Valencia acogió el pasado 23 de octubre la tercera edición del Scalability Day, un encuentro que ha reunido a líderes del ecosistema tecnológico europeo para abordar el papel de las scaleups en la competitividad y seguridad económica del continente. Organizado por EsTech, la alianza de scaleups e inversores más relevantes de España, el evento se celebró en el marco del Valencia Digital Summit con el respaldo de ICEX y el patrocinio de BME, Clikalia y Shakers, en colaboración con Startup Valencia.
Bajo el lema Scaleups: de la microeconomía a la competitividad y la seguridad económica, la jornada ha servido como plataforma para discutir cómo las empresas de alto crecimiento pueden contribuir a un nuevo modelo productivo en Europa. La agenda, alineada con el Plan Nacional de Escalabilidad presentado por EsTech en 2024, ha girado en torno a tres ejes: acceso a financiación, armonización normativa y consolidación de las scaleups como actores clave en la integración económica europea.
Según datos compartidos por los organizadores, el evento ha contado con la participación de inversores institucionales, responsables de políticas públicas y fundadores de scaleups tecnológicas, que han debatido sobre los obstáculos estructurales que frenan el crecimiento de estas compañías. Entre las propuestas destacadas, ha cobrado especial relevancia el llamado Régimen 28, una iniciativa que busca reducir la fragmentación regulatoria entre los Estados miembros de la UE y facilitar el acceso a infraestructuras, redes y capital.
“Si queremos que Europa compita con los grandes polos tecnológicos globales, necesitamos un marco fiscal ambicioso, una regulación armonizada y un mercado de capitales verdaderamente integrado”, señaló Alister Moreno, presidente de EsTech. En su intervención, subrayó además el papel emergente de ciudades como Valencia, Barcelona, Málaga o Bilbao como núcleos de innovación tecnológica capaces de atraer talento y escalar proyectos con impacto internacional.
El Régimen 28 no es una propuesta aislada. Se enmarca dentro de la Estrategia Europea para Startups y Scaleups, que ha sido otro de los focos del Scalability Day. El documento, elaborado por EsTech junto a organizaciones como Endeavor, SpainCap, Startup Valencia y TechBarcelona, fue presentado en marzo y recoge una batería de recomendaciones para consolidar un entorno más favorable al crecimiento empresarial. Entre ellas, destacan incentivos fiscales más eficaces, mayor acceso a financiación y una simplificación normativa que permita operar a escala continental.
César Tello, director general de Adigital, apuntó que “esta estrategia representa una oportunidad clave para consolidar Europa como uno de los ecosistemas emprendedores más avanzados a nivel internacional”. A su juicio, la participación coordinada de entidades públicas y privadas será determinante para que las necesidades del sector tecnológico se reflejen en la regulación comunitaria.
Más allá del debate institucional, el Scalability Day ha ofrecido sesiones prácticas con CEOs de scaleups españolas, así como espacios de networking que han reforzado su papel como punto de encuentro estratégico para el emprendimiento tecnológico europeo. La elección de Valencia como sede no ha sido casual. Según EsTech, responde a una estrategia para visibilizar el papel de España como hub digital emergente en Europa, en un momento en que la UE busca reforzar su soberanía tecnológica y su autonomía económica.
Aunque Madrid sigue siendo el principal polo de atracción de inversión tecnológica en España, otras ciudades están ganando protagonismo. Valencia, en particular, ha consolidado su posición como nodo de innovación gracias a una combinación de infraestructura, talento y colaboración público-privada. Este movimiento descentralizador, que también incluye a Barcelona, Málaga y Bilbao, refleja una tendencia más amplia hacia la diversificación territorial del emprendimiento digital.
El evento ha dejado entrever una tensión latente: mientras las scaleups reclaman mayor integración y simplificación normativa a nivel europeo, los marcos regulatorios nacionales siguen siendo dispares y, en ocasiones, contradictorios. Esta fragmentación no solo complica la expansión transfronteriza, sino que también limita el acceso a capital y reduce la competitividad frente a otros bloques como Estados Unidos o Asia.
En este escenario, el papel de alianzas como EsTech se vuelve cada vez más relevante. No solo como interlocutores ante las instituciones, sino como catalizadores de una visión compartida que permita a Europa escalar su innovación sin perder soberanía. El Scalability Day ha sido, en ese sentido, algo más que un foro de debate: ha funcionado como termómetro de las aspiraciones y límites del ecosistema tecnológico europeo.
La próxima edición, aún sin sede confirmada, podría marcar un punto de inflexión si las propuestas debatidas este año se traducen en medidas concretas. Por ahora, el mensaje es claro: sin scaleups fuertes, no hay autonomía económica ni competitividad global para Europa.
