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YPF ha puesto en marcha una estrategia para ampliar su modelo de negocio más allá de los hidrocarburos, con un proyecto que incorpora la energía nuclear como eje central. Bajo la creación de una nueva sociedad participada denominada YPF Nuclear, la compañía prevé integrarse al desarrollo de pequeños reactores modulares (SMR) y explorar una modalidad inédita de exportación: el suministro de energía orientado especialmente al abastecimiento de centros de procesamiento de datos e infraestructuras tecnológicas de gran consumo energético.
La iniciativa fue anunciada por Horacio Marín, presidente y consejero delegado de la compañía, como parte de una visión que contempla la coexistencia de la producción de petróleo y gas con nuevas fuentes de energía para la década siguiente. Según declaraciones recogidas por iProfesional, Marín considera que el ciclo de los hidrocarburos continuará en expansión al menos durante los próximos ocho años, generando exportaciones estimadas en 30.000 millones de dólares anuales, pero reconoce que es necesario anticiparse al escenario posterior a 2030 con alternativas energéticas.
Una estructura nueva para un cambio de rumbo
La creación de la Vicepresidencia de Nuevas Energías, liderada desde enero de 2025 por Andrés Scarone, marca el punto de partida de esta transformación. Esta área, desvinculada de la actividad tradicional de la empresa, será la encargada de articular proyectos estratégicos como YPF Nuclear y otras unidades vinculadas a energías no convencionales.
Dentro de este marco, YPF ya ha establecido vínculos con actores del sector nuclear como Damián Reidel, presidente de Nucleoeléctrica Argentina y responsable del Plan Nuclear Argentino, con el fin de evaluar la participación de la petrolera en la futura construcción de cuatro reactores SMR. Estos reactores, de hasta 300 megavatios de potencia cada uno, están siendo considerados como una opción viable para suministrar energía eléctrica de forma estable y continua.
Una de las aplicaciones previstas es el abastecimiento de infraestructuras digitales —como centros de datos o instalaciones de inteligencia artificial— desde territorio argentino, mediante conexión remota. Aunque no se han detallado aún las especificaciones técnicas, el concepto hace referencia a la posibilidad de ofrecer servicios energéticos a operadores internacionales conectados digitalmente, transformando así la energía nuclear generada en Argentina en un vector de exportación a través de la red.
Aplicaciones para el litio y otras fuentes alternativas
Además del proyecto nuclear, la vicepresidencia dirigida por Scarone coordina otras iniciativas en curso. Una de ellas es el desarrollo de la unidad YPF Litio, enfocada en la investigación y extracción de este mineral estratégico. En colaboración con la empresa israelí que lidera tecnologías de extracción avanzadas, y mediante un acuerdo con la compañía provincial Camyen, YPF Litio avanza en la exploración de unas 20.000 hectáreas en Fiambalá, provincia de Catamarca.
Este componente se enmarca en el papel clave que el litio tiene en la transición energética global, ya que es utilizado para la fabricación de baterías, especialmente en movilidad eléctrica y almacenamiento energético.
YPF Bio: producción y exportación de SAF desde Santa Fe
Paralelamente, YPF está ultimando la creación de otra unidad, YPF Bio, centrada en la producción de combustibles sostenibles para el sector aeronáutico. El proyecto contempla la reconversión de la refinería ubicada en el puerto de San Lorenzo, en la provincia de Santa Fe, que lleva varios años fuera de operación. Esta instalación, que cuenta con acceso a la Hidrovía Paraná-Paraguay, podría ser transformada en una biorrefinería para producir Sustainable Aviation Fuel (SAF), un tipo de carburante considerado clave para la descarbonización del transporte aéreo.
Según explicó Marín durante una presentación en Córdoba, el propósito es enfocarse en la exportación de SAF, sin competir con la industria local de biocombustibles basada en bioetanol de maíz y biodiésel de soja. La operación se está evaluando conjuntamente con la empresa estadounidense Essential Energy, con la que YPF firmó un acuerdo preliminar a finales de 2024. La viabilidad técnica y financiera del proyecto se encuentra actualmente en fase de análisis.
Essential Energy cuenta con experiencia en la producción de biocombustibles de primera y segunda generación, así como en materias primas de origen vegetal y animal. Su participación reforzaría las capacidades operativas de la nueva unidad de negocio, orientada al mercado internacional.
Energía para centros digitales: una vía de exportación emergente
La estrategia de YPF se alinea con un fenómeno global: el crecimiento exponencial del consumo energético por parte de los centros de datos, plataformas digitales y sistemas de inteligencia artificial. Estas infraestructuras requieren una provisión eléctrica constante y confiable, condiciones que la energía nuclear puede ofrecer con menores niveles de emisión de carbono respecto a otras fuentes no renovables.
En este contexto, Argentina podría posicionarse como proveedor de servicios energéticos si logra articular una cadena de valor que incluya minería de uranio, construcción de reactores SMR, transmisión energética remota y una regulación adaptada a las necesidades del mercado digital.
Aunque los detalles técnicos sobre cómo se realizará la “exportación a través de internet” no han sido especificados públicamente, la propuesta apunta al concepto de colocación geográfica de servidores y procesamiento remoto, donde los clientes internacionales se conectan a plataformas energéticas radicadas en el país sin trasladar físicamente la electricidad, sino contratando el servicio computacional alimentado localmente con energía nuclear.
Proyectos en fase incipiente pero con proyección
Tanto YPF Nuclear como YPF Bio y YPF Litio se encuentran aún en una etapa preliminar de desarrollo. No obstante, el hecho de que cuenten ya con marcos societarios definidos y acuerdos bilaterales en marcha indica un avance hacia una diversificación energética que la petrolera no había encarado en décadas anteriores.
La redefinición de su estructura corporativa, sumada a la colaboración con empresas especializadas y entes estatales, configura un esquema mixto que busca adaptar la actividad energética argentina a nuevos escenarios internacionales. El futuro de estas iniciativas dependerá de múltiples factores: viabilidad tecnológica, coste de desarrollo, demanda externa, y evolución del marco regulatorio tanto nacional como global.
Editor en La Ecuación Digital. Analista y divulgador tecnológico con más de 30 años de experiencia en el estudio del impacto de la tecnología en la empresa y la economía.
