El aumento de las temperaturas extremas en España ha provocado un incremento notable de los riesgos para la salud de los trabajadores expuestos al sol. Según el Instituto de Salud Carlos III, entre mayo y julio de este año se registraron 1.180 fallecimientos atribuibles al calor, lo que supone un incremento del 1.035% respecto al mismo periodo de 2024. La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) confirma que las olas de calor son cada vez más frecuentes, intensas y prolongadas.
Los empleados de sectores como la construcción, la agricultura o el transporte —que en conjunto superan el millón y medio de personas en el país— son especialmente vulnerables. La exposición prolongada a altas temperaturas incrementa el riesgo de golpes de calor y otras complicaciones, especialmente en personas con problemas cardiovasculares u otras patologías previas.
Aplicación de la inteligencia artificial en entornos laborales
Para reducir este riesgo, SAS, en colaboración con BeeInventor, ha desarrollado un sistema basado en inteligencia artificial y sensores IoT integrado en cascos inteligentes. Estos dispositivos están diseñados para medir de forma continua parámetros fisiológicos, como la frecuencia cardíaca y la temperatura corporal, así como datos ambientales, entre ellos temperatura, humedad y radiación solar.
La información recogida se transmite a una plataforma central donde se procesa mediante SAS® Viya® y Python. El análisis combina los datos personales y ambientales para calcular un índice de esfuerzo fisiológico, indicador clave para evaluar el estrés térmico de cada trabajador. Si los niveles alcanzan valores críticos, el sistema envía una alerta inmediata, lo que permite adoptar medidas correctivas como pausas, hidratación o búsqueda de sombra.
Monitorización continua y análisis de tendencias
El sistema no se limita a emitir alertas puntuales. También registra y analiza datos históricos para detectar patrones de riesgo. De este modo, las empresas pueden planificar turnos, ajustar horarios y establecer protocolos preventivos adaptados a las condiciones reales de trabajo.
La implantación de esta tecnología en España podría tener un impacto relevante en sectores con alta exposición al calor, contribuyendo a reducir el número de incidentes relacionados con temperaturas extremas. Además, facilita el cumplimiento de las normativas de prevención de riesgos laborales que exigen la protección frente a condiciones térmicas adversas.
Contexto climático y adaptación empresarial
El desarrollo de soluciones como esta se enmarca en la necesidad creciente de las empresas de adaptarse a escenarios de calor extremo más habituales debido al cambio climático. Las proyecciones de la AEMET apuntan a que el número de días con temperaturas superiores a 35 °C seguirá aumentando en la próxima década, lo que podría intensificar la presión sobre sectores que dependen del trabajo al aire libre.
