El sector digital español cerró junio con un avance interanual del 3,5% en su volumen de negocio (junio 2025 vs. junio 2024), el mejor dato en siete meses, mientras mantiene viva la búsqueda de talento especializado y un pulso moderado en las expectativas empresariales.
El empleo continúa al alza —510.039 afiliados y 26.686 nuevas incorporaciones en un año— y la facturación por empleado mejora un 2,6%, aunque el dinamismo se enfría respecto a 2024.
Según el barómetro TIC Monitor, elaborado por Fundación VASS y el Centro de Predicciones Económicas (CEPREDE), el repunte de junio devuelve al negocio de servicios digitales a su mejor registro desde diciembre del año pasado. El dato llega acompañado de señales mixtas: mayor optimismo relativo en actividad y contratación para el corto plazo, pero con una tendencia de fondo más cautelosa, en línea con el enfriamiento que también se observa en la UE.
Ahora bien, el balance cambia si se corrige por precios: en términos reales, el sector estaría retrocediendo ligeramente, en contraste con el crecimiento acumulado del 6% que se observó en el primer semestre de 2024. La combinación de inflación y debilidad de la inversión sigue condicionando la demanda, presionando márgenes y trasladando el foco hacia la productividad y la eficiencia operativa.
Expectativas: optimismo moderado, tendencia a la baja
En julio, el 61,2% de las empresas consultadas anticipa una mejora de la actividad en los próximos tres meses, frente al 38,9% que augura un empeoramiento. En empleo, el 52,9% prevé aumentos de plantilla, mientras que el 47,2% contempla reducciones. El cuadro general sugiere un optimismo moderado, pero con menor intensidad que en 2024: la propensión a invertir se enfría, los ciclos de decisión se alargan y la visibilidad de cartera es más corta, especialmente en proyectos transformadores que exigen capex relevante.
Para las compañías proveedoras, este patrón obliga a priorizar proyectos de retorno rápido (automatización, modernización de aplicaciones, migraciones selectivas a cloud, analítica aplicada al negocio) frente a transformaciones de gran calado. Para los clientes corporativos, la prudencia se traduce en compras más escalonadas, pilotos con métricas de ROI estrictas y mayor presión para capturar eficiencias antes de escalar.
Empleo: creación sostenida, crecimiento más lento
Pese al contexto, el empleo sigue creciendo: 510.039 afiliados a la Seguridad Social en julio y 26.686 altas netas en los últimos doce meses. No obstante, el ritmo interanual se modera hacia el 2%, lejos del 4,1% observado en el primer semestre de 2024. Este ajuste es coherente con un mercado que mantiene vacantes de alta cualificación (arquitectura cloud, ciberseguridad, datos/IA, software de misión crítica) pero reduce la contratación generalista y alarga procesos para garantizar encaje, certificaciones y productividad billable.
La facturación por empleado crece un 2,6% en el último año. En un entorno inflacionario, este indicador sugiere que las empresas están elevando la intensidad de valor por profesional —más proyectos de mayor complejidad o mayor captura de tarifas en perfiles escasos—, aunque aún con margen para mejorar el mix de servicios y la utilización.
Talento como activo estratégico
“El comportamiento del empleo revela que, aunque el entorno de negocio es más frágil, las empresas siguen apostando por el talento como activo estratégico. La mejora puntual de la facturación debe interpretarse con cautela, pues el sector aún enfrenta una contracción real del negocio y un clima inversor que no termina de despegar”, señala Antonio Rueda, director de la Fundación VASS y responsable del TIC Monitor.
La lectura empresarial es clara: las compañías refuerzan la contratación selectiva en ámbitos críticos y combinan medidas de reskilling y upskilling para proteger capacidades diferenciales. La escasez de especialistas mantiene la presión salarial en determinados nichos, lo que incentiva modelos de entrega híbridos (onshore/nearshore), mayor automatización de tareas repetitivas y arquitecturas que reduzcan coste total de propiedad.
Implicaciones para las empresas en España y la UE
- Precios y márgenes: con un crecimiento nominal que se erosiona al deflactar, sostener márgenes requiere revisar pricing, paquetizar servicios de alto valor y acelerar la productividad vía automatización, plataformas y reutilización de componentes.
- Cartera y gobernanza del ROI: los consejos y comités de inversión demandan KPIs de impacto (reducción de costes, mejora de conversión, time-to-market). Los proveedores con casos de uso probados y métricas creíbles ganan ventaja competitiva.
- Regulación europea: la adaptación a AI Act, NIS2 y normativa de datos obliga a integrar compliance by design. Para el tejido español, convertir cumplimiento en propuesta de valor —marcos de gobernanza, auditoría de modelos, seguridad por capas— es una palanca comercial tangible.
- Financiación y costes de capital: el tono inversor más frío aconseja estructuras contractuales más flexibles (opex, pay-as-you-go, outcomes-based) y consorcios que reduzcan riesgo en proyectos complejos.
- Personas y capacidades: asegurar la atracción y retención de talento digital exige carreras técnicas claras, formación continua y herramientas que mejoren la productividad individual (desde entornos DevSecOps hasta copilotos de código y analítica aumentada).
Claves para el segundo semestre de 2025
- Selección de apuestas: priorizar iniciativas con alto retorno y plazos de captura cortos —automatización de procesos, modernización de datos, ciberseguridad aplicada al negocio y analítica prescriptiva—.
- Eficiencia operativa: elevar utilización y velocidad de entrega con plataformas modulares y aceleradores reutilizables, además de acuerdos marco que agilicen compras.
- Gestión del riesgo: reforzar gobernanza (datos, modelos, seguridad) para minimizar costes de cumplimiento y de incidentes.
- Talento escaso: doble vía —contratación de perfiles críticos y reciclaje interno— apoyada en itinerarios formativos medibles y certificaciones con impacto en tarifas.
- Relación con cliente: pasar de proyectos aislados a roadmaps compartidos con hitos trimestrales y métricas de negocio, blindando continuidad presupuestaria.
Un sector que resiste, con margen para mejorar
El sector digital muestra resiliencia: crece en términos nominales, mantiene el pulso del empleo cualificado y mejora la facturación por empleado. Pero la foto completa —ajustada a precios— invita a la prudencia.
El repunte de junio es positivo, aunque coyuntural, y las expectativas confirman un enfriamiento de fondo. En este escenario, la ventaja estará del lado de quienes conviertan la presión por eficiencia en productividad, gobiernen la regulación como valor diferencial y consoliden talento en disciplinas que el mercado está dispuesto a pagar.
