El 85% de los líderes del sector de bienes de consumo en España considera que los agentes de inteligencia artificial serán esenciales en los próximos dos años. Así lo refleja el Consumer Goods Industry Insights Report 2025 de Salesforce, que subraya cómo la IA se está consolidando como el principal factor diferencial en un contexto de creciente inestabilidad económica y competitiva.
Un sector bajo presión en 2025
El estudio confirma que 2025 está siendo un año complejo para las empresas de bienes de consumo. La débil confianza de los consumidores, la presión de los cambios macroeconómicos, la disminución de la rentabilidad de las promociones tradicionales y la complejidad de las cadenas de suministro amenazan los márgenes.
En España, el 67% de los directivos del sector cree que será más difícil lograr un crecimiento rentable este año y el 69% anticipa un aumento de la inestabilidad. El 98% de ellos identifica la exposición a cambios en la política económica —como los aranceles— como uno de los principales factores de presión, lo que está obligando a replantear estrategias de abastecimiento, reenvasado y localización de operaciones.
La IA, palanca estratégica para la rentabilidad
Ante este panorama, la mayoría de los líderes españoles apuesta por la inteligencia artificial como herramienta para contrarrestar los efectos de la incertidumbre. Según el informe:
- El 85% cree que los agentes de IA serán esenciales para competir en dos años.
- El 90% prevé un aumento de la inversión en este tipo de agentes.
- El 84% espera que impulsen directamente las ventas.
Más allá de su potencial en ingresos, los directivos señalan que la IA también puede aportar valor en tareas creativas como el diseño de promociones, el desarrollo de nuevos productos o la optimización de surtidos. La capacidad de anticipar la demanda y guiar la ejecución comercial se percibe como un motor de eficiencia y competitividad.
Promociones tradicionales en retroceso
El informe destaca que las promociones comerciales —uno de los mayores gastos del sector— están perdiendo eficacia. Solo el 40% ofrece un retorno positivo, una cifra estancada en los últimos años. Esta limitación ha llevado a las compañías a virar hacia estrategias basadas en datos e inteligencia artificial.
Las promociones personalizadas generadas con IA ofrecen resultados más sólidos que las campañas generales, lo que marca un punto de inflexión en la gestión comercial. Como explica Michelle Grant, directora de RCG Insights en Salesforce, “en 2025, las subidas de precios y las promociones generales no podrán garantizar el crecimiento; la clave será la precisión en cada decisión de negocio”.
Personalización y nuevos canales como prioridad
El estudio también revela un cambio en la forma en que las empresas intentan conectar con sus clientes. Tras años centrados en programas de fidelización y canales directos al consumidor, los líderes del sector reconocen que estas palancas han alcanzado su límite.
El 63% admite que es más difícil que nunca mantener la fidelidad de los consumidores, mientras que el 74% reconoce que los clientes han cambiado de marca en el último año. Para contrarrestar esta volatilidad, las empresas en España están aumentando su inversión en:
- Redes sociales: 67% de los líderes está incrementando su gasto.
- Publicidad digital: 65% prioriza este canal.
- Personalización de ofertas: 76% está destinando más recursos.
Este giro estratégico refleja la necesidad de adaptarse a recorridos de cliente fragmentados y multicanal, donde la capacidad de personalización resulta clave para ganar relevancia en un mercado saturado.
Implicaciones empresariales en España
Para las compañías españolas de bienes de consumo, la conclusión es clara: la competitividad ya no dependerá tanto de las tácticas tradicionales como de la capacidad de integrar la inteligencia artificial en sus procesos de negocio.
Los agentes de IA se perfilan como aliados indispensables en un entorno donde la eficiencia operativa, la anticipación de la demanda y la precisión en las promociones serán factores determinantes.
El reto para las empresas no será solo invertir en tecnología, sino hacerlo con una estrategia alineada a las particularidades del mercado español y europeo, marcado por la regulación, la inflación y el comportamiento cambiante de los consumidores.
