La Plataforma Tecnológica eVIA ha reunido a más de un centenar de representantes institucionales, expertos en accesibilidad y entidades del sector tecnológico en su Asamblea General anual, celebrada el pasado 26 de noviembre en las instalaciones de Xtalento. El encuentro, organizado por la Agencia Estatal de Investigación (AEI), Fundación ONCE y AMETIC, ha servido para consolidar el papel de eVIA como nodo de referencia en el desarrollo de soluciones digitales inclusivas, en un momento marcado por la inminente entrada en vigor de la European Accessibility Act.
La jornada ha girado en torno a un objetivo compartido: reforzar la cooperación entre administraciones, empresas y organizaciones del tercer sector para acelerar la eliminación de barreras mediante la tecnología. Con más de 600 miembros, eVIA se presenta como un espacio de convergencia entre innovación, conocimiento aplicado y necesidades sociales. Según Celestino García, director general de AMETIC, “la accesibilidad digital ya no es una promesa, es una realidad palpable que está mejorando la vida de miles de personas”.
La European Accessibility Act, que será de obligado cumplimiento a partir de 2025, establece requisitos comunes para garantizar que productos y servicios digitales sean accesibles para todas las personas, incluidas aquellas con discapacidad. Aunque su aplicación práctica plantea desafíos técnicos y organizativos, también abre una vía para repensar el diseño tecnológico desde una perspectiva universal. José Luis Borau, responsable del Departamento de Accesibilidad al Medio Físico de Fundación ONCE, recordó que esta normativa “no nace de cero”, sino que se apoya en dos décadas de mandatos europeos orientados a armonizar criterios de accesibilidad.
Durante el evento se presentaron varios proyectos que ilustran cómo la innovación puede traducirse en impacto social tangible. Entre ellos, la aplicación Ayho de Fundación ONCE, que facilita la comunicación a personas con discapacidad auditiva; la plataforma Park4Dis, que mejora la movilidad urbana para personas con movilidad reducida; o el asistente turístico inteligente Cicerone, desarrollado por iURBAN. También se expuso el proyecto EMAI, impulsado desde la Plataforma ITEMAS-ISCIII, centrado en inteligencia artificial aplicada a la salud digital accesible.
La mesa redonda Transformando barreras en oportunidades reunió a representantes de Fundación TECSOS, la Universidad Carlos III de Madrid y Vicomtech. El debate abordó la necesidad de incorporar criterios de accesibilidad desde las fases iniciales de diseño tecnológico, así como el papel de la responsabilidad social en el desarrollo de soluciones digitales. Cristina Martín, de Vicomtech, subrayó que “la accesibilidad no puede ser un añadido posterior, debe estar integrada desde el principio”.
Más allá de los casos concretos, la Asamblea también sirvió para analizar las oportunidades de financiación disponibles. Marta de Diego Zori y Juan Luis Romera, del CDTI, detallaron las líneas de apoyo en el marco de Horizonte Europa, destacando el papel de eVIA como catalizador de proyectos colaborativos. En paralelo, María Ángeles Ferre, de la AEI, presentó la nueva convocatoria de colaboración público-privada, dotada con 300 millones de euros entre subvenciones y préstamos, orientada a acelerar la transferencia tecnológica.
La coordinadora de eVIA, Paula Sánchez, cerró la jornada con una intervención que apuntó a los próximos pasos de la plataforma: fortalecer alianzas, consolidar su papel como punto de encuentro nacional y promover proyectos inclusivos que sean financiables y escalables. Aunque el ecosistema de innovación accesible en España ha avanzado de forma significativa en la última década, persisten desafíos estructurales, especialmente en lo que respecta a la adopción de estándares comunes y la interoperabilidad entre soluciones.
La Asamblea de eVIA ha puesto de relieve una tensión latente: mientras la tecnología avanza con rapidez, la incorporación sistemática de criterios de accesibilidad aún depende en gran medida de la voluntad de los desarrolladores y de la presión normativa. La entrada en vigor de la European Accessibility Act podría cambiar ese equilibrio, obligando a las empresas a integrar la accesibilidad como parte estructural de sus procesos de innovación.
En contraste con etapas anteriores, en las que la accesibilidad era vista como un requisito marginal o una carga regulatoria, el discurso actual se orienta hacia su potencial como motor de innovación. Sin embargo, ese giro conceptual aún no se ha traducido de forma homogénea en el mercado. La existencia de plataformas como eVIA, que conectan actores diversos y promueven proyectos con impacto real, apunta a una estrategia más sistémica, aunque no exenta de fricciones.
La próxima convocatoria de proyectos y la implementación efectiva de la ley europea serán dos pruebas clave para medir hasta qué punto el ecosistema español está preparado para integrar la accesibilidad como estándar. Mientras tanto, el trabajo de plataformas como eVIA seguirá siendo esencial para mantener el foco en una innovación tecnológica que no deje a nadie atrás.