El 39º Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones de AMETIC acogió una de las conversaciones más esperadas: “Ecosistemas que progresan, el rol de la innovación en la productividad y la competitividad”. En la mesa intervinieron José Moisés Martín, director general del CDTI, y Javier Ponce, director general de la Sociedad Española de Transformación Tecnológica (SETT), con la moderación de Teresa Riesgo, secretaria general de Innovación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
El debate puso de relieve cómo las políticas públicas de innovación y el impulso empresarial deben alinearse para transformar el tejido productivo español, garantizar la adopción tecnológica y consolidar un ecosistema competitivo y soberano en Europa.
CDTI y SETT: dos visiones complementarias en la innovación española
En la mesa de debate se pusieron frente a frente dos visiones complementarias del sistema español de innovación: la del CDTI, con casi medio siglo de trayectoria apoyando la I+D empresarial, y la de la SETT, un organismo de reciente creación diseñado para acelerar la consolidación de tecnologías disruptivas en España y Europa. Bajo la moderación de Teresa Riesgo, secretaria general de Innovación, la conversación giró en torno a cómo ambas instituciones pueden transformar el tejido productivo mediante nuevas fórmulas de financiación, escalado empresarial y soberanía tecnológica.
Esta complementariedad quedó reflejada en las intervenciones: mientras el CDTI tiene como misión ampliar la base innovadora y facilitar el acceso a la financiación en diferentes etapas, la SETT se centra en operaciones de alto impacto y escalado internacional, apostando por proyectos capaces de generar liderazgo europeo.
La SETT: capitalización, rapidez y soberanía tecnológica
Javier Ponce, director general de la SETT, describió a la entidad como una pieza destinada a cubrir un vacío histórico en Europa: la falta de apoyo público en las fases de consolidación de empresas tecnológicas.
Europa, explicó, ha priorizado durante décadas la preservación de la competencia frente al impulso de campeones industriales, lo que ha dejado un espacio desatendido: acompañar a las empresas disruptivas en su crecimiento hasta convertirse en líderes globales. Frente a la compra masiva de startups europeas por inversores extranjeros, la SETT busca retener talento y tecnología en el territorio.
Ponce remarcó varios puntos clave:
- Colaboración público-privada: la SETT no actúa como una ventanilla de ayudas, sino como inversor proactivo, que se sienta en los consejos de administración (como observador o consejero) y acompaña a las empresas en su desarrollo estratégico.
- Rapidez en la toma de decisiones: en el ámbito digital, “el tiempo vale más que el dinero”. La competitividad depende de acortar al máximo los plazos de inversión y consolidación, ya que la entrada tardía de competidores puede arruinar la ventaja tecnológica.
- Déficit de capital privado en España: identificó una carencia estructural en la inversión nacional, especialmente de los family offices, que siguen operando con escalas demasiado reducidas frente a los grandes fondos internacionales.
- Grandes proyectos tractores: la SETT impulsa inversiones estratégicas como las salas blancas de microelectrónica en Málaga, destinadas a que las pymes integren chips en sus productos sin depender de fabricantes extranjeros, y el refuerzo de infraestructuras de alta computación e inteligencia artificial soberana en Europa.
La conclusión de Ponce fue clara: el sector público está apostando con decisión, pero el éxito solo será posible si el sector privado español acompaña con determinación.
El CDTI: ampliar la base innovadora y garantizar adopción tecnológica
Por su parte, José Moisés Martín (Mac), director general del CDTI, subrayó que la misión actual de la entidad es “consolidar la esperanza en un futuro próspero para España” a través de la innovación.
Recordó que, por primera vez en décadas, España ha logrado combinar crecimiento económico y aumento de productividad. Un cambio de tendencia que se apoya en el incremento de la inversión en innovación tecnológica, el refuerzo del empleo cualificado y una mayor capacidad de las empresas para competir en mercados internacionales.
El CDTI, con su Plan Estratégico aprobado en 2023, articula este objetivo a través de:
- Instrumentos de financiación diversificados: desde subvenciones hasta ayudas parcialmente reembolsables, compra pública de innovación y capital riesgo.
- Movilización de recursos: en 2023 gestionó unos 2.500 millones de euros, con previsión de alcanzar cerca de 3.000 millones en 2024.
- Flexibilidad y previsibilidad: calendario de convocatorias, opción de convertir propuestas con sello de excelencia en ayudas automáticas y mayor agilidad en la gestión de fondos europeos.
- Ecosistemas de innovación: refuerzo de centros tecnológicos, parques científicos, clústeres y asociaciones sectoriales para incorporar a empresas con baja intensidad tecnológica al ciclo innovador.
Martín puso énfasis en tres retos principales para la innovación española:
- Escalado empresarial: no basta con crear startups, es necesario que crezcan de manera sostenible y conquisten mercados internacionales.
- Adopción tecnológica: la innovación no puede quedarse en proyectos piloto; debe traducirse en ventas y transformación digital de sectores tradicionales.
- Transformación empresarial y administrativa: la digitalización solo será efectiva si va acompañada de cambios en la gestión, la organización y la colaboración entre pymes y grandes empresas.
Coordinación público-pública y responsabilidad privada
Un punto central del debate fue la necesidad de reforzar tanto la coordinación institucional como la responsabilidad empresarial.
- En el plano público, Martín anunció acuerdos de colaboración entre el CDTI, el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y AXIS Participaciones Empresariales para coordinar las inversiones en capital riesgo y evitar duplicidades. Asimismo, destacó la importancia de la cooperación interministerial (Defensa, Transición Ecológica, Industria, Transformación Digital) en el impulso de programas de innovación estratégica.
- En el plano privado, Ponce insistió en que las grandes empresas españolas deben asumir un papel tractor en la construcción de cadenas de valor tecnológicas nacionales y europeas. Depender de proveedores extranjeros, advirtió, compromete la resiliencia y la soberanía.
Ambos coincidieron en que la innovación en España avanza gracias a la suma de esfuerzos colectivos: Estado, sector privado, universidades y centros tecnológicos. La clave, señalaron, está en mantener el talento, fomentar la confianza mutua y garantizar que la innovación se traduzca en productividad real.
Innovación con propósito y mercado
La mesa concluyó con dos mensajes nítidos:
Para Javier Ponce (SETT), el talento está asegurado, pero requiere condiciones dignas para retenerlo. La clave del éxito será que el sector privado se implique de forma decidida junto al sector público en proyectos estratégicos que garanticen la soberanía tecnológica y el liderazgo europeo.
Para José Moisés Martín (CDTI), la innovación solo tiene sentido si se traduce en mercado y ventas. El objetivo no es crear empresas que dependen indefinidamente de la financiación pública, sino fortalecer un tejido empresarial capaz de competir globalmente y generar prosperidad compartida.
El consenso fue claro: España dispone de instrumentos, talento y visión para avanzar, pero el desafío radica en acelerar la adopción tecnológica y alinear la inversión pública y privada hacia un mismo horizonte de competitividad.
