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Seedbox.AI alerta de falta de capital y trabas regulatorias en la IA europea

Seedbox.AI alerta de falta de capital y trabas regulatorias en la IA europea

  • La startup alemana Seedbox.AI, dedicada a readaptar grandes modelos de lenguaje, advierte que la falta de capital y la regulación frenan la inteligencia artificial en Europa.
Europa Tecnología

La empresa alemana Seedbox.AI, fundada en Stuttgart, ilustra con claridad las dificultades a las que se enfrentan las compañías europeas que trabajan con inteligencia artificial (IA). Pese a su juventud y tamaño reducido, la firma ha logrado posicionarse en un sector dominado por gigantes tecnológicos estadounidenses.

Según declaró su cofundador Kai Kölsch en una entrevista recogida por Euractiv, los obstáculos regulatorios, financieros y de infraestructura continúan lastrando el crecimiento de la IA en Europa.

Modelos lingüísticos y oportunidad europea

Seedbox.AI opera sobre un modelo de negocio basado en la readaptación de grandes modelos de lenguaje (LLM, por sus siglas en inglés) desarrollados por compañías como Google (Gemini) o Meta (Llama). La compañía entrena estas bases para aplicaciones específicas, desde chatbots que responden dudas médicas hasta asistentes virtuales para tasaciones inmobiliarias.

Kölsch defiende que Europa no debería concentrar esfuerzos en replicar estos modelos desde cero, sino en aprovechar la infraestructura existente y perfeccionarla. Según él, se trata de mejorar la eficiencia de un sistema ya en marcha en lugar de intentar reinventarlo.

Limitaciones de hardware en la UE

Una de las principales barreras para las empresas europeas de IA es la falta de acceso a la infraestructura computacional de alto rendimiento. En este terreno, Seedbox.AI colabora con el centro de cálculo que albergará una de las “fábricas de IA” impulsadas por la Comisión Europea en Stuttgart, lo que le permite entrenar modelos en las 24 lenguas oficiales de la UE.

Sin embargo, Kölsch sostiene que disponer de chips especializados será determinante para competir en el entrenamiento de nuevos modelos fundacionales. En este sentido, considera que la fragmentación del proyecto inicial de un “CERN de la IA” en cinco plantas distintas podría diluir su utilidad.

El impacto del marco regulatorio

El marco normativo europeo, en particular la inminente entrada en vigor de la Ley de Inteligencia Artificial (AI Act), es otro de los puntos de fricción señalados por Seedbox.AI. Kölsch teme que la normativa provoque parálisis en empresas consolidadas que optan por no desarrollar proyectos ante el riesgo de incumplir requisitos poco claros.

Los retrasos en la publicación de documentos técnicos por parte de Bruselas, así como la falta de designación de autoridades nacionales encargadas de aplicar la ley, han generado un contexto de incertidumbre jurídica. A ello se suma la revisión de la legislación de protección de datos, que también podría ser objeto de simplificación.

Brecha financiera con Estados Unidos

El déficit de capital disponible para compañías tecnológicas en Europa es, según Kölsch, el mayor freno para la expansión de la IA en el continente. Cifras del Banco Europeo de Inversiones muestran que las startups estadounidenses reciben entre seis y ocho veces más inversión de capital riesgo que las europeas, pese a que ambas economías son comparables en tamaño.

Factores como la prohibición a fondos de pensiones de asumir riesgos en capital riesgo o la fragmentación del mercado financiero europeo limitan la disponibilidad de recursos. Inversores como Andreas Schwarzenbrunner, de Speedinvest, subrayan que el problema no es la falta de dinero, sino la canalización ineficiente de los fondos.

Aun con avances recientes en la creación de un ecosistema de financiación, las empresas europeas siguen afrontando dificultades para escalar sus proyectos. Esto las deja en situación vulnerable frente a adquisiciones por parte de grandes tecnológicas estadounidenses, que cuentan con liquidez para absorber a potenciales competidores.

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Fuga de talento y presión salarial

La escasez de profesionales especializados es otra dificultad añadida. Seedbox.AI, con una plantilla de 15 empleados, se encuentra en proceso de contratación de un nuevo ingeniero en IA, una búsqueda que se repite en múltiples compañías europeas.

La Unión Europea declaró 2023 como el “Año de las competencias” y fijó como objetivo que un tercio del alumnado universitario curse estudios STEM en 2030. Sin embargo, iniciativas como la estrategia para una “Unión de Competencias” no abordan directamente la cuestión salarial.

Mientras tanto, empresas como Meta han llegado a ofrecer paquetes retributivos que superan los 100 millones de euros anuales para captar investigadores de primer nivel. En este escenario, Kölsch recalca que la formación de talento en Europa no basta si este acaba marchándose a mercados donde el capital fluye con mayor facilidad.

Capital y competitividad global

Seedbox.AI ejemplifica cómo la conjunción de falta de inversión, incertidumbre regulatoria y limitaciones de infraestructura reduce las posibilidades de que Europa compita de forma efectiva en inteligencia artificial. A juicio de Kölsch, el capital determina tanto la capacidad de atraer profesionales como de sostener proyectos a largo plazo.

La compañía, pese a sus colaboraciones locales, ya ha despertado el interés de empresas no europeas como AMD y Nvidia, mientras que las corporaciones del continente parecen rezagadas en la adopción y comprensión de estas tecnologías.

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