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Telefónica ha presentado en Madrid su nuevo plan estratégico para el periodo 2026-2030, bajo el nombre Transform & Grow. El documento marca una nueva fase para el grupo presidido por Marc Murtra, que aspira a combinar eficiencia, crecimiento sostenible y escala operativa en sus cuatro principales mercados: España, Alemania, Reino Unido y Brasil. El anuncio, que se presenta hoy en el Capital Markets Day en Madrid, confirma un giro pragmático hacia la rentabilidad y la digitalización integral del negocio.
El plan se apoya en seis ejes bien definidos: experiencia de cliente, expansión B2C, crecimiento B2B, evolución tecnológica, simplificación operativa y desarrollo del talento. En conjunto, dibujan una hoja de ruta que busca reforzar la posición de Telefónica como operador europeo de referencia global. No se trata de un plan de expansión geográfica, sino de una reorganización interna destinada a sostener el crecimiento en un entorno de márgenes ajustados y competencia fragmentada.
Una estrategia centrada en la eficiencia y la escala
El plan reconoce un diagnóstico que el sector comparte desde hace años: la falta de escala en el mercado europeo ha reducido la rentabilidad de las inversiones en red frente a Estados Unidos o China, donde operan menos compañías pero con mayor tamaño y poder de inversión. Aunque Transform & Grow no contempla operaciones de consolidación, Telefónica se declara “preparada para capturar oportunidades” si el contexto regulatorio y financiero lo permite.
El objetivo inmediato es capturar eficiencias “concretas y medibles”. El grupo estima un impacto bruto de ahorro de hasta 2.300 millones de euros en 2028 y de 3.000 millones en 2030, apoyado en la digitalización de procesos, la racionalización de estructuras y el apagado de redes heredadas (legacy).
Seis pilares para un modelo operativo más ágil
El primer eje, centrado en la experiencia de cliente, pretende reforzar la calidad de servicio mediante inteligencia artificial y sistemas avanzados de atención omnicanal. Telefónica asume que la satisfacción del usuario será el principal diferenciador en mercados maduros como el español o el alemán.
El segundo pilar apunta al negocio residencial (B2C), con foco en la convergencia de servicios fijos, móviles y digitales. España y Brasil serán los laboratorios de esta expansión, mientras que en Reino Unido y Alemania la compañía buscará ampliar cuota a través de ofertas empaquetadas y ecosistemas de servicios.
El tercer pilar se dirige al segmento empresarial (B2B), donde Telefónica Tech y las Unidades Globales jugarán un papel central. El grupo prevé acelerar la oferta de servicios digitales y de seguridad, apoyándose en sus relaciones locales con empresas y administraciones públicas.
La inversión en capacidades tecnológicas constituye el cuarto eje. La compañía planea modernizar sus redes fijas y móviles, actualizar los sistemas de TI e intensificar la innovación en áreas de conectividad avanzada y automatización.
El quinto pilar, la simplificación operativa, busca dotar de mayor autonomía a las filiales nacionales, reduciendo capas intermedias de gestión. Este enfoque de “grupo ligero” pretende agilizar decisiones y reforzar la rendición de cuentas en cada mercado.
Por último, el desarrollo del talento se presenta como elemento vertebrador. Telefónica aspira a atraer y retener perfiles técnicos y de gestión en un entorno de competencia global, impulsando una cultura orientada a la ejecución y al impacto.
Objetivos financieros: crecimiento moderado y flujo de caja libre
El plan Transform & Grow también detalla un conjunto de previsiones financieras hasta 2030. Entre 2025 y 2028, Telefónica espera un crecimiento medio anual de ingresos del 1,5 al 2,5 %, que se aceleraría hasta el 2,5-3,5 % en el periodo 2028-2030. La misma progresión se proyecta para el EBITDA ajustado, en los mismos rangos.
Además, el grupo estima una mejora en su eficiencia operativa que podría traducirse en un ahorro bruto acumulado de hasta 2.300 millones de euros en 2028, y de hasta 3.000 millones en 2030. Estos ahorros procederán, entre otras fuentes, de la optimización de procesos, la digitalización, la modernización tecnológica y el apagado progresivo de redes heredadas.
En términos de capital, Telefónica prioriza mantener su grado de inversión y vincular la retribución al accionista con el flujo de caja libre. Así, se confirma el dividendo de 0,30 euros por acción para 2025 (en dos pagos) y uno de 0,15 euros en efectivo para 2026. A partir de 2027, la política de dividendos se ajustará a un rango del 40-60 % del flujo de caja libre, con pagos anuales en junio.
Este enfoque busca aumentar la flexibilidad financiera y asegurar una distribución sostenible, sin comprometer la capacidad inversora en redes e innovación. Telefónica admite que el crecimiento será progresivo, pero aspira a hacerlo con menor riesgo y mayor rentabilidad.
Escenario europeo: fragmentación y consolidación latente
Aunque el plan no contempla operaciones de consolidación, Telefónica se posiciona como un actor preparado para capturar oportunidades si surgen condiciones favorables. En su diagnóstico, la compañía insiste en que el mercado europeo sufre una clara desventaja competitiva por la fragmentación: demasiados operadores, sin la escala necesaria para competir globalmente o rentabilizar la inversión en infraestructuras críticas.
Según cálculos presentados por analistas del sector, una eventual consolidación en los mercados core del grupo podría generar sinergias de entre 18.000 y 22.000 millones de euros, una cifra significativa que subraya el impacto potencial de futuras fusiones o adquisiciones.
Más allá de lo financiero, Telefónica reitera su compromiso con la autonomía estratégica europea, un asunto que ha ganado tracción en Bruselas tras las tensiones geopolíticas de los últimos años. La operadora se presenta así como un socio industrial relevante para avanzar hacia una infraestructura digital menos dependiente y más resiliente.
Una transformación por etapas, con ejecución medible
En contraste con anteriores planes corporativos, Transform & Grow pone énfasis en una ejecución pragmática, con objetivos temporales y métricas claras. No se trata de un giro radical, sino de una reorganización progresiva, con foco en los grandes bloques de rentabilidad: eficiencia operativa, escalabilidad tecnológica y crecimiento digital.
La compañía se enfrenta al reto de ejecutar esta transformación en un sector con un marco regulatorio bien definido, pero que, según denuncian los operadores, no facilita actualmente la consolidación del mercado ni incentiva las grandes inversiones necesarias para competir con escala. Telefónica insiste en que la fragmentación del mercado europeo limita la rentabilidad de las redes y frena la autonomía tecnológica.
En este contexto, la apuesta por mayor autonomía local, reducción de costes estructurales y especialización en segmentos de valor ofrece una base más sólida que en etapas anteriores. La clave estará en el ritmo de ejecución y en la capacidad de traducir los seis pilares estratégicos en resultados visibles, tanto para los clientes como para los inversores. Porque, al final, crecer con escala y eficiencia no solo es una aspiración: es una necesidad estructural en un mercado que ya no permite soluciones a medias.
Editor en La Ecuación Digital. Analista y divulgador tecnológico con más de 30 años de experiencia en el estudio del impacto de la tecnología en la empresa y la economía.
