empresarial europeo, que a menudo critica la complejidad de los requisitos regulatorios. Una DMA más clara y eficiente podría favorecer tanto la supervisión como el cumplimiento por parte de las grandes plataformas.
Implicaciones para empresas y pymes en España
Para las empresas españolas, la revisión de la DMA abre un doble frente:
- Oportunidad de mercado: si la Comisión refuerza las garantías de acceso justo para servicios de IA, startups y scaleups españolas podrían competir en mejores condiciones frente a gigantes tecnológicos.
- Seguridad regulatoria: una evaluación clara de cómo afecta la DMA a los modelos de negocio digitales permitirá a las compañías planificar inversiones con mayor certidumbre.
Además, el hecho de que la consulta esté abierta a todas las partes interesadas permite a las empresas españolas influir directamente en el debate regulatorio europeo, algo especialmente estratégico en sectores donde la IA empieza a transformar la oferta de servicios digitales.
Un proceso recurrente y de largo alcance
El ejercicio de revisión será periódico: el artículo 53 del DMA obliga a la Comisión a repetirlo cada tres años. En cada ciclo, Bruselas deberá analizar tanto la evolución del mercado como el impacto de nuevas tecnologías y modelos de negocio.
En esta primera revisión, el reto es significativo: la mayoría de las obligaciones del DMA apenas llevan en vigor desde marzo de 2024, por lo que los datos disponibles son limitados. Aun así, la Comisión ya estudia si es necesario ampliar el listado de servicios regulados o ajustar las obligaciones actuales de los gatekeepers.
Editor en La Ecuación Digital. Analista y divulgador tecnológico con más de 30 años de experiencia en el estudio del impacto de la tecnología en la empresa y la economía.
