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El 70% de las empresas españolas usa agentes de IA

El 70% de las empresas españolas usa agentes de IA

  • Según un estudio de SAP, el 70% de las empresas en España ya utiliza agentes de inteligencia artificial, y el 72% espera retorno en menos de un año.
La inteligencia artificial en 2025: automejora, cooperación entre agentes y eficiencia energética

La inteligencia artificial ha dejado de ser una promesa para convertirse en una herramienta operativa en la mayoría del tejido empresarial español. Según un estudio global de SAP, el 70% de las empresas en España ya utiliza agentes de IA en alguna fase de su actividad, desde proyectos piloto hasta implementaciones a gran escala. El informe, basado en encuestas a cerca de 12.000 directivos de 20 países, revela que solo un 1,5% de las compañías españolas no ha considerado aún su uso.

La adopción no es homogénea, pero sí acelerada. Un 14% de las organizaciones ha desplegado agentes de IA en toda la empresa, mientras que un 27% los aplica en departamentos concretos. Otro 28% está en fase de experimentación. El 30% restante se encuentra valorando opciones, lo que sugiere que el umbral de penetración podría aumentar en los próximos meses.

Según el informe, las aplicaciones más comunes de la IA en España se concentran en la generación de contenido comercial (46%), análisis de mercado (45,8%) y detección de fraude (45,3%). También se utiliza en el desarrollo de software (44,5%), elaboración de presupuestos (43,6%) y generación de informes de gestión (44,7%). Estas cifras sitúan a España en línea con la media europea, aunque con una ligera inclinación hacia usos operativos más inmediatos que estratégicos.

La transformación no se limita a la tecnología. En muchas empresas, la introducción de IA ha implicado rediseñar procesos internos. Más del 65% ha modificado sus sistemas de facturación y pagos, el 52,8% ha adaptado funciones de Recursos Humanos y el 38,3% ha reformulado procesos en marketing y ventas. En paralelo, se han registrado mejoras en la experiencia laboral: más de la mitad de las compañías señala que los agentes de IA han reducido tareas repetitivas, lo que ha repercutido en la satisfacción del personal. También se observan avances en colaboración interna (49,1%) y conciliación entre vida personal y profesional (38,1%).

Pese a este despliegue, la adopción de IA no está exenta de fricciones. Uno de cada tres directivos españoles expresa preocupación por la posibilidad de tomar decisiones erróneas basadas en información incorrecta generada por IA. La opacidad en los resultados, la privacidad de los datos y la dificultad para atraer talento especializado son otros factores que generan inquietud. En concreto, el 32,3% menciona problemas de talento, el 27,5% apunta a la privacidad y el 26,9% a la falta de transparencia en los outputs generados.

La confianza en el retorno económico, sin embargo, parece contrarrestar parte de estas reservas. El 72% de las empresas españolas espera obtener beneficios tangibles de su inversión en IA en menos de 12 meses. Este dato, más que una previsión optimista, refleja la presión por justificar rápidamente las inversiones tecnológicas en un entorno económico aún incierto. En contraste con otros países europeos, donde los plazos de retorno suelen extenderse a 18 o incluso 24 meses, el mercado español muestra una expectativa más inmediata.

El estudio de SAP, realizado entre abril y mayo de 2025, se centró en organizaciones con facturación superior a 50 millones de dólares y plantillas de entre 250 y 1.500 empleados. Aunque el informe no desglosa datos por sectores, la transversalidad de los usos sugiere que la IA está permeando tanto industrias tradicionales como digitales.

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Lo que aún no está claro es hasta qué punto esta adopción se traducirá en ventajas competitivas sostenibles. La rapidez con la que se están desplegando los agentes de IA podría generar un efecto de homogeneización tecnológica, donde las diferencias no estén tanto en el acceso a la herramienta como en su integración estratégica. En otras palabras, la cuestión ya no es quién tiene IA, sino cómo la está utilizando.

En ese sentido, la mayoría de empresas parece estar aún en una fase de aprendizaje. Aunque el uso de agentes de IA se ha extendido, su impacto a largo plazo dependerá de factores menos visibles: la calidad de los datos, la gobernanza algorítmica y la capacidad de adaptación organizativa. Elementos que, por ahora, no siempre acompañan al entusiasmo inicial.

La evolución de estos indicadores en los próximos trimestres será clave para entender si la IA se consolida como un activo estructural o si, por el contrario, se convierte en una capa más dentro del ciclo habitual de adopción tecnológica. Mientras tanto, el 70% de las empresas españolas ya ha dado el paso. Y el resto, salvo excepciones marginales, no parece estar muy lejos.

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