La tecnológica española Multiverse Computing ha inaugurado una nueva oficina en Madrid, en el número 200 del Paseo de la Castellana. Con este movimiento, la compañía refuerza su presencia en uno de los polos de innovación más activos del país y consolida su estrategia de expansión nacional e internacional en el ámbito de la inteligencia artificial comprimida.
Fundada en 2019 entre San Sebastián y Toronto, Multiverse ha crecido con rapidez en el segmento de los modelos de IA optimizados, apoyándose en una combinación de software cuántico y técnicas de compresión avanzada. Su producto principal, CompactifAI, permite reducir el tamaño de grandes modelos de lenguaje (LLM) hasta en un 95 %, con una pérdida de precisión que, según la empresa, no supera el 3 %. Esta eficiencia ha despertado el interés de grandes corporaciones y organismos públicos, que buscan soluciones de IA más sostenibles y adaptables a infraestructuras limitadas.
La nueva sede madrileña ya acoge a más de 60 profesionales especializados en machine learning, análisis de datos y arquitectura de soluciones. Según Enrique Lizaso, cofundador y CEO de Multiverse, el objetivo es “trabajar más cerca de nuestros clientes y partners, ofreciendo soporte directo y fortaleciendo nuestra presencia en uno de los principales centros de innovación tecnológica de Europa”.
Aunque la compañía mantiene su sede central en San Sebastián, la apertura en Madrid se suma a una red internacional que incluye oficinas en París, Londres, Múnich, Milán, Toronto y San Francisco. Esta expansión ha sido posible, en parte, gracias a una ronda de financiación de 189 millones de euros cerrada este año, con participación de fondos internacionales, corporativos y públicos. La inversión permitirá a Multiverse acelerar el desarrollo de CompactifAI, ampliar su plantilla y consolidar su presencia en los principales hubs tecnológicos globales.
De acuerdo con la información facilitada por la empresa, CompactifAI se está utilizando ya en sectores como energía, telecomunicaciones, automoción y banca. Entre sus más de 100 clientes figuran Iberdrola, Bosch, Telefónica y el Banco de Canadá. La propuesta de valor se centra en reducir el consumo energético y los costes operativos asociados al despliegue de modelos de IA, sin renunciar a la precisión ni a la escalabilidad.
El contexto regulatorio europeo también juega un papel relevante. La reciente aprobación de la Ley de Inteligencia Artificial de la UE, que establece requisitos de transparencia, eficiencia y sostenibilidad para los sistemas de IA, podría favorecer la adopción de modelos comprimidos como los que desarrolla Multiverse. No obstante, el mercado sigue fragmentado y la competencia, especialmente desde Estados Unidos y Asia, obliga a las empresas europeas a moverse con rapidez.
En este escenario, la apuesta por Madrid no responde solo a una lógica de proximidad comercial. La capital española concentra talento técnico, centros de investigación y una red creciente de startups y corporaciones tecnológicas. Además, el ecosistema local ha mostrado interés en soluciones de IA que puedan adaptarse a entornos regulados o con limitaciones de infraestructura, como la sanidad pública, la industria manufacturera o la administración pública.
Multiverse no ha detallado aún si prevé nuevas aperturas en España, aunque fuentes internas apuntan a que el crecimiento del equipo en Madrid podría continuar en 2026. Mientras tanto, la compañía mantiene su foco en consolidar CompactifAI como una alternativa viable frente a los grandes modelos de lenguaje desarrollados por gigantes tecnológicos, que requieren infraestructuras de alto coste y consumen grandes cantidades de energía.
La expansión de Multiverse coincide con un momento de madurez creciente del sector de la IA en España. Según datos del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), el 11,8 % de las empresas españolas con más de 10 empleados ya utiliza algún tipo de inteligencia artificial, y el porcentaje sigue en aumento. Sin embargo, la adopción efectiva sigue condicionada por barreras técnicas, económicas y regulatorias.
Frente a este panorama, la propuesta de Multiverse se alinea con una tendencia emergente: modelos más pequeños, eficientes y adaptables, capaces de operar en dispositivos locales o en entornos con recursos limitados. Una estrategia que, si bien no compite directamente con los grandes modelos fundacionales, sí ofrece una vía alternativa para democratizar el acceso a la IA.
La apertura en Madrid, por tanto, no es solo un gesto simbólico. Refleja una dirección estratégica que combina ambición internacional con arraigo local, y que busca posicionar a España no solo como consumidor, sino como productor de tecnología de inteligencia artificial con sello propio.
