Telefónica Empresas ha presentado un nuevo servicio de mensajería empresarial multicanal que combina automatización, personalización y verificación de identidad. La solución, desarrollada con tecnología propia, busca responder a la creciente complejidad de los canales de comunicación entre empresas y usuarios, en un entorno marcado por la fragmentación de plataformas y el aumento de los riesgos de fraude digital.
El servicio permite a las organizaciones enviar mensajes personalizados con contenido multimedia a través de múltiples canales, incluyendo SMS, correo electrónico, WhatsApp y RCS (Rich Communication Services). Este último, aunque todavía con una adopción desigual en Europa, ofrece funcionalidades avanzadas como botones interactivos, confirmación de lectura y, sobre todo, verificación del remitente. Telefónica lo integra como pieza clave para reforzar la seguridad de las comunicaciones empresariales.
La novedad más destacada es la incorporación de un modelo experiencial orientado a la conversación. A través de chatbots y sistemas de inteligencia artificial, el servicio permite mantener interacciones en tiempo real, 24 horas al día, con capacidad de análisis del perfil del usuario. Esto abre la puerta a campañas más segmentadas y dinámicas, pero también plantea interrogantes sobre la gestión de datos y la transparencia algorítmica.
Javier Mingo, jefe de Producto de Mensajería Empresarial en Telefónica Empresas, señala que “la gestión de los canales de comunicación es cada vez más compleja por su diversidad y por la mayor segmentación de clientes”. Según explica, el nuevo servicio busca simplificar esa complejidad con una solución modular y escalable, capaz de adaptarse a distintos escenarios de uso.
Uno de los elementos que Telefónica enfatiza es la seguridad. La verificación de identidad del remitente, integrada en el protocolo RCS, permite reducir el riesgo de suplantación en campañas de mensajería. Un aspecto especialmente relevante en sectores como el bancario, donde el fraude por smishing (envío de mensajes falsos que simulan proceder de entidades legítimas) ha obligado a reforzar los mecanismos de autenticación.
La solución también contempla casos de uso más amplios, desde notificaciones puntuales como recordatorios de citas o claves de un solo uso, hasta campañas masivas como promociones estacionales o avisos administrativos. Esto la hace aplicable no solo al sector financiero, sino también al retail, la sanidad o la administración pública.
Aunque Telefónica no ha detallado aún cifras de adopción ni previsiones de crecimiento, el movimiento se enmarca en una tendencia más amplia del mercado: la consolidación de plataformas de comunicación empresarial como servicio (CPaaS, por sus siglas en inglés). Empresas como Twilio, Infobip o Sinch han ganado terreno en este ámbito, ofreciendo APIs que integran mensajería, voz y vídeo en aplicaciones corporativas. Telefónica, con esta propuesta, busca reforzar su posición en el ecosistema europeo con una oferta que combina infraestructura propia y control sobre la seguridad.
En contraste con soluciones más abiertas o basadas en APIs de terceros, el enfoque de Telefónica parece orientado a clientes que priorizan la soberanía tecnológica y la integración directa con operadores. Esto puede resultar atractivo para grandes corporaciones o entidades públicas que manejan datos sensibles y requieren garantías adicionales de cumplimiento normativo.
El uso de inteligencia artificial para personalizar las comunicaciones también plantea retos. Aunque permite mejorar la experiencia del usuario y aumentar la eficacia de las campañas, su implementación exige una gestión cuidadosa de los datos y una supervisión constante de los modelos. Telefónica no ha especificado qué tipo de IA emplea ni si los algoritmos son desarrollados internamente o mediante alianzas con terceros.
El lanzamiento llega en un momento en que la mensajería empresarial vive una transformación acelerada. La saturación del correo electrónico, el descenso de la eficacia del SMS tradicional y la fragmentación de las aplicaciones de mensajería han obligado a las empresas a diversificar sus canales. Sin embargo, esa diversificación también ha traído consigo una mayor complejidad operativa y nuevos vectores de ataque.
Con esta solución, Telefónica Empresas intenta ofrecer una respuesta estructurada a esa complejidad. No se trata solo de añadir canales, sino de orquestarlos de forma coherente, con una capa de seguridad que permita mantener la confianza del usuario. La verificación de identidad, en este sentido, se convierte en un elemento diferenciador frente a plataformas que priorizan la velocidad o el alcance, pero descuidan la autenticación.
A medio plazo, el éxito de esta propuesta dependerá de su capacidad para integrarse con los sistemas de gestión empresarial existentes y de su flexibilidad para adaptarse a nuevas normativas de protección de datos. La evolución del protocolo RCS y su adopción por parte de los usuarios también será un factor determinante.
En cualquier caso, el movimiento de Telefónica refuerza la tendencia hacia una comunicación empresarial más conversacional, segura y automatizada. Una tendencia que, aunque aún enfrenta barreras técnicas y regulatorias, parece consolidarse como una de las líneas estratégicas del sector en los próximos años.
