Meta Platforms ha firmado un contrato con Google valorado en más de 10.000 millones de dólares para utilizar servicios de computación en la nube durante un periodo de seis años, según han confirmado varias fuentes a Reuters y Bloomberg.
Este acuerdo representa un movimiento significativo por parte de Meta en su estrategia de expansión de capacidad tecnológica, en especial para abordar los crecientes requerimientos computacionales derivados de sus desarrollos en inteligencia artificial.
Se trata del primer contrato a gran escala entre ambas compañías en el ámbito de la infraestructura en la nube, a pesar de que ya existían colaboraciones puntuales entre sus divisiones tecnológicas. Hasta ahora, Meta se había apoyado principalmente en Amazon Web Services (AWS) y Microsoft Azure para servicios de este tipo, aunque también dispone de más de una veintena de centros de datos propios en todo el mundo.
Infraestructura para acelerar el despliegue de modelos Llama
La utilización de los servicios de Google Cloud permitirá a Meta acceder a servidores, sistemas de almacenamiento, redes y otras herramientas críticas para el entrenamiento y despliegue de modelos avanzados de inteligencia artificial, como su familia de modelos Llama.
El acuerdo tiene como objetivo incrementar la capacidad operativa de Meta en este campo, en un momento en que la compañía se encuentra inmersa en una carrera por mejorar las capacidades de razonamiento y generación de sus modelos frente a competidores como OpenAI, Anthropic o Cohere.
El acuerdo se produce tras unas declaraciones de Mark Zuckerberg en julio, en las que anticipaba que Meta destinaría «cientos de miles de millones de dólares» a la construcción de infraestructuras para inteligencia artificial a largo plazo. De hecho, el pasado mes la compañía revisó al alza su previsión de gasto de capital anual, que pasó de una horquilla de entre 64.000 y 70.000 millones de dólares a un nuevo rango de entre 66.000 y 72.000 millones.
La empresa también ha iniciado una operación para deshacerse de activos físicos de centros de datos por valor de 2.000 millones de dólares, con el fin de canalizar dichos recursos hacia nuevas instalaciones y acuerdos con terceros como el recientemente cerrado con Google.
Contexto competitivo en el mercado cloud
El acuerdo con Meta se suma a la reciente captación por parte de Google Cloud de parte del negocio de OpenAI, organización que hasta hace poco dependía casi exclusivamente de la infraestructura de Microsoft Azure. Ambos contratos refuerzan la posición de Google en el mercado de servicios cloud, donde compite con los dos líderes del sector —Amazon y Microsoft— desde una posición aún distante en términos de cuota.
Alphabet, matriz de Google, comunicó en julio que su unidad de nube generó 13.600 millones de dólares en ingresos durante el segundo trimestre del año, lo que representa un crecimiento del 32 % interanual. Este aumento supera ampliamente el crecimiento agregado de la compañía, que fue del 13,8 %. El beneficio operativo de Google Cloud en ese mismo trimestre ascendió a 2.830 millones.
Analistas de Bloomberg Intelligence, como Mandeep Singh y Robert Biggar, apuntan a que esta operación “valida” la estrategia de precios que Google mantiene para sus servicios de computación, especialmente en relación con el coste por token procesado, un factor crítico en entrenamientos de modelos lingüísticos de gran escala.
El papel de Google como proveedor alternativo
Aunque Meta mantiene una rivalidad prolongada con Google en el ámbito de la publicidad digital, la magnitud del desafío técnico que supone escalar modelos de IA ha llevado a la compañía a adoptar un enfoque más pragmático en cuanto a proveedores de infraestructura. Este acuerdo subraya la creciente tendencia de las grandes tecnológicas a diversificar sus dependencias y optimizar sus capacidades en función de los recursos disponibles en cada plataforma.
En 2023, Google Cloud ya había iniciado una colaboración con Meta al integrar versiones del modelo Llama dentro de su plataforma Vertex AI, permitiendo a desarrolladores acceder a estas herramientas desde el entorno de Google. No obstante, hasta ahora no se había producido un contrato estructural como el que se acaba de anunciar.
Además de las inversiones en infraestructura externa, Meta continúa desarrollando proyectos propios como el nuevo macrocentro de datos de más de 370.000 metros cuadrados en construcción en Luisiana, Estados Unidos. Sin embargo, estas instalaciones no estarán operativas a corto plazo, por lo que la compañía recurre a acuerdos externos para cubrir sus necesidades inmediatas de procesamiento.
Escalada de costes y concentración en IA generativa
De acuerdo con la información financiera más reciente, Meta prevé un gasto total para 2025 de entre 114.000 y 118.000 millones de dólares. Gran parte de esta inversión estará destinada a IA, no solo en infraestructura, sino también en talento e investigación aplicada. La compañía ha manifestado su intención de incorporar herramientas de IA generativa en productos como Facebook, Instagram y WhatsApp, así como ofrecer soluciones a desarrolladores externos.
El acuerdo con Google se enmarca en esta estrategia y contribuye a reforzar su posición en un sector donde la capacidad de cómputo se ha convertido en un factor diferencial. Al mismo tiempo, permite a Google avanzar en su objetivo de consolidar su unidad cloud como un actor clave en la provisión de servicios para desarrollos de inteligencia artificial de gran escala.
