La clausura del plazo de solicitudes del Kit Digital deja un volumen de ayudas que supera con holgura el objetivo pactado con Bruselas. La cifra final, más de 860.000 bonos para pymes y autónomos en toda España, sitúa al programa en un territorio poco habitual para una política pública de alcance estatal.
La intervención del ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, sirvió para ordenar ese resultado y para apuntar el papel que ha tenido en la digitalización del tejido productivo durante los últimos tres años.
Según los datos expuestos, elaborados por Red.es como entidad responsable de la gestión, las ayudas alcanzaron al 92% de los municipios y al 100% de las provincias. Una capilaridad que, en palabras del ministro, responde a un modelo diseñado para competir contra una dificultad recurrente en España: la dispersión geográfica del pequeño negocio. Más de 1,2 millones de solicitudes recibidas muestran, al menos, que la demanda existía y que la infraestructura administrativa tuvo que crecer con rapidez para gestionarlas.
En paralelo, el Ministerio anunció el lanzamiento de Kit Digital 360, un portal que centraliza datos, mapas territoriales y evolución de las soluciones contratadas. El Gobierno lo presenta como una extensión natural del programa en un momento en el que la visibilidad del impacto se vuelve parte del debate público sobre el uso de los fondos Next Generation EU.
El alcance del Kit Digital en cifras
El programa nació en marzo de 2022 con un presupuesto de 3.067 millones de euros procedentes de la Unión Europea. Su objetivo inicial era llegar a 676.000 pymes y autónomos, aunque el cierre supera ese umbral en un 27%. Resulta significativo que más de 500.000 de esos proyectos estén ya finalizados y que 700.000 continúen en fase de implementación, lo que sugiere que el grueso del trabajo operativo sigue en marcha pese al fin del periodo de solicitud.
Una de las tendencias detectadas por Red.es afecta al perfil de los beneficiarios. El 39% de los autónomos que han recibido la ayuda son mujeres, una cifra ligeramente superior a su peso en el conjunto del trabajo autónomo. Aunque el dato no implica un reequilibrio estructural, sí muestra que los criterios de acceso no han replicado de forma mecánica las brechas previas del mercado.
En términos de impacto, el informe de Red.es apunta a un incremento del nivel de digitalización empresarial del 38% al 51% entre las compañías participantes. El salto, de 13 puntos, refleja mejoras en tareas básicas como la gestión de procesos, la facturación electrónica o el comercio digital. Más llamativo es el dato de productividad: hasta un 65% de las empresas encuestadas afirma haber registrado aumentos tras implantar las soluciones financiadas. No todas experimentan ese avance con igual intensidad, aunque el indicador marca un cambio difícil de ignorar.
Kit Digital y el territorio: tejido pequeño, impacto amplio
La distribución territorial se ha convertido en uno de los elementos más citados del balance. Más de 7.500 municipios cuentan ya con alguna empresa que ha recibido el bono digital. España tiene algo más de 8.100, muchos de ellos con una base empresarial mínima. Que el programa haya penetrado en esa franja es relevante porque, en realidad, la digitalización de proximidad ha sido un desafío prolongado para todas las administraciones desde hace dos décadas.
Hay además un matiz sectorial. Las ayudas llegan al 100% de las actividades económicas, pero destacan aquellas tradicionalmente menos ligadas al software: la agricultura, la ganadería, la construcción o el transporte. Un ganadero que monitoriza su explotación con sensores GPS o un productor que vende en un marketplace no representan casos aislados, sino un patrón emergente en el balance. El Ministerio los pone como ejemplos de una digitalización que se extiende más allá de los servicios urbanos.
El impacto indirecto sobre el ecosistema TIC también aparece documentado. Más de 11.000 proveedores han participado como agentes digitalizadores, el 96% de ellos pymes. Según los datos del Ministerio, el crecimiento medio del sector TIC entre 2021 y 2024 fue del 24%, mientras que las empresas de este sector que participaron en el Kit Digital registraron un aumento del 65%. Las cifras, aunque referidas a un periodo limitado, muestran una desviación significativa.
La trastienda operativa: automatización y gestión masiva
El volumen del programa obligó a Red.es a rediseñar procedimientos. Aunque el lema de “cero papeles” se ha repetido con frecuencia, la magnitud real del cambio aparece en la cifra de comprobaciones automáticas: 24 millones, ejecutadas por 39 robots que han reducido los tiempos de tramitación de tres horas a tres minutos. En torno al 45% de las solicitudes, más de 687.000, se concedieron de forma automática siempre que la documentación fuera correcta.
Este despliegue automatizado no elimina la intervención humana, pero sí la desplaza. El propio Ministerio destaca que se han atendido 1,3 millones de llamadas y más de 700.000 contactos proactivos para acompañar a empresas que no cumplían inicialmente los requisitos. Esa labor, que suele pasar desapercibida en los balances públicos, explica parte del aumento final de solicitudes válidas.
La reducción de tiempos administrativos se traduce, según la presentación, en un ahorro de 9 millones de horas de gestión. La cifra es difícil de proyectar sobre un mapa real de carga de trabajo, aunque ilustra una tendencia que otros organismos deberán evaluar a partir de ahora: el uso de automatización en políticas de amplio espectro.
Una nueva etapa: de las ayudas a la consultoría y la IA
El cierre del plazo de solicitudes no implica el final del ecosistema creado alrededor del programa. El Ministerio trabaja ya con otras líneas como Kit Consulting, orientada a ofrecer asesoramiento tecnológico, o Red IA, centrada en la incorporación de inteligencia artificial en pequeñas empresas. También se prepara el denominado Kit de Espacios de Datos, pensado para facilitar la entrada de compañías de distintos sectores en arquitecturas compartidas.
Los detalles operativos aún no están definidos del todo, pero la presentación deja entrever que la política digital del Gobierno busca pasar de las subvenciones directas a un modelo que mezcla consultoría, capacidades de IA y colaboración sectorial. No es un giro inesperado: la Agenda Digital europea apunta desde hace años hacia la creación de estándares y estructuras comunes más que hacia los programas de corto plazo.
La publicación del portal Kit Digital 360 cierra, de alguna manera, la primera fase. Permite ver en qué territorios se han concentrado las ayudas, qué soluciones se han contratado con mayor frecuencia y cómo ha evolucionado la venta online en España, que en 2024 se situó 10,5 puntos por encima de la media de la Unión Europea. Son datos que, si se actualizan con regularidad, podrán servir como referencia para medir la eficacia de los programas posteriores.
Lo que queda por observar
El Kit Digital ha generado un volumen de actividad poco habitual en programas públicos de digitalización. Más allá de los números, queda por ver cómo evolucionan las empresas beneficiarias cuando se agoten los efectos iniciales de la inversión. También será determinante comprobar si los nuevos programas mantienen el ritmo de adopción y si la demanda interna continúa siendo tan intensa.
La Administración, por su parte, tendrá que decidir qué parte del modelo de automatización se integra de forma permanente y cuál necesita ajustes. El balance presentado apunta a una gestión más rápida y con menos fricción, aunque el reto siempre aparece cuando se intentan escalar estos sistemas a otros ámbitos menos estandarizados.
El Gobierno insiste en que el legado del programa no radica solo en las ayudas concedidas, sino en la modernización administrativa que ha acompañado al proceso. Ese argumento será más fácil de evaluar en los próximos años, cuando los nuevos programas entren en fase de madurez y el portal Kit Digital 360 permita comparar indicadores con mayor perspectiva.
