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La digitalización agroalimentaria impulsa eficiencia en un 35%

La digitalización agroalimentaria impulsa eficiencia en un 35%

  • La digitalización agroalimentaria aumenta hasta un 35% la eficiencia, reduce costes, mejora la trazabilidad y planificación en España y Latinoamérica.
Agrotech

La digitalización agroalimentaria ha permitido incrementar la eficiencia operativa hasta en un 35% en determinados procesos de compañías del sector en España y en países de Latinoamérica como Brasil, México y Colombia. Stratesys ha documentado esta mejora tras implementar soluciones digitales en más de 70 proyectos de agribusiness, que abarcan desde sistemas de planificación financiera hasta plataformas de trazabilidad basadas en blockchain. Estas mejoras se han observado en parámetros como el uso de agua, fertilizantes y pesticidas, la reducción de tiempos operativos y un mayor control de los márgenes comerciales.

Tradicionalmente, el agronegocio se caracterizaba por una adopción tecnológica más lenta que otros sectores industriales, pero en los últimos años ha acelerado su ritmo de transformación. Factores como la presión sobre los costes de explotación, la adaptación al cambio climático y la exigencia de cumplir con nuevos estándares de sostenibilidad y trazabilidad han impulsado la incorporación de herramientas digitales. A partir de la exploración de casos de éxito, se aprecia que los cultivos de alto valor añadido y las explotaciones de tamaño medio lideran este avance.

Resultados de la digitalización agroalimentaria

El análisis de los 70 proyectos realizados por Stratesys revela que la agricultura de precisión es una de las áreas con impacto más destacado. La combinación de sensores de humedad, estaciones meteorológicas y tecnología de imágenes satelitales ha permitido incrementar el rendimiento de los cultivos hasta en un 25%. Al mismo tiempo, el uso optimizado de recursos como agua, fertilizantes y pesticidas ha reducido los costes operativos entre un 20% y un 35%. Estos datos se han obtenido mediante comparativas antes y después de la implantación de sistemas de riego variable y fertilización específica.

La automatización de las tareas de campo, mediante maquinaria autónoma y drones, ha acortado los tiempos de trabajo entre un 20% y un 40%. Los drones equipados con cámaras multispectrales y LiDAR facilitan el diagnóstico de plagas y deficiencias nutricionales en tiempo real y, en paralelo, los tractores sin conductor y los robots de recolección permiten aprovechar las ventanas óptimas de cosecha. En conjunto, estas tecnologías contribuyen a reducir la dependencia de mano de obra intensiva y a mejorar la asignación de recursos humanos.

Los modelos de análisis de datos y previsión basados en aprendizaje automático han mejorado la planificación de la producción hasta en un 30%, gracias a la integración de variables climáticas, de suelo y de mercado. Estas herramientas permiten estimar el momento óptimo de siembra y la cantidad adecuada de insumos, así como anticipar las fluctuaciones de la demanda. En el ámbito financiero y comercial, la incorporación de módulos de forecasting ha generado retornos cercanos al 10% mediante una gestión más precisa de los márgenes, la reducción de mermas y la optimización de la cadena de suministro.

La adopción de plataformas integradas —incluidas soluciones ERP, herramientas colaborativas y sistemas de registro en blockchain— ha supuesto incrementos de eficiencia de entre un 10% y un 20%. Además, estas plataformas ofrecen trazabilidad completa, desde la explotación hasta el punto de venta, e incluyen el seguimiento de la huella de carbono en cada etapa de la cadena. La consolidación de datos en un entorno centralizado facilita la auditoría y el informe de cumplimiento frente a regulaciones nacionales y europeas.

Demanda tecnológica y nivel de madurez

Entre las tecnologías más demandadas por las compañías agroalimentarias destacan las soluciones de planificación financiera y de ventas, que integran previsiones de demanda con análisis de costes. Asimismo, la integración de procesos y actores de la cadena de valor, desde proveedores de insumos hasta distribuidores, figura como una prioridad para mejorar la coordinación y reducir cuellos de botella. En los proyectos recientes también se observan iniciativas piloto de inteligencia artificial orientadas a la optimización operativa, así como plataformas destinadas a reforzar la trazabilidad y cumplir con objetivos de sostenibilidad.

El grado de digitalización presenta variaciones según el eslabón de la cadena. Mientras que proveedores de insumos y distribuidores alcanzan niveles de madurez más elevados, los productores suelen mostrar una adopción más limitada, motivada por la inversión inicial necesaria y la resistencia al cambio en explotaciones familiares o de menor tamaño. No obstante, la disponibilidad de soluciones modulares y programas de formación técnica está facilitando una introducción progresiva de estas herramientas en explotaciones de dimensiones reducidas.

Impacto regulatorio en la estrategia tecnológica

Las claves normativas, como la nueva Política Agraria Común (PAC) para el periodo 2023-2027, los estándares ESG y los requisitos de trazabilidad definidos por los mercados clave, están acelerando las decisiones de inversión en tecnología. La PAC incluye incentivos para proyectos de digitalización en explotaciones, especialmente en aquellas que incorporan sistemas de control de insumos y plataformas de trazabilidad. A su vez, los criterios ESG exigen la monitorización de la huella de carbono y el uso responsable del agua, lo que refuerza la adopción de herramientas de seguimiento en tiempo real.

En respuesta a estas exigencias, Stratesys ha participado en iniciativas centradas en sostenibilidad, trazabilidad, automatización y toma de decisiones basada en datos. Su enfoque integral abarca desde la planificación de la producción hasta la gestión documental y el análisis predictivo de factores ambientales. Este trabajo se ha llevado a cabo en colaboración con organismos públicos y asociaciones sectoriales, con el objetivo de adaptar las soluciones tecnológicas a las necesidades específicas de cada actor en la cadena de valor.

Tal como indica Luis Piguillem, responsable de Agribusiness en Stratesys, “la transformación digital en el agro no se limita al uso de tecnología en el campo. Afecta a toda la cadena de valor y requiere una visión estructurada, colaborativa y alineada con los objetivos de negocio y las exigencias regulatorias”. Esta perspectiva subraya la importancia de disponer de sistemas interoperables que conecten la explotación con el mercado y las autoridades reguladoras.

Perspectivas y retos en la digitalización agroalimentaria

A medio plazo, la progresiva reducción de costes de tecnologías como sensores IoT, drones y plataformas cloud facilitará su adopción en explotaciones de distinto tamaño. No obstante, será necesario abordar la formación de los equipos en competencias digitales y garantizar la interoperabilidad entre herramientas de diferentes proveedores. La coordinación público-privada desempeñará un papel clave para canalizar fondos y extender las buenas prácticas, de modo que los datos generados en campo contribuyan a reforzar la competitividad y la sostenibilidad del sector agroalimentario europeo.

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