La carrera por una ciberseguridad resistente a la computación cuántica ha dejado de ser una cuestión teórica. Palo Alto Networks e IBM han anunciado una solución conjunta orientada a acelerar la preparación quantum-safe en entornos empresariales, en un momento en que los avances hacia ordenadores cuánticos tolerantes a fallos empiezan a generar presión real sobre los sistemas criptográficos actuales.
El servicio, previsto para principios de 2026, combinará la plataforma de seguridad de red de Palo Alto Networks con los servicios de transformación quantum-safe de IBM Consulting. El objetivo: ayudar a las organizaciones a identificar su exposición criptográfica, evaluar los riesgos asociados y planificar una migración estructurada hacia algoritmos resistentes a la computación cuántica.
Según explicaron ambas compañías, la solución parte de un inventario automatizado de activos y usos criptográficos en redes híbridas, seguido de una evaluación de riesgos y una hoja de ruta de mitigación. La herramienta de Cipher Translation de Palo Alto Networks permitirá además interceptar comunicaciones cifradas con algoritmos vulnerables y actualizarlas en tiempo real a estándares post-cuánticos.
Aunque el concepto de seguridad quantum-safe ha estado presente en los foros técnicos desde hace más de una década, el ritmo de desarrollo de la computación cuántica ha intensificado la urgencia. De acuerdo con IBM, el riesgo no es solo teórico: ataques del tipo harvest now, decrypt later (recoger ahora, descifrar después) ya están siendo considerados por actores con capacidad de almacenamiento masivo, lo que plantea un escenario en el que datos cifrados hoy podrían ser vulnerables en el futuro.
Anand Oswal, vicepresidente ejecutivo de Productos de Seguridad de Red e IA en Palo Alto Networks, subrayó que «los clientes necesitan una hoja de ruta práctica hacia un futuro quantum-safe». En su opinión, la colaboración con IBM permite traducir la visibilidad criptográfica en acciones concretas, ganando tiempo frente a una amenaza que aún no se ha materializado del todo, pero que ya condiciona decisiones estratégicas.
La propuesta no se limita a un diagnóstico. El componente operativo incluye la integración de la telemetría de red con servicios de consultoría de IBM, que mapearán activos, analizarán riesgos y definirán planes de transición. Mark Hughes, Global Managing Partner en IBM Consulting Cybersecurity Services, lo resumió así: «Convertirse en quantum-safe no es un hecho puntual; es una transformación estratégica a escala empresarial».
La tensión entre la urgencia y la incertidumbre es evidente. Por un lado, los algoritmos criptográficos actuales —como RSA o ECC— están en riesgo frente a la capacidad de factorización de un ordenador cuántico suficientemente potente. Por otro, la adopción de algoritmos post-cuánticos aún está en fase de estandarización, con el NIST (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de EE. UU.) liderando el proceso desde 2016 y con los primeros estándares definitivos previstos para 2024-2025.
En este contexto, la solución de Palo Alto Networks e IBM se posiciona como un puente entre la infraestructura actual y un futuro aún en construcción. No resuelve la incertidumbre tecnológica, pero ofrece una estrategia de mitigación basada en visibilidad, control y planificación. Una aproximación que puede resultar atractiva para sectores con alta sensibilidad regulatoria o con activos de larga vida útil, como el financiero, el sanitario o el industrial.
El componente de red es especialmente relevante. A diferencia de otras propuestas centradas en el software o el almacenamiento, esta solución actúa sobre el tráfico en tránsito, permitiendo actualizar cifrados sin necesidad de modificar cada aplicación o dispositivo. Esto podría reducir significativamente el coste y la complejidad de la transición, aunque dependerá del grado de integración que cada organización tenga con las plataformas de Palo Alto Networks.
También hay implicaciones en el plano geopolítico. La carrera cuántica no es solo tecnológica, sino estratégica. China, Estados Unidos y la Unión Europea han lanzado programas de inversión pública en computación cuántica y ciberseguridad asociada. En este escenario, la colaboración entre dos actores como IBM y Palo Alto Networks —ambos con fuerte presencia en el mercado europeo— puede interpretarse como un intento de ofrecer una respuesta industrial coordinada a un desafío global.
El anuncio llega en un momento en que las empresas empiezan a incorporar la preparación quantum-safe en sus hojas de ruta de ciberseguridad, aunque con grados de madurez muy dispares. Según datos de la Comisión Europea, solo una minoría de organizaciones ha iniciado inventarios criptográficos sistemáticos, pese a que la mayoría reconoce el riesgo potencial.
La solución conjunta, por tanto, no solo responde a una necesidad técnica, sino también a una demanda de orientación. En palabras de Hughes, «estamos ofreciendo a los clientes la hoja de ruta estratégica y los controles técnicos necesarios para gestionar su transición criptográfica». Una afirmación que, más allá del tono comercial, refleja una realidad: la seguridad post-cuántica ya no es una cuestión de investigación, sino de ejecución.
El despliegue está previsto para principios de 2026, aunque algunas capacidades podrían estar disponibles antes en clientes piloto. No se han anunciado precios ni condiciones comerciales, pero sí se ha confirmado que el servicio estará disponible globalmente a través de los canales habituales de ambas compañías.
A medida que la computación cuántica se acerca a su madurez operativa, la preparación quantum-safe se perfila como una nueva capa de complejidad en la estrategia de ciberseguridad empresarial. La colaboración entre Palo Alto Networks e IBM no elimina esa complejidad, pero ofrece una vía para gestionarla con mayor visibilidad y control. Y, en un entorno donde los plazos son inciertos pero las consecuencias potenciales son críticas, esa capacidad de anticipación puede marcar la diferencia.
