Editor en La Ecuación Digital. Analista y divulgador tecnológico con…
La combinación entre inteligencia artificial y automatización ya no se plantea como una opción futura, sino como un proceso en marcha que reconfigura sectores enteros. Así lo refleja el AI Congress, que ha inaugurado su undécima edición en Barcelona con más de 1.900 asistentes y un mensaje claro: la computación híbrida, el avance de la IA distribuida y los nuevos modelos arquitectónicos —como la neurocomputación— están acelerando una transformación de base que trasciende lo tecnológico para afectar también a lo social y lo geopolítico.
Organizado por Eurecat con el apoyo de la Generalitat de Catalunya, el congreso ha puesto especial atención en las implicaciones estructurales de esta evolución. La aparición de agentes autónomos inteligentes, la integración de modelos multimodales y el despliegue de una IA más eficiente y sostenible no sólo prometen mejoras de rendimiento. Según diversos ponentes, estas tecnologías están cambiando la forma en que las sociedades piensan sus servicios públicos, su competitividad industrial y su soberanía tecnológica.
Uno de los ejes centrales ha sido precisamente el concepto de IA soberana. Rod Evans, vicepresidente de Supercomputación en NVIDIA, ha definido este término como la capacidad de una nación para desarrollar y gobernar sus propios sistemas de inteligencia artificial bajo estándares éticos y marcos legales propios. El planteamiento no es menor: implica una respuesta directa al dominio tecnológico de unos pocos actores globales y una apuesta por reforzar la autonomía digital europea.

IA y robótica asistencial: potencial sanitario con enfoque ético
Carme Torras, referente internacional en robótica y jefa del Grupo de Percepción y Manipulación Robotizada del CSIC-UPC, ha sido reconocida por su trayectoria científica durante el congreso. En su intervención, ha subrayado el valor estratégico de combinar inteligencia artificial y robótica en el ámbito de la salud. Según explicó, el codiseño de asistentes robóticos con participación activa de profesionales sanitarios, pacientes, investigadores y administraciones no solo mejora la eficacia del despliegue tecnológico, sino que puede situar a Cataluña como territorio pionero en aplicaciones asistenciales.

“El impacto de la IA en salud depende en gran medida de su integración ética”, señaló Torras. “Y eso solo es posible si se implica a todos los actores desde el principio”. La afirmación resuena en un momento en que múltiples países europeos buscan fórmulas para equilibrar innovación y protección de derechos en contextos sensibles como la atención médica.
La eficiencia computacional, nuevo campo de batalla
Uno de los mensajes más reiterados durante la primera jornada es que la infraestructura tecnológica que sustenta la inteligencia artificial comienza a mostrar límites críticos. El keynote speaker Mario Lanza, profesor en la Universidad Nacional de Singapur, abordó esta cuestión desde un ángulo disruptivo: el de la neurocomputación, una arquitectura inspirada en los sistemas nerviosos biológicos.
“La inteligencia artificial tiene un problema titánico a nivel de hardware”, advirtió Lanza. “Los microchips tradicionales, basados en transistores, no están diseñados para las trillones de operaciones necesarias en los modelos actuales”. Su propuesta: reinventar el transistor con nuevos dispositivos capaces de realizar funciones neuronales artificiales, con una eficiencia energética y espacial superior en varios órdenes de magnitud. El planteamiento no es teórico; forma parte ya de investigaciones aplicadas con implicaciones inmediatas para el desarrollo de sistemas más sostenibles.
Cataluña como nodo estratégico de innovación digital
Más allá de las propuestas tecnológicas, el AI Congress ha servido también como escaparate del ecosistema catalán en inteligencia artificial. Según Daniel Altimiras, presidente de Eurecat, desde su fundación en 2015 el centro ha liderado cerca de 500 proyectos relacionados con IA, más de la mitad en colaboración con pymes locales. La diversidad de casos —que abarcan desde IA industrial hasta servicios digitales— refleja una estrategia de base amplia, orientada tanto a la competitividad como al desarrollo social.
Joan Mas, director científico del área digital de Eurecat y director del CIDAI, ha conectado esta evolución local con los grandes movimientos geopolíticos actuales. “No podemos ignorar el nuevo posicionamiento europeo respecto a la soberanía tecnológica”, advirtió. “Estamos en una carrera global y debemos entender el papel de nuestras capacidades locales como parte de una estrategia mayor”.
En esa línea, la secretaria de Políticas Digitales de la Generalitat, Maria Galindo, insistió en que el despliegue de tecnologías como la inteligencia artificial debe estar guiado por principios éticos y sostenibles. “Cataluña tiene que liderar desde una apuesta clara por el desarrollo responsable. La ética tiene que ser nuestra bandera”.
Modelos híbridos, IA agentiva y casos reales
El evento, que concluye mañana, dedica su segunda jornada a mostrar aplicaciones concretas de estas transformaciones. Nueve sesiones temáticas abordarán desde el uso de datos sintéticos hasta la implantación de robótica inteligente y modelos de IA agentiva, capaces de operar con grados crecientes de autonomía contextual.
Se presentarán además 17 casos de éxito empresarial, en los que la inteligencia artificial no sólo ha mejorado procesos internos, sino que ha abierto nuevas líneas de producto o facilitado la adaptación a contextos cambiantes. Desde retail hasta energía, pasando por salud, el recorrido ilustra cómo la IA ya no opera como tecnología de frontera, sino como herramienta transversal de reformulación empresarial.
Albert Esplugas, responsable global de IA Generativa en Amazon Web Services, fue uno de los encargados de cerrar la jornada analizando las tendencias emergentes en computación híbrida y modelos multimodales. Aunque reconoció que el mercado aún está adaptándose al salto generativo, señaló que los agentes inteligentes “pronto dejarán de ser prueba de concepto para convertirse en componentes integrados en entornos productivos”.
Proyecciones abiertas en un entorno dinámico
El AI Congress no ha ofrecido respuestas definitivas. Tampoco lo pretende. Pero sí ha conseguido trazar un mapa de prioridades: sostenibilidad, soberanía, eficiencia y codiseño. Cuatro vértices que, de consolidarse, marcarán el nuevo ciclo de desarrollo de la inteligencia artificial.
Cataluña, con su tejido investigador y empresarial, busca posicionarse como nodo activo en esta red. La pregunta no es ya si la IA cambiará sectores, sino quién podrá participar en ese cambio y bajo qué condiciones. Y, en ese juego, la autonomía tecnológica se perfila como algo más que un ideal: un requisito estratégico.
Editor en La Ecuación Digital. Analista y divulgador tecnológico con más de 30 años de experiencia en el estudio del impacto de la tecnología en la empresa y la economía.
