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Telefónica ha decidido mantener a Huawei como socio principal en la gestión del núcleo de su red 5G para clientes residenciales en España, un contrato que se extenderá hasta 2030 y que constituye el de mayor volumen económico de la nueva infraestructura móvil de la operadora.
La adjudicación, cerrada en diciembre de 2024 bajo la presidencia de José María Álvarez-Pallete y antes de la llegada de Marc Murtra a la dirección, supone que la compañía china continuará controlando el core ―el centro neurálgico que administra el tráfico de datos móviles― de más de 15 millones de líneas de Movistar.
La noticia, publicada por El País, se produce en un contexto de tensiones internacionales sobre la participación de Huawei en redes críticas. Estados Unidos mantiene desde 2019 un veto al fabricante chino bajo acusaciones de espionaje, y la Unión Europea ha recomendado a los Estados miembros limitar su presencia en infraestructuras estratégicas. Sin embargo, España no ha incluido a la empresa en la lista de proveedores de riesgo, lo que permite a las operadoras mantener acuerdos con la firma asiática.
Un contrato dividido entre varios proveedores
La estrategia de Telefónica en los últimos años ha sido aplicar un modelo multiproveedor. Así, el plano de control de la red 5G, que gestiona la conexión de usuarios, está en manos de Ericsson desde 2021, mientras que Nokia se encarga desde 2025 del plano de usuario en el segmento corporativo y de administraciones públicas. Huawei, en cambio, conserva la parte más extensa del contrato: el core para clientes residenciales.
El núcleo de la red móvil es considerado un componente crítico, ya que centraliza la gestión del tráfico de datos y constituye un objetivo prioritario en caso de ciberataque. Según fuentes del sector citadas por El País, Huawei aporta la plataforma tecnológica, pero el tratamiento de los datos recae directamente en Telefónica, con procesos de encriptado.
El factor económico y la presión geopolítica
El bajo coste de la oferta presentada por Huawei ha sido determinante en la decisión de la operadora española, que habría descartado a los fabricantes europeos por razones de precio. Esta estrategia de competencia en costes no solo ha permitido a la compañía china retener el contrato de Telefónica, sino también cerrar acuerdos con MasOrange y situarse en negociaciones avanzadas con Vodafone España para la gestión de sus centros de control de red (Network Operation Centers).
La persistencia de Huawei en el mercado español contrasta con las restricciones aplicadas en países como Alemania, Suecia, Rumanía o el Reino Unido, que han vetado al proveedor en proyectos 5G por considerarlo de alto riesgo. En paralelo, el Gobierno de Estados Unidos ha intensificado la vigilancia de los contratos de Huawei en España. Recientemente, congresistas republicanos pidieron al Departamento de Comercio investigar la adjudicación de 12,3 millones de euros al fabricante chino por parte del Ministerio del Interior para la gestión de escuchas judiciales, alertando sobre un posible impacto en los acuerdos de intercambio de inteligencia entre ambos países.
Telefónica y la diversificación internacional
El consejero delegado de Telefónica, Emilio Gayo, ha reiterado que la compañía se ajusta a la normativa de cada mercado en el que opera. Esto ha implicado sustituir los equipos de Huawei en Alemania, donde las autoridades han endurecido las restricciones, y reducir gradualmente su peso en España, mientras mantiene la colaboración en países como Brasil, donde no existen limitaciones regulatorias específicas.
El peso de Huawei en las redes españolas se mantiene, aunque bajo un reparto que reduce su papel en el segmento corporativo y gubernamental. En este ámbito, Nokia ha asumido el liderazgo, lo que permite a Telefónica limitar la exposición a un solo suministrador en las áreas más sensibles para la seguridad nacional.
Un debate abierto en el mercado europeo
La renovación del contrato entre Telefónica y Huawei reaviva el debate sobre la dependencia tecnológica europea en infraestructuras críticas. Mientras países como Francia o Italia han optado por medidas parciales de restricción, España continúa permitiendo la participación de la empresa china. La situación coloca a las operadoras entre la presión regulatoria europea y estadounidense, y la necesidad de optimizar costes en un sector marcado por fuertes inversiones en despliegues de fibra y 5G.
A la espera de posibles cambios regulatorios, el acuerdo garantiza a Huawei una posición relevante en las telecomunicaciones españolas hasta 2030, consolidando su papel en la red residencial de la mayor operadora del país. El desenlace de las negociaciones con Vodafone y la evolución de la postura de Bruselas marcarán el futuro de su presencia en el mercado ibérico.
Editor en La Ecuación Digital. Analista y divulgador tecnológico con más de 30 años de experiencia en el estudio del impacto de la tecnología en la empresa y la economía.
