La transformación digital de la sanidad española se ha convertido en uno de los ejes estratégicos más relevantes para garantizar la sostenibilidad de un sistema que, pese a ser considerado una de las grandes joyas del Estado del bienestar, afronta tensiones crecientes. Este fue el mensaje central de la mesa Salud digital para una sanidad inteligente, equitativa y sostenible, celebrada en el marco del 39º Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones de AMETIC en Santander.
En la sesión intervinieron Juan Fernando Muñoz, secretario general de Salud Digital, Información e Innovación del Sistema Nacional de Salud (SNS); Víctor Jiménez, CTO de Conectividad de Huawei España; y Miguel Ángel Montero, presidente de la Comisión de Salud Digital de AMETIC, encargado de moderar la conversación. El encuentro sirvió para analizar el estado de la estrategia nacional de salud digital, su impacto en la cohesión territorial y las oportunidades que abre para la innovación y la colaboración público-privada.
Los retos que empujan el cambio
La intervención de Muñoz comenzó con una reflexión de fondo: sin sostenibilidad no hay equidad posible. El sistema sanitario español, universal y financiado con impuestos, afronta presiones estructurales que amenazan su equilibrio. El envejecimiento poblacional y el consecuente aumento de enfermedades crónicas multiplican la demanda asistencial. La escasez de profesionales sanitarios, recurso escaso y valioso, añade otra capa de complejidad. La movilidad creciente de los ciudadanos exige que la información clínica acompañe al paciente allí donde se le atienda.
En este contexto, insistió Muñoz, la tecnología no es un adorno, sino una herramienta imprescindible para garantizar la continuidad de la atención, integrar procesos, liberar tiempo de los profesionales y, sobre todo, orientar el sistema hacia la prevención y no únicamente hacia la enfermedad. La pandemia, aunque dolorosa, supuso un punto de inflexión: demostró que era posible articular una gobernanza más ágil, coordinar a 18 servicios de salud distintos y avanzar en la interoperabilidad de datos a gran escala, especialmente durante la campaña de vacunación.
Una estrategia nacional con recursos sin precedentes
La hoja de ruta se ha concretado en una estrategia de salud digital del SNS que ya acumula más de 736 proyectos y una inversión superior a los 1.100 millones de euros, procedentes tanto de fondos europeos como del presupuesto nacional y de acuerdos con la industria. El objetivo es claro: aprovechar la diversidad territorial como una fortaleza, sumando el conocimiento y la experiencia de cada comunidad autónoma bajo una visión compartida.
Entre los programas más relevantes figuran los servicios digitales comunes del SNS —tarjeta sanitaria, historia clínica y receta electrónica interoperable—, que permiten que la información de los pacientes fluya de forma segura entre comunidades y países europeos. También destacan el plan de digitalización de la atención primaria, especialmente castigada por la pandemia, y el proyecto Únicas, centrado en enfermedades raras pediátricas. La construcción del Espacio Nacional de Datos de Salud, que conectará con el futuro Espacio Europeo de Datos Sanitarios, se perfila como uno de los grandes hitos de la próxima década, al facilitar investigación, medicina personalizada y desarrollo de terapias avanzadas.
El secretario general recordó además que más del 95% de los fondos ya están licitados o en ejecución, lo que demuestra la capacidad de ejecución del sistema. En paralelo, se ha impulsado Sigenes, la primera biblioteca nacional de variantes genéticas, y se han cerrado convenios adicionales por más de 223 millones de euros procedentes de fondos FEDER, lo que garantiza continuidad a medio plazo más allá del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia.
La inteligencia artificial como nuevo motor
La gran protagonista de la sesión fue la inteligencia artificial aplicada a la sanidad. Según Muñoz, el SNS ya cuenta con más de un millar de algoritmos en uso, muchos de ellos redundantes, lo que hace urgente un marco de gobernanza que seleccione, evalúe y escale las mejores soluciones. La estrategia de IA que se someterá al Consejo Interterritorial pretende dar respuesta a este reto con una doble visión: por un lado, impulsar la IA diagnóstica y la analítica avanzada desde la práctica clínica; por otro, incorporar la IA generativa para reducir burocracia, liberar tiempo a los profesionales y mejorar la experiencia del paciente.
