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Detener el calentamiento global no es suficiente, hay que revertirlo

Detener el calentamiento global no es suficiente, hay que revertirlo

  • Stripe lleva tiempo invirtiendo con Stripe Climate y más recientemente con la alianza Frontier que crearon junto a Alphabet, Shopify, Meta y McKinsey para garantizar fondos para poder acelerar las tecnologías de eliminación de carbono.
Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU

El año pasado fuimos testigos de una serie de catástrofes naturales. Y, sin embargo, la historia del clima de esta última década ha estado marcada por un progreso lento pero constante. Las emisiones mundiales de CO2 se han estabilizado, y países que representan el 88% de las emisiones mundiales han adoptado o anunciado planes para alcanzar las cero emisiones en la segunda mitad del siglo XXI. Y cada vez son más los países que aprueban políticas que les acercan al cumplimiento de sus objetivos.

Además, otro motivo para la esperanza es que las energías limpias se han abaratado mucho más rápido de lo previsto. El coste de la energía solar y de las baterías ha bajado por diez en los últimos diez años y el de la energía eólica se ha reducido en dos tercios. La energía solar es hoy la forma más barata de generar electricidad en gran parte del mundo, y los vehículos eléctricos representan ya el 13% de las ventas globales de vehículos nuevos.

Pero esto no significa que podamos dormirnos en los laureles. Ni mucho menos. Todavía no estamos ni de lejos donde tenemos que estar para cumplir nuestros objetivos climáticos. En el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el (IPCC), al que he contribuido, se concluye que limitar el calentamiento a 1,5 ºC significa que sólo podemos emitir 420.000 millones de toneladas más de CO2, lo que equivale a unos diez años de emisiones actuales. Esto significa que, incluso con los progresos que hemos hecho, es muy probable que las temperaturas globales superen los 1,5 grados a principios de la década de 2030.

¿En qué situación nos deja esto? La respuesta corta es que «es complicado».

Para empezar, es importante subrayar que el cambio climático es una cuestión de grados y no de umbrales. No hay pruebas de que 1,5 °C sea el límite entre los impactos manejables en nuestro planeta y los catastróficos. Pero cuanto más impacto tengamos en el clima, alejándolo de los valores en los que ha estado durante los últimos millones de años, los riesgos serán cada vez más altos e imprevisibles.

Los grandes cambios climáticos experimentados en el pasado y los futuros puntos de inflexión propuestos deberían hacernos reflexionar sobre la posibilidad de predecir sin problemas los cambios futuros. Cada décima de grado es importante para minimizar el daño que nos infligimos a nosotros mismos y que dejamos a las generaciones futuras.

Pero el hecho de que pasemos de 1,5 °C no significa que no haya vuelta atrás. Sabemos que si conseguimos reducir las emisiones a cero, el mundo dejará de calentarse. Y los modelos climáticos muestran que, si eliminamos de la atmósfera más CO2 del que emitimos, el mundo volverá a enfriarse.

La eliminación del CO2 de la atmósfera y de los océanos – lo que se conoce como eliminación de dióxido de carbono- fue considerado como un «elemento esencial» en el reciente informe del IPCC junto a la rápida reducción de las emisiones para alcanzar nuestros objetivos climáticos. Prácticamente todos nuestros modelos sugieren que debemos eliminar 6.000 millones de toneladas de CO2 por año de aquí a 2050 para reducir la temperatura global a 1,5 °C a finales de siglo.

La forma de eliminación de dióxido de carbono más popular es la que llevan a cabo los árboles y el suelo. Los sistemas vivos ya eliminan aproximadamente una cuarta parte del CO2 que emitimos hoy en día (y otra cuarta parte es absorbida por los océanos). Existe un verdadero margen de mejora de este «sumidero natural de carbono» protegiendo los bosques, plantando más árboles y cambiando la forma de gestionar las tierras agrícolas y los pastos para retener más carbono en el suelo.

Esto tiene un coste relativamente bajo hoy en día, pero también es probable que sea una solución temporal. Los árboles pueden ser talados, quemados o morir a causa de las plagas, mientras que los suelos pueden secarse debido a la sequía o al calor, y estos riesgos aumentarán como consecuencia del cambio climático. También hay límites en cuanto a la tierra disponible para su uso, y nuestros modelos sugieren que esta solución probablemente sólo podría ocuparse de la eliminación de la mitad del dióxido de carbono que necesitamos eliminar.

Pero existe otra forma de eliminar el carbono de la atmósfera de forma más fiable y a largo plazo. Estas soluciones de eliminación permanente de carbono están todavía en una fase inicial, pero están siendo desarrolladas rápidamente por cientos de empresas de todo el mundo.

Incluyen eli capturar CO2 directamente del aire; esparcir minerales como el basalto en los campos agrícolas que absorben el CO2 de la atmósfera; eliminar el CO2 directamente del agua del océano; hacer que el agua del océano sea menos ácida para que absorba más CO2 de la atmósfera o hundir algas u otras plantas marinas en las profundidades del océano donde el carbono absorbido permanecerá durante milenios.

A diferencia de la captura de carbono a través de los árboles y el suelo, estas alternativas tienen menos probabilidades de ser revertidas y están menos limitadas por la tierra disponible, pero tienden a ser mucho más caras hoy en día. Deberíamos centrarnos en abaratar estas tecnologías y ampliar su disponibilidad, como hicimos con las energías renovables. Este es el objetivo de Frontier, el compromiso de mercado anticipado de 925 millones de dólares que lanzó junto a Alphabet, Shopify, Meta y McKinsey.

Hay un dicho en el mundo de la ciencia que dice que el CO2 es eterno; pasarán cerca de medio millón de años antes de que una tonelada de CO2 emitida hoy por la quema de combustibles fósiles se elimine completamente de la atmósfera. Esto significa que cuando intentamos contrarrestar o neutralizar las emisiones derivadas de los combustibles fósiles, por ejemplo con compensaciones de carbono, éstas deben realizarse en un plazo similar: una tonelada de emisiones resultante de la tala de árboles puede neutralizarse poniendo más carbono en los árboles o en los suelos, pero el CO2 de los combustibles fósiles debe equilibrarse con una eliminación de carbono más permanente.

Esta es la razón por la que la respetada iniciativa Science Based Targets sólo permite en la política «de cero emisiones» de una empresa, medidas que eliminen permanentemente el carbono de la atmósfera para neutralizar las emisiones de los combustibles fósiles, y sólo junto a reducciones considerables de las emisiones.

No debemos sobreestimar el papel de la eliminación del carbono. La mayor parte de las veces es más barato reducir las emisiones que eliminar a posteriori el CO2 de la atmósfera. Nuestros modelos muestran que necesitamos reducir las emisiones globales de CO2 en un 90%, mientras que la eliminación de carbono sólo representa un 10%. Aun así, el 10% de la solución a un problema tan grande como el cambio climático sigue siendo algo que no podemos permitirnos ignorar.

En 2021, el mundo gastó un total de 755.000 millones de dólares en reducir las emisiones. Probablemente, deberíamos aspirar a gastar alrededor del 1% de ese dinero en tecnologías de eliminación de carbono hoy en día. Pero no podemos simplemente sentarnos y asumir que las tecnologías para eliminar miles de millones de toneladas de CO2 al año aparecerán de la nada en las próximas décadas. Invirtiendo hoy nos aseguramos estar bien posicionados para alcanzar las cero emisiones netas, impedir que el mundo siga calentándose y dotarnos de las herramientas necesarias para revertir el calentamiento global en el futuro.

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