Más de 5.700 municipios, dos bandas activas y una red preparada para el 5G Stand Alone: así se dibuja el mapa actual del despliegue de Telefónica en España. La operadora ha convertido el 5G en una infraestructura no solo de conectividad generalizada, sino también de proyección industrial. Lo ha hecho acelerando su implantación en dos frentes: el 5G convencional y el denominado 5G+ de altas prestaciones, basado en la banda de 3.500 MHz.
Según datos facilitados por la compañía, la cobertura móvil 5G de Telefónica ya abarca más del 94% de la población. Esto ha sido posible gracias a la instalación de nodos en más de 5.000 municipios. Aunque el número de nodos no se traduce en una relación uno a uno con los municipios cubiertos, el volumen y distribución de la red sitúan a la operadora en una posición difícil de disputar en términos de extensión geográfica y densidad tecnológica.
La evolución del despliegue ha sido especialmente notable en la banda de 3.500 MHz, donde Telefónica ha pasado de 2.000 municipios con cobertura a cerca de 3.000 en apenas siete meses. Esta banda, que permite velocidades superiores a los 2 Gbps y latencias muy bajas, es clave para servicios avanzados como el streaming en ultra alta definición, la realidad aumentada o las soluciones industriales en tiempo real.
El papel de las bandas: velocidad frente a alcance
En paralelo, la banda de 700 MHz ha reforzado el alcance del 5G en zonas rurales, edificios e interiores. Telefónica ha ampliado su cobertura en esta frecuencia hasta los 5.000 municipios, un incremento de 1.000 localidades desde el primer trimestre de 2025.
La estrategia combina ambas bandas: la de 3.500 MHz aporta capacidad y velocidad, mientras que la de 700 MHz garantiza penetración y cobertura en entornos menos densos. Este enfoque híbrido permite a la red adaptarse tanto a los núcleos urbanos como a las zonas rurales o infraestructuras críticas, como carreteras y centros logísticos.
Pese a que otras operadoras también han intensificado su despliegue en el último año, Telefónica mantiene una ventaja estructural, en parte por su anticipación en el desarrollo del 5G SA (Stand Alone), el modelo más avanzado de esta tecnología.
5G SA: infraestructura crítica para empresas
El despliegue de 5G SA implica que la red no depende de infraestructuras 4G, lo que libera todo el potencial del 5G. En la práctica, esto permite activar capacidades como el Network Slicing (segmentación de red por servicios) o el Edge Computing, orientados a reducir la latencia y optimizar procesos en tiempo real.
Estas funciones no son meramente técnicas. Resultan determinantes para sectores como la logística, la automoción o la sanidad. Telefónica, de hecho, fue la primera en lanzar en España un servicio de conectividad móvil con Network Slicing dirigido a empresas. Lo ha aplicado ya en el sistema de emergencias 112 de Extremadura, con una red segmentada y priorizada para este servicio crítico.
En conjunto, el 5G SA configura un entorno más robusto y predecible para la industria, especialmente en actividades donde el tiempo de respuesta, la fiabilidad y la seguridad son requisitos operativos, no ventajas competitivas.
Validación independiente: Ookla sitúa a Movistar en cabeza
Más allá de los datos de despliegue, la calidad de la red también ha sido reconocida externamente. Según el informe Speedtest Connectivity Report elaborado por Ookla en el primer semestre de 2025, la red móvil de Movistar ha sido la mejor valorada en España tanto en rendimiento general como específicamente en 5G.
Este estudio, basado en millones de pruebas de velocidad realizadas por usuarios, refuerza la posición de Telefónica no solo en número de nodos o cobertura, sino también en experiencia de usuario. La distancia respecto al segundo operador en el ranking de Ookla es “destacada”, según refleja el informe.
Lo relevante aquí no es solo el reconocimiento, sino su impacto operativo: una mejor red implica menor latencia en servicios críticos, mayor estabilidad en entornos industriales conectados y una experiencia más fluida para el usuario final.
Más allá de la cobertura: implicaciones estratégicas
El alcance del despliegue no se limita a una mejora en la conectividad doméstica. Telefónica está configurando un ecosistema de red que puede servir de base para verticales tecnológicos con altas exigencias, como la automatización industrial, los vehículos conectados o la gestión inteligente de ciudades.
Aunque la adopción masiva de soluciones basadas en 5G SA sigue siendo incipiente, el despliegue de infraestructura ya cubre una parte significativa del territorio. Esta disponibilidad técnica abre la puerta a nuevas aplicaciones en sectores donde la conectividad de baja latencia y alta capacidad resulta determinante, como la industria automatizada o los entornos urbanos inteligentes.
El debate sobre los modelos de monetización y la sostenibilidad del 5G sigue abierto en el sector. En este contexto, la red actual de Telefónica reúne las condiciones técnicas necesarias para albergar casos de uso avanzados, especialmente en el ámbito empresarial. Su desarrollo podría facilitar el despliegue de servicios que requieren segmentación de red, procesamiento en el borde o transmisión en tiempo real, aunque su adopción dependerá también de factores regulatorios y de mercado.
