El tráfico de banda ancha móvil gestionado por redes 5G aumentó un 62,9 % en el segundo trimestre de 2025, según los últimos datos publicados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Esta subida, significativa tanto por volumen como por ritmo, se traduce en un total de 2,5 millones de terabytes cursados por las redes móviles durante el trimestre, un 17,9 % más que en el mismo periodo del año anterior.
El crecimiento no se limita a las infraestructuras más recientes. El conjunto del sector de las telecomunicaciones mantuvo una tendencia positiva, aunque más moderada. Los ingresos minoristas alcanzaron los 5.657 millones de euros, lo que representa un incremento del 1,7 % interanual. Un comportamiento que se alinea con la paulatina consolidación de operadores y la estabilización de tarifas en un mercado con escaso margen competitivo.
Concentración de ingresos y crecimiento desigual entre operadores
Movistar, Vodafone, MASORANGE (resultado de la fusión entre Orange y el Grupo MásMóvil) y DIGI concentraron el 83 % de los ingresos minoristas del sector. La propia CNMC señala que tanto Movistar como MASORANGE registraron crecimientos interanuales del 1 % y el 4,2 %, respectivamente. DIGI, en cambio, volvió a destacar con una expansión mucho más acelerada: su facturación subió casi un 19 % respecto al segundo trimestre de 2024.
Este ritmo sugiere que DIGI continúa ganando cuota en segmentos sensibles al precio, especialmente en zonas urbanas y entre usuarios que priorizan el coste sobre la fidelidad de marca o la calidad percibida del servicio. Una dinámica que podría alterar el equilibrio comercial si se mantiene durante varios trimestres consecutivos.
Fibra óptica: dominante y en expansión
En paralelo, el mercado de banda ancha fija consolidó el protagonismo absoluto de la fibra óptica. En junio de 2025, el número de líneas activas alcanzó los 19,3 millones, con un crecimiento del 4,8 % en términos interanuales. La fibra hasta el hogar (FTTH) sumó 1,2 millones de nuevas líneas en un solo año y ya representa el 90,4 % del total.
Este avance coincide con el apagado definitivo de las centrales de cobre, lo que ha eliminado del mapa las conexiones xDSL. Se cierra así una etapa de más de dos décadas, en favor de una infraestructura que permite mayores velocidades y menor latencia. El proceso ha sido silencioso, pero estructural.
La velocidad contratada también ha cambiado. Según la CNMC, 18,8 millones de conexiones fijas ya superan los 100 Mbps. De ellas, un 31,5 % (unos 5,9 millones de líneas) alcanzan o superan el 1 Gbps. Es decir, casi una de cada tres conexiones fijas en España ya ofrece velocidades gigabit.
Redes NGA: más capacidad, aunque no siempre activa
El despliegue de redes de nueva generación (NGA) continúa ampliando el perímetro de cobertura. A cierre de junio, los accesos instalados ascendían a 88,1 millones, un 4,8 % más que un año antes. De ellos, 80,6 millones correspondían a fibra FTTH, lo que equivale al 91 % del total desplegado.
Ahora bien, no todos esos accesos están activos. Solo 18,7 millones se utilizan efectivamente para ofrecer servicios de banda ancha, telefonía o televisión. Aunque la cifra también creció (un 5,5 % interanual), refleja una realidad menos visible: una parte significativa del despliegue permanece infrautilizada.
Este desfase entre la capacidad técnica y la demanda efectiva se explica por varios factores. En primer lugar, la duplicidad de redes en muchas zonas urbanas, donde hasta cuatro operadores han tendido su propia fibra. En segundo, la lentitud del reemplazo tecnológico en áreas rurales, donde el despliegue es más costoso y los márgenes, más reducidos.
Cuotas de mercado: concentración sin sorpresas
Movistar, Vodafone y MASORANGE concentraron el 81,7 % de las líneas de banda ancha fija en España. Si se incluye a DIGI, el porcentaje asciende al 93,4 %. Una cifra que, pese al dinamismo competitivo en los márgenes, deja poco espacio real para nuevos actores.
La situación recuerda a la vivida en los últimos ciclos de consolidación del sector, donde los operadores con redes propias han reforzado su dominio mediante acuerdos mayoristas, fusiones o integraciones verticales. El caso de MASORANGE es paradigmático: al sumar los datos de Orange y Grupo MásMóvil desde el segundo trimestre de 2024, ha reconfigurado el equilibrio competitivo.
Además, el ingreso medio por cliente se ha mantenido relativamente estable, lo que sugiere que el crecimiento actual proviene más del volumen de líneas y tráfico que de subidas tarifarias. La presión de los operadores alternativos, especialmente DIGI, podría estar actuando como freno a posibles aumentos de precios.
Conectividad móvil y televisión de pago: crecimiento moderado
El número total de líneas móviles activas alcanzó los 63 millones, de las cuales un 89,2 % (56,2 millones) se conectaron a Internet en algún momento del trimestre. Esto supone un aumento del 4 % interanual y refuerza el papel de la movilidad como eje principal del consumo digital.
Por otro lado, los abonados a servicios de televisión de pago crecieron un 6,8 %. La CNMC no detalla el número total de usuarios, aunque aclara que no se incluyen las suscripciones a plataformas OTT como Netflix, Prime Video, HBO Max, Disney+ o SkyShowtime. Un matiz relevante, ya que el crecimiento de estas plataformas ha erosionado progresivamente el modelo tradicional de televisión de pago basado en operadoras.
Un sector en transición lenta pero constante
El avance del 5G, la consolidación de la fibra y el auge de operadores como DIGI dibujan un sector en transformación, aunque sin sacudidas bruscas. El ritmo de crecimiento se mantiene, pero con señales claras de madurez. La capacidad instalada supera con creces la demanda activa, y la competencia se desplaza cada vez más hacia la diferenciación de servicios y precios.
Pese a ello, los datos del segundo trimestre de 2025 muestran un mercado que sigue ampliando su base tecnológica y consolidando ingresos. Un escenario que podría cambiar si se aceleran los despliegues de 5G Stand Alone, si las fusiones dan lugar a nuevos actores o si se altera el equilibrio actual entre red propia y acceso mayorista.
Por ahora, la evolución apunta a una expansión contenida, más ligada a la eficiencia que a la disrupción.