El plan contempla la creación de una oficina de IA del SNS en el Ministerio de Sanidad, con capacidad de interlocución con comunidades autónomas, agencias reguladoras, la Comisión Europea y el ecosistema tecnológico. Además, se está diseñando un marketplace nacional de algoritmos que funcionará como escaparate y herramienta de gobernanza, evitando duplicidades y favoreciendo la contratación ágil de soluciones certificadas.
Ya se están desarrollando pilotos en ocho comunidades autónomas con asistentes virtuales —denominados scribas digitales— que transcriben y estructuran la información de las consultas médicas. Se trata del primer paso hacia una incorporación sistemática de la IA generativa en los procesos asistenciales.
Conectividad e infraestructura: la visión empresarial
El análisis de Víctor Jiménez, CTO de Huawei, puso de relieve que España se encuentra entre los países más avanzados del mundo en digitalización sanitaria. Según explicó, no se trata solo de adoptar inteligencia artificial, sino de contar con un ecosistema tecnológico completo que permita desplegarla: conectividad robusta, infraestructuras cloud y datacenters dimensionados a gran escala.
Jiménez ilustró con un ejemplo claro: entrenar modelos de IA requiere conexiones de entre 100 y 400 gigabits por segundo, muy lejos de las capacidades habituales en la mayoría de proyectos de TI. “Sin conectividad real y efectiva, la sanidad digital no pasa de ser una promesa”, advirtió, al tiempo que defendió que la clave es ofrecer al ciudadano servicios tangibles, como la posibilidad de realizar una videoconferencia con su médico desde un valle remoto de Cantabria con la misma calidad que en una gran ciudad.
Cohesión territorial y cambio cultural
Uno de los puntos más destacados de la estrategia es su capacidad para cohesionar el SNS. Frente a la idea de dispersión, Muñoz defendió un modelo en el que cada comunidad autónoma lidera proyectos en los ámbitos donde cuenta con mayor experiencia, generando una red de liderazgo compartido. Así, el Ministerio actúa como coordinador y facilitador, eliminando obstáculos, garantizando financiación y asegurando que el avance se produzca en una dirección común.
El impacto ya es medible. Más del 90% de la población tiene su historia clínica integrada en el SNS, lo que permite la atención en cualquier punto del país. Más de tres millones de personas utilizan cada año la receta electrónica interoperable entre comunidades, y desde agosto se expiden semanalmente cientos de recetas cruzadas con otros países europeos. El uso de estos servicios crece a doble dígito, lo que confirma su adopción progresiva por parte de la ciudadanía.
El cambio no es únicamente tecnológico, sino cultural. Cada vez más profesionales sanitarios utilizan herramientas de IA para su práctica diaria. “Este es un tsunami que ya ha comenzado. Podemos elegir surfearlo o dejarnos arrastrar”, señaló Muñoz.
Los próximos desafíos
Los ponentes coincidieron en que aún quedan retos importantes. Incorporar a los proveedores privados en el ecosistema digital, garantizar el acceso a la información sanitaria de representantes legales de menores o personas con discapacidad, y avanzar en la regulación de la prescripción de terapias digitales son algunos de los más inmediatos. También resulta esencial consolidar un marco regulatorio europeo que asegure seguridad, ética y coste-eficiencia en el despliegue de algoritmos clínicos.
En el terreno de la financiación, el reto pasa por mantener el flujo inversor una vez finalizados los fondos europeos. Para ello, se apuesta por demostrar resultados tangibles y lanzar instrumentos como el marketplace de innovación en salud digital, que servirá de puente con la inversión privada al identificar necesidades concretas del sistema.
Innovación como palabra clave
Al final de la mesa redonda, el moderador pidió a los ponentes que definieran en una palabra el futuro de la salud digital en España. Víctor Jiménez lo resumió en “innovación”. Juan Fernando Muñoz coincidió y añadió que el verdadero reto es aprovechar lo que ya tenemos: datos de calidad, profesionales de prestigio, ciencia puntera y un ecosistema tecnológico en crecimiento. Con esos ingredientes, subrayó, “el problema será nuestro si no somos capaces de aprovechar esta ola”.
