El movimiento de Frit Ravich hacia un modelo de desarrollo más digitalizado adquiere un cariz estructural con la adopción de la plataforma 3DEXPERIENCE de Dassault Systèmes, una tecnología que las grandes compañías de gran consumo han comenzado a incorporar para afrontar ciclos de innovación cada vez más breves. La decisión llega en un momento en el que el fabricante catalán amplía su cartera de iniciativas y necesita, según explica la dirección, una visión completa de cada proyecto antes de avanzar a la siguiente fase.
La compañía había trabajado tradicionalmente con herramientas dispersas, un escenario que se repite en buena parte del sector alimentario europeo. Aunque puede sostener operaciones cotidianas, ese esquema fragmentado complica la coordinación transversal y dificulta la trazabilidad de la información, sobre todo cuando intervienen equipos de marketing, calidad, operaciones y compras. De acuerdo con los datos comunicados por Dassault Systèmes, la implantación de 3DEXPERIENCE permite a Frit Ravich unificar procesos que antes requerían múltiples repositorios y cadenas de validación desconectadas.
El interés de las empresas de alimentación por plataformas PLM no es nuevo, pero lo llamativo es la velocidad con la que estas soluciones se están extendiendo más allá del ámbito industrial clásico. La presión por reducir el time-to-market, junto con la necesidad de anticipar cambios regulatorios, ha situado la gestión del ciclo de vida del producto en el centro de las estrategias digitales. En este caso, la integración de 3DEXPERIENCE actúa como un soporte estructural que conecta la ideación con la validación técnica y la ejecución posterior.
Frit Ravich ha comenzado a centralizar la documentación técnica y los indicadores de cada iniciativa en un único entorno digital. Esa consolidación, aparentemente operativa, introduce un cambio en la gobernanza del proceso. Los directivos pueden evaluar en tiempo real el impacto económico o la complejidad de cada propuesta, algo que, según indican desde la empresa, reduce las incertidumbres que suelen aparecer cuando el volumen de proyectos crece de manera sostenida. La plataforma añade además una capa de trazabilidad que facilita auditar decisiones anteriores, una demanda creciente en mercados con normativas estrictas relacionadas con seguridad alimentaria.
La digitalización del flujo de trabajo crea, en realidad, un repositorio único que rompe con la lógica secuencial clásica. La información evoluciona de forma simultánea y no escalonada; este matiz resulta relevante porque, en ciclos cortos, pequeñas desviaciones pueden dejar fuera de plazo un lanzamiento. En contraste con modelos más rígidos, el sistema adoptado por Frit Ravich permite revisar hipótesis de formulación, costes o packaging sin rehacer rutas completas. Lo curioso es que la propia compañía admite que buscaba “trabajar de forma diferente”, en palabras de Meritxell Verdaguer, Category Manager, para generar un soporte transversal que diera coherencia a un número creciente de proyectos.
Aunque la presión del mercado empuja hacia la rapidez, la coordinación interna es a menudo el verdadero cuello de botella. En empresas de alimentación con líneas de producto heterogéneas, cada decisión involucra departamentos con agendas y prioridades distintas. El salto hacia un entorno común pretende mitigar ese problema: la información ya no viaja por capas, sino que se mantiene accesible para todos los perfiles autorizados. Esta visibilidad compartida reduce interpretaciones divergentes y acelera la validación de cambios, algo especialmente útil cuando existe incertidumbre sobre materias primas o sobre requisitos de sostenibilidad en envases.
La colaboración digital, sin embargo, no es un fin en sí mismo. La expectativa es avanzar hacia un modelo de desarrollo que priorice iniciativas con mayor impacto estratégico. En empresas con catálogos amplios, cada iteración consume recursos y desplaza otros proyectos potenciales. Una plataforma PLM permite comparar de manera más precisa cuándo conviene abandonar una idea o cuándo incrementa su viabilidad. Ese análisis, que antes dependía de hojas de cálculo y correos internos, se integra ahora en el flujo del propio entorno digital.
Dassault Systèmes sostiene que esta adopción refuerza la transparencia interna y aporta una base tecnológica para futuros avances. La compañía francesa ha encontrado en el sector de gran consumo un espacio de crecimiento, pese a que se trataba de un terreno históricamente más vinculado a soluciones específicas de I+D o calidad que a plataformas unificadas. Hicham Kabbaj, director general de la firma en España y Portugal, describe la transición de Frit Ravich como un salto hacia una fuente común de información que facilita la toma de decisiones y consolida un marco de trabajo compartido.
El interés por acortar los ciclos de lanzamiento tiene un componente competitivo evidente. Las marcas de alimentación dependen de su capacidad para introducir variedades, formatos o recetas con mayor frecuencia, y la velocidad de respuesta frente a cambios en la demanda condiciona la rentabilidad de cada categoría. Aunque estos procesos son familiares para las direcciones técnicas, la gestión simultánea de múltiples iteraciones exige una estructura digital que reduzca fricciones y permita supervisar el avance de forma continua. De lo contrario, la complejidad administrativa crece más rápido que la capacidad real de innovación.
Otro elemento que suele pasar desapercibido es la trazabilidad documental. En un entorno regulatorio cambiante, cualquier modificación debe quedar registrada para futuras auditorías internas o externas. Las plataformas PLM habilitan un control fino de versiones, algo crítico cuando intervienen proveedores externos o cuando los requisitos de seguridad alimentaria evolucionan con rapidez. Esta trazabilidad se vuelve, en la práctica, un activo operativo: evita duplicidades, reduce errores y preserva la coherencia entre departamentos que, hasta hace poco, almacenaban la información en formatos y repositorios dispares.
La implantación de 3DEXPERIENCE también apunta a un escenario más amplio. A medida que las cadenas de suministro adoptan sistemas digitales para garantizar su continuidad, las empresas de gran consumo tienden a homogeneizar herramientas que les permitan colaborar con terceros. Si el ciclo de vida del producto queda digitalizado desde el origen, la integración con proveedores de packaging o fabricantes auxiliares se vuelve más fluida. Aunque Frit Ravich no ha detallado este paso, la elección de una plataforma consolidada abre la puerta a ese tipo de conexiones futuras.
En última instancia, la decisión de la compañía catalana refleja una tendencia que se extiende por la industria alimentaria: trasladar al ámbito del gran consumo prácticas que surgieron en sectores más tecnificados. La diferencia es que ahora el volumen y la frecuencia de los lanzamientos requieren un andamiaje digital que sostenga ese ritmo. La transición no elimina la necesidad de criterio humano, pero aporta una estructura que estabiliza la información y facilita analizar qué proyectos merecen avanzar.
La adopción de la plataforma por parte de Frit Ravich, por tanto, no se limita a un movimiento tecnológico. Implica redefinir cómo se gobiernan los proyectos, cómo se asignan prioridades y cómo se comparten datos que antes quedaban dispersos. A medida que el mercado del snacking se vuelve más dinámico, disponer de una capa digital que conecte equipos puede ser un factor que determine la capacidad de competir en el medio plazo.
