El Consejo de Estado de China ha anunciado oficialmente su nueva estrategia tecnológica denominada AI+ , que sustituye a la iniciativa Internet+ lanzada en 2015.
Mientras que esta última se centraba en mejorar los procesos productivos mediante conectividad, el nuevo marco busca avanzar hacia un modelo basado en la aplicación y creación del conocimiento, utilizando inteligencia artificial como motor principal.
La iniciativa AI+ pretende marcar «un salto desde la conexión y difusión de información hacia la aplicación y creación del conocimiento», con el objetivo declarado de lograr mayores eficiencias económicas e inducir transformaciones más amplias y profundas tanto a nivel económico como social.
Pilares estratégicos: productividad, riesgos algorítmicos y supervisión tecnológica
Aprovechamiento responsable de IA para modernizar sectores tradicionales
La implementación del plan AI+ contempla una adopción cuidadosa e incremental. El documento gubernamental subraya que al utilizar inteligencia artificial para aumentar la productividad en empleos tradicionales es necesario abordar activamente desafíos asociados como posibles formas de discriminación algorítmica o desempleo estructural derivado.
Mecanismos regulatorios ante amenazas emergentes
Las autoridades chinas también reconocen explícitamente los riesgos inherentes al uso extendido de tecnologías basadas en IA. Entre ellos destacan fenómenos como el data poisoning, opacidad algorítmica (blackboxing) o las denominadas . En respuesta, proponen reforzar marcos normativos existentes mediante sistemas específicos orientados a monitorización técnica continua, alertas tempranas frente a fallos sistémicos y protocolos estandarizados ante situaciones críticas.
Tensiones geopolíticas: impacto indirecto sobre Europa y España
Aunque no directamente vinculado con AI+, este anuncio coincide temporalmente con decisiones políticas relevantes dentro del contexto europeo. La reciente cancelación por parte del Gobierno español de un contrato entre Telefónica y Huawei ilustra cómo cuestiones relacionadas con autonomía estratégica están condicionando acuerdos tecnológicos internacionales. El acuerdo incluía servicios vinculados incluso al Ministerio español de Defensa antes ser anulado pocos días después.
Dicha decisión podría interpretarse dentro del marco más amplio donde países europeos evalúan cuidadosamente sus relaciones tecnológicas bilaterales frente al avance chino tanto industrial como normativo alrededor del uso masivo e institucionalizado de inteligencia artificial.
