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MasOrange ha implementado en su red troncal la primera tarjeta óptica comercial de 800 Gbps en Europa que combina simultáneamente las bandas C y L en un solo módulo físico. Esta actuación permite al operador duplicar la capacidad de su infraestructura troncal de fibra, alcanzando hasta 64 Tbps por fibra con posibilidad de ampliación a 96 Tbps, en respuesta al crecimiento sostenido del tráfico digital asociado al 5G, la inteligencia artificial y el aumento de centros de datos.
Esta mejora, según la compañía, se enmarca en un proceso de evolución técnica orientado a adaptar su red a los nuevos requerimientos de ancho de banda y eficiencia.
Consolidación de infraestructuras para servicios de alta demanda
El crecimiento del tráfico asociado a servicios como el vídeo 4K/8K, las aplicaciones basadas en inteligencia artificial generativa, el edge computing y las arquitecturas cloud distribuidas ha incrementado la presión sobre las redes de transporte óptico. En este contexto, la transformación de las redes WDM (Wavelength Division Multiplexing) hacia soluciones de mayor capacidad se ha convertido en un requisito clave para los operadores.
Hasta ahora, las implementaciones más avanzadas en redes ópticas europeas utilizaban tarjetas independientes para las bandas C (1530–1565 nm) y L (1565–1625 nm), limitando el espectro operativo efectivo a unos 4,8 THz por banda. La tarjeta Super C+L incorporada por MasOrange rompe con este enfoque al integrar ambas bandas en una única unidad, lo que amplía el espectro disponible hasta los 12 THz.
Este aumento del ancho de banda operativo permite una transmisión de hasta 800 Gbps por canal óptico, lo que representa un salto técnico respecto a las generaciones anteriores de 400 Gbps, ya desplegadas en parte del continente.
Despliegue orientado a la escalabilidad y eficiencia operativa
Mónica Sala, directora de redes de MasOrange, ha destacado que el diseño actual de la red responde a una necesidad estructural: “Con los proveedores de contenido y servicios en la nube como principales generadores de tráfico, es necesaria una transformación profunda en el diseño de red, orientada a maximizar la capacidad, la escalabilidad, la flexibilidad y la eficiencia operativa”.
La nueva arquitectura permite a la operadora escalar su red troncal de forma modular, manteniendo un consumo energético contenido y una mayor densidad espectral. Esta combinación resulta esencial en el escenario actual, donde la sostenibilidad energética se ha convertido en un criterio decisivo para el despliegue de infraestructuras tecnológicas.
Primera integración comercial en Europa
Pese a que ya existen tarjetas de 800 Gbps en operación dentro del territorio europeo, ninguna había conseguido hasta la fecha combinar soporte simultáneo para las bandas C y L en un único elemento físico dentro de una red troncal comercial. Esta implementación sitúa a MasOrange como el primer operador en integrar esta tecnología en producción a escala nacional.
Óscar Andrés, co-responsable del área de innovación en redes de transmisión de la compañía, ha señalado que “esta evolución tecnológica permite habilitar nuevos servicios digitales que demandan altísimas capacidades de transmisión, como la inteligencia artificial generativa, el vídeo inmersivo o el edge computing, garantizando siempre una experiencia de cliente excelente”.
Aunque el comunicado no especifica el volumen de inversión realizado ni el calendario completo de despliegue, la compañía ha enfatizado que esta actuación forma parte de su estrategia de actualización continua de red para sostener el crecimiento del tráfico sin cuellos de botella.
Demanda empresarial y residencial en crecimiento
Con más de 20 millones de clientes residenciales y empresariales en España, MasOrange opera una de las infraestructuras más amplias del país. El refuerzo de la red troncal responde no solo al incremento de tráfico general, sino también a la diversificación de servicios digitales ofrecidos, especialmente en segmentos como la conectividad empresarial, las soluciones cloud y los servicios 5G standalone.
La adopción de capacidades ópticas de ultra alta velocidad permite a la operadora adaptar su oferta a la demanda de sectores como banca, administración pública, industria y logística, donde la latencia y el ancho de banda son factores críticos para la transformación digital.
Perspectivas para futuras ampliaciones
La tarjeta Super C+L ya desplegada tiene un potencial de escalabilidad de hasta 96 Tbps por fibra, una capacidad que podrá activarse progresivamente en función de las necesidades del tráfico. Esto convierte a la red de MasOrange en una de las infraestructuras con mayor capacidad proyectada en Europa occidental.
Además del aspecto técnico, la compañía ha subrayado que el rediseño de su red troncal ha sido concebido para mejorar el rendimiento energético y reducir la huella de carbono, en línea con los objetivos de sostenibilidad del grupo.
Potencial de ampliación tecnológica y nuevos servicios digitales
La implementación de esta tecnología no solo refuerza la infraestructura actual, sino que sienta las bases para nuevos servicios digitales en el futuro cercano. La mayor capacidad de la red permitirá gestionar el incremento del tráfico sin necesidad de segmentar servicios, reduciendo la complejidad operativa y habilitando modelos de conectividad más flexibles para empresas y organismos públicos.
Según las previsiones del sector, el tráfico en redes troncales seguirá creciendo a tasas de doble dígito anual debido a la virtualización de procesos, la automatización industrial y la digitalización masiva de servicios. En este contexto, el despliegue de tarjetas ópticas de alta capacidad y espectro extendido se consolida como una solución técnica que permite absorber esa demanda sin comprometer la calidad del servicio ni la eficiencia energética.
Editor en La Ecuación Digital. Analista y divulgador tecnológico con más de 30 años de experiencia en el estudio del impacto de la tecnología en la empresa y la economía.
