La trazabilidad en tiempo real, uno de los desafíos persistentes en la logística española, está encontrando en el Internet de las Cosas (IoT) una vía tecnológica para reducir pérdidas, mejorar la eficiencia operativa y optimizar recursos. Según el último informe elaborado por UnaBiz, proveedor de servicios de conectividad IoT, casi el 40 % de las conexiones IoT en España ya se destinan a aplicaciones logísticas. Un dato que, aunque significativo, apenas roza el potencial que esta tecnología puede desplegar en el sector.
El estudio, titulado La ruta del IoT en España y desarrollado con el respaldo de CITET, ofrece una radiografía territorial del uso del IoT en logística. La Comunidad de Madrid, Cádiz y Barcelona concentran más del 40 % de los sensores conectados, lo que refleja tanto la densidad de actividad logística como el grado de adopción tecnológica en estas zonas. Madrid, por ejemplo, lidera en proyectos de seguimiento de residuos y control de muestras de laboratorio, mientras que en Cataluña predominan las soluciones para la localización de activos y remolques, en línea con su perfil industrial y portuario.
La gestión de residuos representa el uso más extendido del IoT en logística, con un 47,5 % del total de dispositivos conectados. Le siguen la localización de neveras (25 %) y la monitorización de tanques de combustible (18 %). Estas cifras, más allá del reparto porcentual, apuntan a una tendencia: la sensorización de activos móviles y críticos gana terreno frente a modelos de gestión más estáticos o manuales.
En Andalucía, la adopción se orienta a la modernización de infraestructuras vinculadas a residuos urbanos y transporte. Aunque aún en fase de crecimiento, la región muestra señales de alinearse con una logística más sostenible, apoyada en tecnologías de bajo consumo energético y conectividad masiva.
A nivel provincial, Madrid concentra el 20 % de los dispositivos conectados, seguida de Cádiz con un 15,7 % y Barcelona con un 8 %. Este reparto territorial no solo responde a la actividad económica, sino también a decisiones estratégicas de inversión en digitalización por parte de administraciones y operadores logísticos.
Manuel Álvarez, director general de UnaBiz España, señala que el número actual de dispositivos conectados sigue siendo bajo en relación con las posibilidades reales del IoT. “Esto representa una oportunidad clara para seguir impulsando la digitalización del sector, mejorar la trazabilidad, optimizar recursos y avanzar hacia modelos logísticos más sostenibles y eficientes”, afirma.
Desde CITET, Santiago Vesga coincide en que la tecnología ya ha demostrado su eficacia, especialmente en la última milla, donde la trazabilidad y la monitorización en tiempo real son fundamentales. Sin embargo, matiza que la clave está en trasladar esa eficacia a la operativa diaria de las empresas. “Lo que necesitamos ahora es impulsar su aplicabilidad en las empresas, para que los beneficios de estas soluciones se traduzcan en operaciones más ágiles, óptimas y sostenibles”, concluye.
El informe también sugiere que la adopción del IoT en logística no avanza de forma homogénea. Mientras algunas regiones apuestan por sensores de bajo coste y conectividad 0G para activos de bajo valor, otras exploran soluciones más complejas basadas en redes celulares o tecnologías híbridas. Esta disparidad tecnológica, lejos de ser un obstáculo, podría abrir la puerta a modelos de implantación más flexibles y adaptados a las necesidades específicas de cada operador.
UnaBiz, que opera la red 0G basada en la tecnología Sigfox y colabora con más de 70 operadores nacionales, defiende un enfoque híbrido que combine diferentes tecnologías de red según el caso de uso. Además, su integración con plataformas como Soracom o su pertenencia a la LoRa Alliance refuerzan su capacidad para ofrecer soluciones adaptadas a contextos logísticos diversos.
La ruta del IoT en España no está trazada de forma lineal. El despliegue de sensores, la adopción empresarial y la evolución de la conectividad seguirán marcando el ritmo de una transformación que, aunque ya visible, aún tiene margen para redefinir la logística en su conjunto.
