En un momento en que la Inteligencia Artificial comienza a consolidarse como infraestructura crítica en muchas organizaciones, GlobalSuite Solutions ha presentado una herramienta diseñada para abordar uno de los retos menos visibles pero más determinantes de esta tecnología: su gobernanza. AI Governance, la nueva solución de la compañía española especializada en Gobierno, Riesgo y Cumplimiento (GRC), pretende facilitar el paso de la experimentación con IA a su integración estructural dentro del negocio.
La propuesta llega en un contexto de presión regulatoria creciente. La aprobación del Reglamento de Inteligencia Artificial de la UE (EU AI Act), junto con marcos como ISO/IEC 42001 o el NIST AI RMF, está obligando a las empresas a revisar no solo cómo desarrollan sus sistemas de IA, sino también cómo los supervisan, documentan y alinean con sus objetivos corporativos. Según datos del IMARC Group, el mercado global de soluciones GRC alcanzará los 127.700 millones de dólares en 2033, más del doble de los 49.200 millones estimados para 2024. Una cifra que da cuenta del peso estratégico que está adquiriendo esta capa de gestión.
AI Governance se presenta como una plataforma capaz de orquestar todo el ciclo de vida de los sistemas de IA en un entorno unificado. Desde el inventario de modelos hasta la monitorización post-despliegue, pasando por la evaluación de riesgos y la definición de controles, la solución busca eliminar los silos entre seguridad, privacidad y negocio. La idea no es solo cumplir con la normativa, sino reducir la fricción operativa y convertir la complejidad regulatoria en una ventaja competitiva.
“Las empresas buscan correr más rápido gracias a la IA, pero necesitan garantías sobre quién conduce el vehículo”, afirma Antonio Quevedo, CEO de GlobalSuite Solutions. “Con AI Governance, automatizamos la detección de riesgos para que las personas tomen las decisiones finales con información fiable. Es la única forma de escalar la innovación sin perder el control ni la ética por el camino”.
La herramienta no se limita a documentar procesos. Incorpora capacidades de IA para asistir a los equipos de cumplimiento, actuando como un copiloto que sugiere controles, identifica riesgos y ayuda a redactar políticas. Este enfoque busca liberar a los profesionales de tareas repetitivas y permitirles centrarse en la estrategia. En la práctica, la solución facilita un cumplimiento multimarco, armonizando normativas dispares y evitando duplicidades que suelen derivar en sobrecarga administrativa.
Una de las funciones más destacadas es la trazabilidad total. Cada decisión, cambio o revisión queda registrada con evidencias inalterables, lo que permite afrontar auditorías con mayor seguridad jurídica. Esta trazabilidad también resulta clave para responder a los requisitos de transparencia y explicabilidad que exigen tanto los reguladores como los propios usuarios finales de sistemas basados en IA.
Aunque muchas empresas han iniciado proyectos piloto con IA, pocas han logrado escalar estos desarrollos de forma sostenible. La falta de gobernanza, los sesgos algorítmicos, la opacidad en la toma de decisiones y la desconexión entre departamentos técnicos y jurídicos son obstáculos frecuentes. AI Governance intenta abordar esta fricción estructural desde un enfoque transversal, definiendo responsabilidades claras y conectando a los distintos equipos implicados.
En contraste con otras soluciones centradas en el cumplimiento documental, la propuesta de GlobalSuite busca integrar la IA en la arquitectura GRC de la empresa. Esto implica tratarla no como un experimento aislado, sino como un activo estratégico que debe estar sujeto a los mismos controles y procesos que cualquier otro sistema crítico. El objetivo, en última instancia, es que la IA deje de ser una isla tecnológica y se alinee con las políticas de seguridad, privacidad y ética corporativa.
La aparición de herramientas como AI Governance refleja un cambio de etapa. Si la primera ola de adopción de IA se centró en la prueba de concepto y la eficiencia operativa, la siguiente se jugará en el terreno del control, la responsabilidad y la escalabilidad. En este nuevo escenario, la capacidad de gobernar la IA no será un complemento, sino una condición para su uso sostenido y legítimo.
GlobalSuite Solutions, con más de 2.000 clientes en sectores como finanzas, energía, salud o administración pública, refuerza así su posicionamiento en un mercado donde la tecnología ya no se mide solo por su potencia, sino por su capacidad de integrarse de forma responsable en el negocio. La gobernanza, hasta hace poco una preocupación secundaria, se perfila ahora como uno de los ejes centrales de la estrategia tecnológica corporativa.
