La empresa aeroespacial española FOSSA Systems ha sido seleccionada por la OTAN para participar en el programa DIANA 2026, una iniciativa que busca acelerar tecnologías duales aplicables a la defensa. El anuncio, realizado el 10 de diciembre, sitúa a FOSSA entre las 150 compañías elegidas de un total de más de 3.600 candidaturas procedentes de 24 países aliados. La inclusión en este programa permitirá a la firma madrileña avanzar en el desarrollo de un sistema espacial de pequeños satélites diseñados para detectar, analizar y geolocalizar fuentes de interferencia y emisiones electromagnéticas en entornos operativos degradados.
La tecnología seleccionada se basa en plataformas de órbita baja desarrolladas internamente por FOSSA, que integran capacidades de inteligencia de señales (SIGINT). Estas soluciones están pensadas para operar en escenarios donde las comunicaciones convencionales se ven comprometidas por bloqueos o interferencias. Según explicó Julián Fernández, CEO y cofundador de la compañía, el respaldo de la OTAN “refuerza nuestra apuesta por sistemas de inteligencia de señales satelitales y el desarrollo de sistemas de comunicación soberanos y seguros”.
El programa DIANA (Defence Innovation Accelerator for the North Atlantic) actúa como catalizador entre empresas emergentes, centros de investigación y usuarios finales militares. Su objetivo no es solo financiar, sino también validar en condiciones reales tecnologías que puedan incorporarse rápidamente a las capacidades operativas de la Alianza. James Appathurai, director general interino de DIANA, subrayó que el propósito es “poner las tecnologías que necesitamos en manos de los operadores de la OTAN”.
Aunque el foco inmediato está en soluciones aplicables a defensa, el modelo de negocio de FOSSA se apoya en una estrategia de doble uso. La empresa ya opera una constelación de 24 satélites y prevé desplegar hasta 80 para ofrecer conectividad IoT a sectores industriales como energía, logística o seguridad nacional. Esta aproximación le ha permitido captar clientes tanto del sector privado como de administraciones públicas, incluyendo ministerios de defensa europeos.
Fundada en 2020 por Julián Fernández y Vicente González, FOSSA ha consolidado una posición singular en el ecosistema espacial europeo. Es la única empresa del continente que controla de forma vertical todo el ciclo de vida de sus satélites: desde el diseño y fabricación hasta la operación y comercialización. Esta integración le permite garantizar comunicaciones seguras y soberanas, un aspecto cada vez más valorado en el contexto geopolítico actual.
La selección en DIANA coincide con otros movimientos estratégicos recientes. Hace apenas unas semanas, FOSSA fue elegida para suministrar cargas útiles y sistemas de comunicación IoT para la Constelación Atlántica, un proyecto conjunto de observación terrestre entre España y Portugal. Este tipo de contratos refuerzan su posicionamiento como proveedor tecnológico en el ámbito de la defensa y la seguridad, pero también como actor clave en el desarrollo de infraestructuras espaciales europeas.
El impulso de la OTAN llega en un momento de creciente interés por las capacidades espaciales en el ámbito militar. La proliferación de satélites de órbita baja, más pequeños y menos costosos que los tradicionales, ha abierto la puerta a nuevas aplicaciones tácticas, desde la vigilancia hasta la guerra electrónica. Sin embargo, la interoperabilidad, la ciberseguridad y la validación operativa siguen siendo desafíos abiertos. En este sentido, el acceso a entornos de prueba reales y la conexión directa con usuarios finales que ofrece DIANA puede marcar una diferencia significativa.
FOSSA, con sedes en Madrid y Lisboa y una plantilla de más de 50 personas, se mueve en un terreno donde confluyen la innovación tecnológica, la soberanía industrial y la seguridad nacional. Su participación en DIANA no garantiza contratos futuros con la OTAN, pero sí posiciona a la empresa en un circuito de validación y visibilidad estratégica que podría acelerar su acceso a nuevos mercados y alianzas internacionales.
El programa DIANA forma parte de una estrategia más amplia de la OTAN para mantener su ventaja tecnológica frente a actores estatales y no estatales. A través de una red de aceleradoras, centros de pruebas y mentores distribuidos por los países aliados, busca identificar tecnologías emergentes en áreas como inteligencia artificial, ciberseguridad, biotecnología o espacio. La inclusión de FOSSA en esta red no solo reconoce su capacidad técnica, sino también su potencial para contribuir a una arquitectura de defensa más resiliente y distribuida.
La evolución del proyecto dependerá ahora de la capacidad de FOSSA para escalar su tecnología, cumplir con los exigentes estándares de interoperabilidad de la OTAN y adaptarse a los ciclos de adquisición militar, que a menudo difieren de los del mercado comercial. Aun así, el respaldo institucional y el acceso a una red de validación multinacional ofrecen una oportunidad poco habitual para una empresa española de su tamaño.
En un sector donde la autonomía tecnológica se ha convertido en prioridad estratégica, la entrada de FOSSA en el ecosistema DIANA podría tener implicaciones más allá del contrato puntual. No solo para la empresa, sino también para el tejido industrial español vinculado al espacio y la defensa.
